Piense como C.E.O. y no como un Empleado más
Si usted empezó hace poco con sus actividades
comerciales, puede resultarle difícil apartarse de ciertas tareas diarias
porque sabe que usted las hace mejor que nadie. Lamentablemente usted está
equivocando el camino. “Usted debe pensar como CEO de
su compañía” y
no como un empleado más.
Cambiar una exhibición de lugar o reorganizar
la bodega no deberían estar en su lista de tareas. Recuerde que una hora de su
tiempo vale entre 10 y 20 veces más que la de un empleado.
Los detalles deben ser cuidados por su manager
y sus empleados, usted deberá encargarse de supervisar al manager. Su
función específica, como CEO, es hacer
crecer su negocio: si usted está en la caja registradora o
recibiendo mercancías, estará perdiendo de vista su principal objetivo, que es
darle forma a su negocio o modificar trayectorias.
Para esto su manager será
quien se encargará de mejorar los procesos: calidad del trabajo hecho
por los empleados, eficiencia en los procedimientos.
Mientras que el resto de los
empleados serán los que se encarguen de la parte operativa: atención al cliente, limpieza,
recepción y reposición de mercaderías, etc.
Usted debe ser quien busque nuevas ideas para estar a la
vanguardia de lo que sucede en su industria. Estrategias de marketing y retorno
de inversión deben estar presentes en cada paso que usted da.
Al igual que el capitán de un barco
usted debe guiar el rumbo: decidir a donde ir, a qué velocidad, que ruta
seguir. Si pasa su tiempo en la sala de maquinas manteniendo los motores en
buenas condiciones, más temprano que tarde perderá el rumbo, o lo que es peor,
alguien conducirá su barco y las consecuencias serian trágicas.
No pierda tiempo en tareas que puede delegar y
no dedique más tiempo del necesario a las tareas importantes. No se vuelva
esclavo de su correo electrónico: conteste sus mensajes una vez al día o
dos como máximo, preferiblemente por la mañana temprano. Las redes sociales son
una herramienta fundamental en los tiempos que corren: utilícelas
inteligentemente limitando tiempo y dedicación.
Dedique un tiempo específico para pensar
y planificar y no permita
que interrumpan su “producción”. Pasar un día fuera de la oficina una vez
al mes puede ser altamente productivo y creativo. Ideal para dar rienda suelta
a su imaginación y volver cargado de ideas.
Entrene a sus empleados correctamente. Déjelos hacer
su trabajo sin interrupciones. Dele todas las herramientas y la
responsabilidad, y ellos asumirán con madurez su función dentro de la
organización.
Piense en grande y no pierda de vista el
principal objetivo que se propuso al abrir su primera tienda: “abrir otra”.
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