viernes, 31 de julio de 2015

¿Dólarizar? ¿Será lo Mejor?



Desde hace tiempo varios economistas están planteando la opción de implementar la moneda Norteamericana como la moneda de curso legal en nuestro país o de paridad igualitaria, a través procesos similares como los efectuados en Ecuador, Panamá, Zimbabwe, El Salvador, Argentina y Brasil, esgrimiendo diversos argumentos que parecieran válidos en una gran cantidad de foros y actos públicos, a los cuales quiero exponer mis puntos de vista porque no todo es tan sencillo como parece.
Quiero empezar por considerar el tema petrolero, que aunque incluir en este asunto dicho tema  pareciera estar fuera de contexto, no lo es si consideramos que casi el 97% de nuestras exportaciones son de este rubro, y al depender tanto nuestra economía de ello, la decisión de dolarizar el país debe pasar por considerar todas las implicaciones que el mercado energético conlleva.
El primer argumento para adoptar el dólar como la moneda oficial, es que nuestra economía depende casi en su totalidad del comercio que hacemos con los Estados Unidos, ya que es nuestro principal socio comercial al ser el destino de la mayoría de los cargamentos de barriles de petróleo que extraemos.  Dicho argumento es bastante válido, porque eso seguirá siendo así por muchos años, recordemos que el petróleo que actualmente estamos extrayendo es el proveniente de la Faja Petrolífera del Orinoco y solo nuestras refinerías de Citgo en Estados Unidos son las que tienen la capacidad tecnológica para realizar dichos procesos, ya que los proyectos para construir refinerías similares en China e India, no se culminaron. Nuestra cuota tributaria según lo convenido en la Opep es de 3.000.000 de barriles diarios de petróleo y no podemos cumplir con la misma ya que apenas estamos extrayendo 2.373.000 barriles, de los cuales 90.000 van a Cuba, a China 323.000, y al Fondo Chino 477.000 para cancelarle las cantidades de dinero que nos otorgaron por adelantado, quedando el resto disponible para vendérselo a nuestro principal cliente, los Estados Unidos, y que nos paga precisamente en dólares.
La idea anterior pareciera válida, el problema es que no considero estratégico depender de una economía tan enormemente deficitaria como la Estadounidense, la cual igual que nosotros gasta mucho más de lo que recibe, y eso se puede evidenciar en la depreciación que ha sufrido el dólar si lo comparamos con otras monedas como el Euro, el Franco Suizo, el Dólar Canadiense, el Yuan Chino, el Peso Chileno, entre otros.  La mejor decisión no es simplemente cambiarse a cualquier moneda porque sí, así sea el dólar, lo importante es la cantidad de bienes que se puedan intercambiar con la moneda en cuestión, y si comparamos el poder adquisitivo del dólar, vemos que ahora son menos las cosas que se pueden comprar con él, ya que una moneda es simplemente un medio para hacer más fácil el intercambio de bienes y servicios, es decir, debemos considerarla como una mercancía más, para intercambio pero mercancía al final, y como tal, está sometido a las leyes de la oferta y la demanda, a lo cual me referiré un poco más adelante.
Por otro lado, tradicionalmente éramos el tercer vendedor de petróleo de los Estados Unidos y hoy en día fuimos desplazados al cuarto puesto, los principales vendedores son Canadá, México y Arabia Saudita, estando los dos primeros compartiendo frontera, están en evidente ventaja con respecto a nosotros que estamos un poco más lejos, y siguiendo las relaciones igual de tensas, podremos en algún otro momento ser desplazados a un inferior puesto si otros países toman nuestro puesto en ese mercado.  Adicionalmente, Estados Unidos ha establecido como meta la independencia energética, y el desarrollo de pozos vía técnica fracking, lo ha convertido en el mayor productor de petróleo, superando a Rusia y Arabia Saudita, por ello es que nuestro mercado natural está en condiciones de inestabilidad, y aunque parezca paradójico, los precios bajos del barril nos benefician, porque esto permitiría que Norteamérica siga dependiendo del mercado externo y no del interno, ya que la mencionada técnica tiene un costo de producción elevado, y no tendría sentido para ellos extraer petróleo internamente si le va a resultar menos beneficioso que comprarlo a los miembros de la Opep u otros productores no asociados a ella.
Adicionalmente, pese a los reiterados consejos de diversos economistas de materializar la unificación cambiaria, aún seguimos con 3 tasas de cambio vigentes aceptadas por el gobierno con unas diferencias abismales entre ellas, lo cual hace bastante complicado definir cuál sería el punto de partida para decir a que tasa de cambio el banco central le daría los dólares a cada venezolano, que acudiría a esas taquillas a cambiar sus bolívares.
Las reservas internacionales están en menos de 18.000 millones de dólares, de los cuales la mayoría son de oro, bonos quirografarios y otros elementos no líquidos.  Por otro lado, el Gobierno en el flujo estimado de caja, considerando el barril de petróleo en $50, estima unas importaciones por el orden de 26.400 millones de US$ para el 2015, lo que da un monto mensual de 2.200 millones de US$.  Dicha cifra nos indica que la parte líquida de las Reservas Internacionales, apenas alcanzaría para un mes de importaciones. La opción de dolarizar la economía sería viable si tuviéramos una mayor producción nacional, que no nos haga tan dependiente de las importaciones o que tuviéramos una mayor cantidad de reservas internacionales para satisfacer tan alto consumo de bienes importados, ya que 80% de lo que consumimos viene del exterior.
Si se establece un sistema de libre cambio, de inmediato se terminaría de materializar un severo problema que padecemos desde hace décadas, la fuga de capitales, la cual se estima que entre el 2008 y el 2014 ronda los 140.000 millones de US$.  Muchas empresas e industrias extranjeras no se han terminado de ir de Venezuela, porque existe un control de cambio que evita que se lleven sus inversiones en una moneda que efectivamente les sirva para hacer negocios en otra parte, y que tenga un ambiente menos hostil que el nuestro.  A la fuga de capitales de las empresas extranjeras, también se sumaría la de las nacionales, las cuales después de padecer sostenidamente por tantos años los embates de unas medidas estatales tan gravosas, terminarían migrando a otros países con mejores condiciones, empeorando aún más la situación, ya que se desaprovecharía la condición de los capitalistas de nuestro país, que gracias al arraigo que puedan tener con el territorio, no estarían interesados en repatriar sus ganancias  a otros destinos.  El control de cambio que actualmente está impuesto debe desmontarse, pero no de forma inmediata, de una manera progresiva como se los detallaré en otro artículo, primero hay que empezar por recuperar la confianza para que lleguen inversiones nuevas, y las pocas que aún quedan en el país, no se terminen de ir.
Otro argumento que comúnmente se esgrime, es que al tener una moneda dura como el dólar en sus manos, cualquier persona puede comprar los productos que necesita a precios internacionales, olvidándose por completo de los efectos de la Ley de la Oferta y la Demanda, la cual nos dice que si hay más oferta de productos que lo que se consume, los vendedores entrarían en una guerra de bajas de precios para que sea al que venda a más bajo precio a quién acudirían los compradores a adquirir los productos;  en cambio, si hay menos mercancías para la venta que las que necesitan los compradores, estos estarían dispuestos a pagar cualquier precio por ellas.  La situación de Venezuela, es que el consumo es mucho más elevado que la cantidad de productos que se consiguen en la calle, es por eso la razón por la que la gente compra la comida a los buhoneros sin importar el precio que tengan.  Si hubiera más alimentos que la que se necesita, tanto los buhoneros como las bodegas estarían llenas de productos, y los consumidores simplemente acudirían al sitio más barato, acabándose los especuladores.  Dolarizar la economía no va a resolver el problema de producción de alimentos, medicinas y demás productos, ya que con un aparato industrial tan devastado como está actualmente, siempre va a haber menos productos, pocos oferentes, y muchos compradores, los cuales seguirán pagando cualquier precio por las mercancías y los vendedores aprovechándose de tal situación.  El problema se resuelve evitando la existencia de monopolios, incluyendo los de los productos que en forma exclusiva vende el gobierno, y permitir la apertura de inversiones en todo tipo de industrias y comercios en el país, para que la producción u oferta sobrepase el consumo, y por una tendencia natural de los mercados, los precios bajen.
La condición anterior solamente se podrá materializar si se disminuye el riesgo país, para que nuestro suelo sea atractivo para los inversionistas, tanto nacionales como extranjeros, y para ello es imprescindible cumplir con 5 condiciones: respetar la propiedad privada, ofrecer seguridad jurídica, permitir un libre mercado, ponerle límites al gobierno y garantizar la solidez de la moneda.  Estas ideas no tienen nada que ver con una tesis absoluta de “dejar hacer, dejar pasar” y que la “mano invisible de los mercados” equilibre las injusticias, el Gobierno debe ser interventor pero solamente con facultades de fiscalización y fomento y adoptar la tesis “Tanto Mercado como sea Posible y tanto Estado como sea Necesario”.
De llegarse a cumplir con las 5 condiciones detalladas en el párrafo anterior, pudiese aumentarse la “inversión”, lo cual incrementaría el “PIB”, en consecuencia el “Consumo” interno quedaría satisfecho, y el excedente de mercancías podría destinarse a la “exportación”, permitiendo la entrada de divisas por otra vía distinta al petróleo para tener capacidad para una “importación” complementaria a lo que no se produzca en el país.  Esa es la única forma como se podrían equilibrar los agregados macroeconómicos de nuestro país, aumentando la “Inversión”.   Sólo la multiplicación en la inversión podría consolidar la única revolución adecuada para nuestro país, una “revolución industrial”, que permitiría el pleno empleo, la satisfacción de las necesidades del pueblo, y en consecuencia la “mayor suma de felicidad posible”, tal y como les decía en mi artículo “El Abc para una industrialización en Venezuela”, en donde señalaba entre otras condiciones para conseguir este objetivo, que deben confluir principalmente tres, “inversiones de capital”, una “mano de obra calificada” y un “mercado”.
Los 5 elementos no se dan como se quiere hacer ver, por guerra económica o intervención extranjera, sólo dependen de una buena gestión gubernamental, ya que no hay “respeto a la propiedad privada” cuando ha habido más de 1000 expropiaciones a empresas en todo tipo de sectores de la economía, hay una ley de precios justos que permite que sigan habiéndolo y ante cualquier invasión el estado no garantiza el derecho de propiedad.  Adolecemos de “seguridad jurídica” cuando las causas en los tribunales no se ventilan en los tiempos adecuados, los jueces no tienen estabilidad para decidir conforme a derecho sin el temor de perder su trabajo y no se respeta el principio de legalidad, el estado de derecho ni el debido proceso.  No existe “libre mercado” cuando el estado fija los precios máximos por debajo de los costos de producción, no se permite que la ley de la oferta y la demanda logre sus efectos, y hay todo tipo de monopolios incluso los de estado, que son más graves aún, porque el dinero se desvía hacia prácticas corruptas.  Carecemos de una “moneda sólida” cuando constantemente se emite dinero sin respaldo para satisfacer el enorme gasto público, sin importar la sobrevaluación de la misma,  que hace que ogligadamente el tipo de cambio esté muy por debajo del que debería corresponder, y que lo único que ocasiona es precios artificialmente bajos, para que fluya el contrabando de extracción y el bachaqueo. Y, no hay un “Gobierno con límites” cuando no se respeta el Principio de Separación y Autonomía de los Poderes, el ejecutivo legisla y se mete en la administración de justicia, y el resto de los poderes no ejercen control sobre el Ejecutivo, no lo investigan, no le ponen límites, y la corrupción hace fiesta vaciando las arcas nacionales.  Las 5 condiciones imprescindibles para el desarrollo del país, no son producto de la guerra económica de los burgueses ni de la intervención imperial, es el resultado de una pésima gestión de gobierno en el ámbito económico.
Por otro lado, un proceso de dolarización no permitiría aplicar, en una forma más sensata por supuesto, una herramienta tan importante como la Política Monetaria, cuyos peores errores se han cometido acá desde siempre, pero terriblemente acentuada en la última década.  Partamos del principio que el dinero sea nacional o extranjero es una mercancía igual que cualquier otra cosa que podamos comprar, y como tal está sometido a la Ley de la Oferta y la Demanda, como hay escasez de dólares su precio es alto, y como hay exceso de bolívares, su precio es bajo si comparamos ambas monedas.   La política monetaria se refiere a la herramienta de inyectarle dinero a la economía por parte de los gobiernos, para que al haber mucho dinero en la calle, los bancos sean los que entren en esa guerra de oferentes por tratar de conquistar compradores, que en este caso serán los solicitantes de créditos, y el precio que se va a bajar para lograr la conquista, serían las tasas de interés por los créditos; de esta forma, con una política monetaria adecuada los bancos pondrían a disposición de los inversionistas su dinero, para que hayan los suficientes otorgamientos de créditos para que se materialicen las inversiones, la producción, la generación de empleos, y por ende se dinamice la economía.  El problema básicamente redunda, en que las tasas de interés están reguladas por el Gobierno por debajo de la inflación, lo que deprime el mercado financiero, el cual aún se sostiene porque al existir el control de cambio, la gran mayoría de personas se encuentran obligadas a realizar sus transacciones en bolívares, y los bancos son los mayores poseedores de esos bienes de tipo monetario.
Asimismo, dudo mucho que con el nivel de Gasto Público que tenemos actualmente, cualquier gobierno de la tendencia que sea, pueda implementar la adopción de una moneda extranjera, ya que el mismo solo se puede cubrir con la perniciosa medida de imprimir dinero inorgánico (sin respaldo en el PIB, y las reservas internacionales o moneda dura), la solución es simplemente dotar otra vez de independencia al BCV para que nuestra moneda nacional tenga estabilidad y fuerza, y no se permita que el gobierno pague esas enormes erogaciones, simplemente con la decisión de emitir más bolívares, sin que entren dólares.  Lo ideal es que aumente dicha entrada por otra vía que no sea la petrolera, como sería la exportación de otro tipo de materias primas, la explotación del turismo, la elaboración de productos terminados del tipo industrial y la agricultura, lo cual sólo sería posible con la tan ansiada “siembra del petróleo”.  Además que para contrarrestar más rápidamente el déficit, no sólo habría que diversificar la economía para que entren más divisas extranjeras, sino reorganizar el gasto público para que no sea tan grande.  En ese sentido, los invito a leer mi artículo “La Necesaria Reconducción del Gasto Público”.  Además, es imprescindible que se revierta la modificación a la Ley del BCV realizada en el 2005 que le otorga al Ejecutivo Nacional el control sobre la política monetaria, que antes llevaba el Banco Central en forma independiente.
Finalmente, adoptar una moneda distinta a nuestro bolívar, daría cuenta de una gran falta de soberanía sobre actividades tan elementales como administrar nuestros recursos en forma eficiente, en mi opinión equivalente a adoptar como símbolos patrios una bandera, escudo o himno extranjero.  Si ese proceso fuera la panacea, ya el resto de los países latinoamericanos lo hubiesen hecho, y otros países europeos, como Inglaterra, Suiza, etc, ya tendrían el Euro como su moneda oficial.  Nuestro país sólo debe cambiar de sistema político, tenemos todo para volver a las condiciones de país en vías de desarrollo que antes teníamos, un territorio rico en todo tipo de recursos, no hemos tenido daños en nuestra infraestructura producto de guerras, una enorme salida al mar, países vecinos relativamente estables y con buenas relaciones, una población pequeña, con una división temporal y no por circunstancias tan arraigadas como las étnicas, raciales o religiosas.
En conclusión, mi opinión es que dolarizar no es lo mejor para nuestro país, es una solución muy simplista al problema, que solo beneficiará a los que tienen grandes acumulaciones de moneda extranjera, incluyendo muchos corruptos, no se corregirán las distorsiones de la economía, se acentuará la fuga de capitales y los precios igual subirán al no haber producción.  La única opción es trabajar más y mejor, consolidar una revolución industrial, que la producción nacional aumente, se incrementen las exportaciones y las reservas internacionales, y en consecuencia hagamos justamente lo contrario, revaluar la moneda, nuestro Bolívar, para que esta sea realmente fuerte, propio de países desarrollados y nuestra nación en algún momento llegue a convertirse en esa potencia que tanto nos han ofrecido.

Bolívar y la Moderna Mayor Suma de Felicidad Posible

La Constitución Nacional en su primer artículo establece: “La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador”, y nuestro Padre de la Patria en su célebre Discurso de Angostura expuso “El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”. Tres ideas que no pueden verse fuera de contexto, ya que son concurrentes, y por tanto deben ir de la mano de acuerdo a la doctrina Bolivariana para que un sistema de gobierno se acerque a la perfección.
Ahora con esos presupuestos establecidos, debemos también considerar cuál es el moderno concepto de felicidad aceptado universalmente, y precisamente la Asamblea General de las Naciones Unidas ya publicó este año su acostumbrado “Informe Mundial de la Felicidad”, preparado considerando seis factores: el PIB real per cápita, la esperanza de vida saludable, tener alguien con quien contar, la libertad percibida para hacer elecciones en la vida, bajos niveles de corrupción y la generosidad.  El informe también muestra los principales efectos secundarios beneficiosos de la felicidad, y terminan concluyendo que: Las personas felices viven más tiempo, son más productivos, ganan más, y son también mejores ciudadanos; y, el bienestar debe ser desarrollado por los gobiernos, tanto por el propio bien de las personas, como por sus efectos secundarios.
En dicho informe se les da un ranking a los 158 países encuestados y se identifican los siguientes países con los niveles más altos de felicidad: Suiza, Islandia, Dinamarca, Noruega, Canadá, Finlandia, Holanda, Suecia, Nueva Zelanda y Australia.   En América, Costa Rica ocupa el puesto 12, México el 14, Estados Unidos el 15, Brasil el puesto 16 y Venezuela el puesto No. 23.
El estudio se realiza tras la aprobación, en julio del 2011, de una resolución de la Organización de Naciones Unidas, para que en cada país se pueda “medir la felicidad de su pueblo y ayudar a guiar el desarrollo de sus políticas públicas”. A través de este estudio, se miden tres principios fundamentales: El bienestar que los habitantes de una nación dicen tener, la esperanza de vida con la que cuentan y la huella ecológica de una nación.
Por mandato constitucional, legado bolivariano, responsabilidad social y sentido común, un Gobierno efectivo debe considerar los factores específicos ya mencionados, y que corresponden a la renta per cápita, la esperanza de vida, la percepción de la corrupción, la prevalencia de generosidad, la libertad para tomar decisiones, y, las ayudas y apoyo social; de modo que puedan incrementarse progresivamente estos índices al implementar acertadas políticas públicas de educación, pleno empleo, atención integral, salud, seguridad social y jurídica, desarrollo económico, control de los flagelos de la corrupción y la delincuencia, estabilidad fiscal y monetaria, entre otras.
Es necesario que un buen gobierno venezolano se ponga a la altura de la responsabilidad histórica que ha de tocarle, y siga el ejemplo de los otros países que si lo han hecho al garantizar la felicidad de sus habitantes. No hace falta seguir inventando leyes, medidas y políticas, basta con poner en práctica las que ya han dado resultado en el resto del mundo, especialmente en nuestro continente, y adaptarlas a nuestras necesidades.

División en la Venezuela Bizarra

Estamos en una Venezuela Bizarra, un mundo al revés donde la división y la intolerancia es lo común, una sociedad de compatriotas donde dicho término causa repulsión en algunos, y en otros, muchísimo orgullo, pero en muchos casos lo menos que se comportan es como verdaderos patriotas.  Se aprovechan de esta tierra solo en beneficio propio, cuando un verdadero patriota debe querer y tratar a su país como se adora a  una hija y no como un proxeneta trata a las mujeres de las cuales abusa.
Nuestra sociedad por culpa de unos pocos y por la carencia de educación de muchos, que no se dan cuenta de las verdaderas intenciones de perpetuación en el poder y ansias de enriquecimiento ilimitado, han sido víctimas  de un sistemático proceso de hipnosis colectiva usando como medio el manual de propaganda nazi, del cual voy a traer a colación sus 10 postulados:
  1. Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo
  2. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
    3. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
  3. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
  4. Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto, sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite mil veces, acaba por convertirse en verdad”.
  5. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
  6. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
  7. Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
  8. Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea un mito nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas. 
    10. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando una impresión de unanimidad.
No voy a dar ejemplos concretos del uso de este manual, cualquiera que aquí viva, podrá darse cuenta de la aplicación reiterada de dichos principios desde hace varios años.
Al contrario de otros países que tienen conflictos muy arraigados por razones religiosas o raciales, en nuestro país no hay motivos para que padezcamos una división tan enraizada, como les decía en mi artículo “La Profundidad y Alcance de la Crisis Venezolana” cuando les hablaba de la crisis sociológica que padecemos: “La sociedad venezolana está totalmente dividida, hay dos mitades irreconciliables en su forma de ver la vida en sociedad.  No se ve un norte claro y ya la gente se resignó a vivir con problemas.  Se está perdiendo la esperanza de mejorar.  La intolerancia ya ha desencadenado en violencia.  Ambas mitades están convencidas que la otra parte es la culpable de los problemas”.
Es intolerable que por la aplicación de los postulados anteriormente detallados,  los venezolanos nos hayamos dejado dividir de la forma en que lo han hecho.  Es necesario para revertir estos efectos,  que se empiece el proceso de desmontaje de la hipnosis colectiva impuesta y todos los venezolanos nos aboquemos a lograr el desarrollo nacional para salir de la crisis política, económica y social que seguimos sufriendo, a través de una nueva propuesta de gobierno que no esté dirigida a unos pocos sino  a la gran mayoría.
Nos dividieron en pobres y ricos, revolucionarios y escuálidos, buenos y malos, hasta miembros de una misma familia dejan de tratarse, por tan bien implementado método de conquista y perpetuación en el poder.  Si hay divisiones que hacer acá en el país, son entre los que crean los problemas y los que son parte de la solución.  Las divisiones que hay que empezar a hacer para sacar al país de este marasmo son entre los funcionarios públicos honestos y los corruptos; entre las personas trabajadoras y  las flojas, vividoras y sinvergüenzas; entre los  honrados y los  delincuentes; los  cumplidores de la ley y los quebrantadores de ella;  de una división así es que se pueden determinar los verdaderos buenos y los verdaderos malos, y no de la forma que nos impusieron los dirigentes de los  bandos políticos actuales, donde los culpables de la crisis se determinan si están a favor o en contra del gobierno.
Hasta que no abramos los ojos y nos demos cuenta que sin importar nuestra tendencia política, que las personas buenas no son las que tienen más o menos dinero o las que están a favor o en contra del gobierno, sino las que cumplen con las leyes y demás normas de convivencia en sociedad, seguiremos en esta especie de purgatorio, viendo adversarios donde no los hay, ya que nuestros enemigos están bien claros, siempre me estoy refiriendo a ellos: la corrupción y  la delincuencia
Con respecto a la Corrupción, ya anteriormente por este medio he propuesto un catálogo de medidas para combatirla, hoy sólo voy a dar unas cifras para poner en perspectiva el daño que ha ocasionado.
Entre 1959 y 1998 (40 años) los ingresos totales de Venezuela fueron de 427.393 millones de dólares, en cambio entre los años 1999 y el 2012 (apenas 14 años) los ingresos fueron de 1.295.000 millones de dólares (casi el triple de dinero en 26 años menos).  En el primer período de 40 años los ingresos anuales eran de 10.685 millones de US$ y en el segundo de 14 años, los ingresos anuales eran  de 99.615 millones de US$.  Es decir, que con unos ingresos por año de casi diez veces más esto debiera traducirse en 10 veces más obras, pero antes de hablar de obras realizadas, vamos a considerar otra magnitud importante que corresponde a la deuda adquirida, para tener bien claro la cantidad de dinero que ha ingresado a este país.  Para 1998,  la deuda total del país era de 32.809 millones de US$ y en el 2012 ascendió a 215.000 millones de US$;  si sólo consideramos a PDVSA, para 1998 la deuda era de 5.000 millones de US$ y en el 2012 pasó a 78.506 millones de US$.
Con tan descomunal entrada de dinero y aumento de deuda, cabría preguntarse: ¿en qué se han invertido?  Para darle respuesta, vamos por rubros  considerando el período de 40 años de la cuarta república, y el de 14 años de la quinta entre 1999 y el 2012:  Producción de carne de res, en la cuarta el promedio anual era 19,52 kg/hab y en la quinta es de 14,45 kg/hab.  Promedio de producción nacional pesquera por año, en la cuarta 20 kg/hab y en la quinta 13 kg/hab.  Promedio de industrias en la cuarta (entre 1994 y 1998) 10.671 industrias y en la quinta 7.283.  En la cuarta se construyeron internados judiciales y centros penitenciarios para albergar 16.094 personas, en la quinta solo se construyeron 1.764 nuevos puestos.  En la cuarta se construyeron 83 embalses, en la quinta apenas dos.  En la cuarta la infraestructura hospitalaria construida fue de 24.003 camas, en la quinta de 1.774 camas.  En la cuarta se construyeron 2.059 Km de autopistas, en la quinta 402 Km.  En la cuarta se construyeron 40 estaciones en el Metro de Caracas, en la quinta 8 estaciones.  La red troncal de transmisión construida en la cuarta república fue de 2083 Km de 765Kv y 2.949 Km de 400Kv, en la quinta fue de 153 Km de 765Kv y 657 Km de 400Kv.  La construcción anual de viviendas en la cuarta república era de 4,07 viviendas por cada 1000 habitantes, y en la quinta, hasta el 2012 era de 1,88 viviendas por cada 1000 habitantes.  Finalmente en seguridad, los homicidios por cada 100.000 habitantes era de  nueve en la cuarta república, y en la quinta hasta el 2012, era de 275;  el hurto y robo por cada 100.000 habitantes era de 0,72 en la cuarta, y en la quinta de 186.
Ante la anterior pregunta  ¿en qué se ha invertido tanto dinero? y comparamos los resultados, la respuesta que surge es más que evidente, si no está en el agro, la construcción de viviendas y hospitales, infraestructura eléctrica y de transporte, industria, servicios, seguridad, etc;  pues es  más que simple, está en los bolsillos de funcionarios corruptos e inmorales, que solo ejercen la política para enriquecerse, enquistarse en el poder y manipular gente indefensa que cree en ellos por la esperanza de un cambio en sus vidas y que obviamente no llegará porque esas no son sus intenciones, ya que actualmente el 48,4 % (casi la mitad de los hogares venezolanos) está en condiciones de pobreza, y la gran panacea de las misiones, apenas atiende a un 8.4% de la población que vive en pobreza extrema.
En cuanto a nuestro otro flagelo, hasta que no se entienda que la delincuencia es una mesa que se sostiene de 3 patas, no se podrá enfrentar eficientemente, estas 3 patas son Prevención, Represión e Impunidad.
La Prevención sólo podrá darse con una buena educación donde se implemente una reforma educativa integral, se dicten programas dirigidos a minimizar el embarazo precoz, con asignaturas como las que habían anteriormente como “formación moral y cívica” o “educación ciudadana”, hacer entender a la gente que los principales valores en una sociedad son el estudio y el trabajo y no la consolidación de la revolución, que con el ejercicio de una profesión o un oficio trabajando honestamente, podrá satisfacer sus necesidades y las de su familia, pero, para ello también es necesario que el Estado garantice un signo monetario sólido para que a través de una eficaz política monetaria, el producto del trabajo de los ciudadanos provea el progreso del individuo y en consecuencia del colectivo.  En esta cruzada de Prevención las iglesias y centros educativos cumplen un papel fundamental en la labor de promoción de valores, moral y ética.
De la Impunidad nos han dicho que el 98% de los delitos quedan sin castigo y con respecto a la Represión, se habla que solo en la Policía Nacional se necesitan 50.000 funcionarios más para poder hacer frente a una delincuencia que está completamente desatada, haciendo lo que le da la gana, matando policías diariamente y mejor apertrechada de armas, incluso de guerra.
Nuestro país no avanzará si ante tantas denuncias nacionales e internacionales, los que encabezan los poderes públicos se siguen haciendo oídos sordos y no proceden a investigar y poner tras las rejas a los presuntos culpables de delitos tan graves como la corrupción, lavado de dinero, narcotráfico y pare usted de contar;  si no se implementan efectivos planes de combate a la delincuencia, para que dejemos de ser el segundo país con más muertes violentas;  que nuestros gobernantes dejen de echarles la culpa a otros y asuman la responsabilidad por la ineptitud en el ejercicio del poder, ya que es el único país al cual casi todo el mundo se la tiene jurada según ellos.
Un Plan de Gobierno verdaderamente serio y cónsono con nuestra realidad debe tener como objetivos principales el combate a la inflación, la corrupción, la delincuencia y adoptar medidas educativas y de pleno empleo más eficientes, como ya antes me he referido en el “Pentágono de la Crisis Venezolana”, y no seguir con la implementación del inconstitucional Plan de la Patria, donde lo que se busca es el “equilibrio del universo”, la “paz planetaria”, la conformación de un “mundo multicéntrico y pluripolar” y la “preservación de la especie humana”, objetivos muy ambiciosos para un país como el nuestro, pequeño en territorio, cantidad de habitantes y capacidad económica.  Sólo con un cambio a objetivos más reales y prioritarios,  superaremos esta Venezuela Bizarra en la que estamos sumidos.

El Estado Venezolano, Socio Universal de cada Empresa, ¿para qué expropiar?

Debido a los efectos de la Ley de Impuesto Sobre la Renta, el Estado Venezolano se convierte en el socio de cada empresa que funciona en el país, y más aún, de cada persona natural que obtenga ganancias dentro del territorio venezolano, sin llegar a considerar si está domiciliada acá o en el extranjero, lo que importa es la territorialidad o lugar geográfico en donde se produjo la actividad generadora de esas rentas.
En ese sentido, debemos considerar en primer lugar, que no hay distinción, todos los que obtengan ganancias están obligados al aporte de ese tributo; en segundo lugar, el porcentaje de participación no es para nada despreciable, el Tesoro Nacional dependiendo de la magnitud de las ganancias, recibe aportes que van del 6 al 34% si son personas naturales, para las personas jurídicas 15, 22 o 34%, y si la actividad es de hidrocarburos o minas se eleva a un 50 o 60% el impuesto.
Además en tercer lugar, es un socio que está en gran ventaja con respecto a los contribuyentes, ya que sólo participa de esa asociación práctica si obtiene ganancias, pero no si hay pérdidas, ya que si estas llegaren a ocurrir sólo el contribuyente se ve perjudicado por tal situación.
En conclusión, qué sentido tiene expropiar empresas que en la mayoría de las ocasiones terminan siendo ineficientes y generando pérdidas, sostenidas a veces por el otorgamiento de créditos adicionales del presupuesto público, cuando es preferible que estén en manos de particulares, y por ende, mejor administradas y con una buena gerencia que garantice la obtención de ganancias, y de las cuales obligatoriamente el Estado, gracias a la Ley de Impuesto sobre la Renta, indefectiblemente tendrá participación.
Por otro lado, cuando el Estado se hace empresario, las unidades económicas que administra terminan convirtiéndose en las mayores incumplidoras de los derechos y reivindicaciones laborales de los trabajadores a su cargo, ya que entes que deberían salvaguardar esos derechos como las Inspectorías del Trabajo se vuelven inoperantes cuando el patrono es la administración pública, no cumpliendo con su función natural de garantizar los derechos de los trabajadores, convirtiendo en un mito aquello que es mejor ser empleado público que privado.
Con esto, no se plantea una política neoliberal de privatización generalizada, ya que hay actividades de carácter estratégico que deben permanecer en manos del Estado, pero si hay que lograr un cambio radical en la masiva estatización de tantos sectores de la economía, que sólo han degenerado en corrupción, ineficiencia y un enorme gasto público, que producen un inmanejable déficit fiscal que afecta sin distinción a todos los ciudadanos del país, cuando en la práctica a todas luces, es más beneficioso para la sociedad que esa gran cantidad de actividades económicas estén en manos de particulares, generando ganancias y en forma automática tributos, los cuales se han de revertir a la sociedad en forma de obras sociales.

La Necesaria Reconducción del Gasto Público

El déficit fiscal que sufrimos en los actuales momentos se produce principalmente por dos factores, el primero es el exceso de gasto y el segundo es la merma en los ingresos.  Al volvernos cada vez más dependientes de la renta petrolera, la caída de los precios afecta de manera directa nuestras finanzas públicas, y como ese elemento no depende de nosotros sino del mercado, el déficit debemos controlarlo por la vía del otro factor, la reducción del gasto.  No podemos seguir posponiendo el control del gasto, porque la caída del precio del barril de petróleo puede mantenerse por muchos años más, recordemos que quien ha fijado esos precios es Arabia Saudita, país con la mayor cuota petrolera de la OPEP, y su interés principal es llevar a la bancarrota a las empresas que en Estados Unidos comenzaron a explotar el petróleo de esquistos, y dicho proceso puede durar unos cuantos años más.
El Gasto Público podemos controlarlo con tres decisiones gubernamentales.  La primera es la transferencia de empleados públicos al sector privado, la segunda es rediseñar la Gran Misión Vivienda Venezuela y la tercera es lograr que funciones de carácter social pudieran compartirse con el sector privado, como Salud y Educación.
La transferencia de empleados públicos al sector privado puede materializarse con la creación de la Oficina Nacional de Empleo, ente gubernamental del cual me referí en el mes de agosto en mi blog, y que permitiría darle un respiro al presupuesto, debido al exceso de personal en tantos ministerios y demás entes públicos recién creados.  Para motivar a las personas a dar ese paso, se debe ofrecer la liquidación inmediata de las prestaciones sociales a los que demuestren que migran de un sector a otro con la creación de un fondo especial para tal fin, y para el caso de las personas que tengan pocos años para obtener al derecho a la jubilación, pudiese dársele el beneficio por adelantado.   Obviamente van a quedar muchas vacantes en la administración pública, pero hay que partir de un hecho cierto, y es que esa nómina se ha abultado innecesariamente, ya que se han contratado personas que no tienen la capacidad para ejercer los cargos y se ha hecho el ingreso de muchos familiares en forma ilegal.  La función pública debe estar reservada para las personas más eficientes, responsables y honestas del país, que pasen de ser “funcionarios públicos” a “servidores públicos”.  Gente que se contrate por sus credenciales académicas, experiencia laboral y otros  méritos, y no por fidelidad a un partido, proceso o tendencia política.  Las oficinas públicas deben dejar de ser apéndices de casas de partido, con personas utilizadas para ir a marchas y actos de todo tipo, y convertirse en el lugar donde los ciudadanos acuden a resolver sus problemas con eficiencia y sean atendidos con la mayor diligencia.
En cuanto al rediseño de la Gran Misión Vivienda Venezuela, prefiero posteriormente dedicarle otras líneas  para no hacer las presentes tan extensas, sólo quiero reconfirmar la necesidad de ello, pues la inversión que se requiere por parte del Estado es muy cuantiosa, y favorecer a un pequeño porcentaje de personas por hacerlo de manera errónea, ha ocasionado el empobrecimiento general de una gran mayoría, por la equivocada estrategia de devaluar la moneda para obtener los fondos para lograr los objetivos de esa misión y que solo han logrado que el poder adquisitivo del bolívar sea cada vez menor.
La tercera estrategia para reducir el Gasto Público corresponde a la promoción por parte del Estado de políticas que permitan que dos actividades de carácter social como la Educación y la Salud sean asumidas en forma corresponsable por los particulares, como de hecho funciona desde hace mucho tiempo, pero que hay que incrementar.  Cualquiera pudiera pensar que eso significa una privatización, y ese no es el fin de la propuesta.  Lo que ha pasado recientemente es que la gente se ha empobrecido, y la clase media ha tendido a desaparecer, un estado es más eficiente en sus políticas si hace que la gente en vez de empobrecerse, hace que la clase media aumente, y tenga los medios económicos para que pueda pagarle a sus hijos la educación en una institución privada, pueda costear una póliza de Hcm y tener acceso a la salud en clínicas privadas.  Llevando cada vez a más personas a la clase media, la salud y educación pública, estarían reservadas como debe ser, para las clases más populares, es decir, para aquellos que realmente no tendrían acceso por sus propios medios a esos servicios.  El Estado solo debería encargarse de una estricta supervisión de los particulares que se dediquen a dichas actividades.  La justificación de esta medida no obedece solamente a las del tipo económico, sino a las de calidad en la prestación del servicio, son conocidas públicamente estadísticas que indican que las clínicas, con menos de la mitad de la infraestructura instalada en comparación con la de los hospitales, atienden a un 53% de la población.  En las universidades los activistas se quejan que la mayoría de los estudiantes provienen de liceos privados y no de los públicos, y la razón es muy sencilla, los estudiantes que provienen de la educación privada salen mejor preparados.
Si queremos que nuestro país salga de la crisis la solución no es seguir estatizando, hay que reducir el tamaño del Estado para que sea más eficiente, y compartir funciones y actividades con los particulares para que entre todos se sumen esfuerzos en construir una nueva Venezuela.

¿Por qué el Problema Gubernamental Venezolano es de Tipo Gerencial?

Para dirigir un equipo de trabajo es imprescindible poseer ciertas habilidades de tipo gerencial, y es evidente que en años recientes,  en casi la totalidad de los organismos públicos hay carencia de ellas por las razones siguientes:
1.- Un gobierno eficaz, debe estar dirigido por personas con atributos gerenciales ya que siempre deben actuar teniendo en cuenta las 4 funciones básicas de la administración: Planificación, Organización, Dirección y Control.

2.- Quien esté encargado de dirigir una actividad debe estar bien claro de ¿Qué es lo que quiere? ¿Para cuándo lo quiere? ¿Cómo lo va a hacer? ¿Con quiénes lo va a poder lograr? ¿Cuál es la finalidad de hacerlo? y muy importante el ¿Por qué hacer lo que está haciendo?  Para que Venezuela pueda salir adelante debe empezar por configurar un Plan de Gobierno, que le sirva a una gran mayoría de venezolanos y no a una mitad, para que tenga la posibilidad de sumar esfuerzos y todos trabajen en función de alcanzar los fines propuestos, fijándose metas que sean objetivas, razonables y posibles de cumplir en el corto, mediano y largo plazo.
3.-  Los factores que un Gerente debe sumar para conseguir el éxito en cualquier organización, en la cual se incluye una Gestión Gubernamental son:  Plan, Líderes, Personas, Recursos y Acción.  Si falta un Plan solo habrá Confusión;  si la carencia es de Líderes, se generará Ansiedad; si las Personas no están incluidas o solo se trabaja con las incompetentes, conseguiremos Lentitud e Ineficiencia; si escasean los Recursos obtendremos Frustración; y, finalmente si no acometemos la Acción, lo único que tendremos serán Sueños.  Para lograr el éxito, se requiere que las personas que gobiernen a Venezuela tengan la habilidad de cristalizar la fórmula perfecta de un buen plan, los mejores líderes, sumar los esfuerzos de todas las personas, maximizar los recursos y ejecutar las acciones necesarias para enrumbar este país.
 4.- Concentrarse en tener una mejor administración del tiempo, recurso irrecuperable, por lo cual los altos niveles de jerarquía deben centrar sus esfuerzos en actividades fundamentales que estén destinadas a resolver los verdaderos problemas de los venezolanos, logrando en consecuencia el desarrollo nacional, en lugar de ocupar el tiempo en actividades inoficiosas como la politiquería, práctica muy común y que difiere totalmente de un ejercicio político de altura, propio de naciones civilizadas.
5.- Un buen gerente debe hacer una eficiente gestión del talento humano con los que cuenta, es necesario que no solamente administre personal, debe tener conocimientos de comportamiento organizacional, psicología social, motivación, liderazgo, competencias, proactividad, sinergia, entre otros.
6.- Al ser Venezuela un estado empresario, deben sus dirigentes conocer el mercado, saber cómo proceder en condiciones normales de mercados nacientes, maduros o en declinación, o en los casos de entornos complejos, cómo orientar correctamente sus políticas.
7.- Tener nociones del entorno económico, saber especialmente de microeconomía y macroeconomía, y manejar con facilidad los diferentes indicadores como el Producto Interno Bruto, la Inversión, el Consumo, el Gasto Público, la Balanza de Pagos, las tasas de desocupación y los niveles de empleo, etc., identificando los factores que en ellos influyen.
8.- Aplicar conceptos de Modelos Gerenciales, como el Benchmarking, el Leasing, las certificaciones ISO, la administración para la calidad, la calidad total, el mejoramiento continuo, la innovación; que si bien son propios de la Gerencia Empresarial, se pueden aplicar a la Gestión Pública para hacerla más eficiente.
9.- Los gobernantes deberían ser modelos a seguir para las sociedades que dirigen, por lo que deben reflexionar sobre sus acciones, reconocer las equivocaciones y comenzar a fomentar la unión de los habitantes, si en sus países hay problemas de corte sociológico como la intolerancia, la exaltación de antivalores y un clima de violencia.
10.- Hay una gran intrusión del sector militar en actividades de naturaleza civil, si bien es cierto que los militares tienen unas facetas de los cuales carecen la mayoría de los habitantes, como el orden, la disciplina, la responsabilidad, y muchos tienen valores arraigados como el nacionalismo, el amor a la patria, el sacrificio; su estilo gerencial es el de un sistema de órdenes rígido impartido por los superiores y acatado en forma incuestionable por los subordinados con un tipo de liderazgo autocrático, el cual se justifica para actividades que deben ser ejercidas en situaciones extremadamente críticas, es por ello, que ciertas organizaciones figuran bajo la estructura militar, como la policía, los cuerpos de bomberos, la protección civil y las fuerzas armadas, pues su ámbito de actuación es la resolución de situaciones de desastre, como un procedimiento policial, un incendio, una inundación, una guerra, momentos en los cuales depende la vida de otros seres humanos, y las órdenes impartidas por el superior, deben ser cumplidas en forma estricta por los subordinados.  Ese superior jerarca se supone que llegó a ese nivel por los años de experiencia, preparación y entrenamiento, condiciones necesarias para tomar en fracciones de segundo decisiones fundamentales que no pueden ser cuestionadas.  El caso es que otras actividades de tipo civil, como la educación, la salud, las finanzas, la administración de justicia, la diplomacia, etc., deben ser dirigidas por servidores públicos, del ámbito civil, con formación de tipo gerencial, y que tengan la experticia necesaria para lograr acuerdos con sus colaboradores, mantener la moral en alto, motivar y no ordenar, saber delegar en las personas de mayor capacidad y poseer la habilidad de extraer de cada individuo lo mejor de sí, y para ello no están formados los militares, quienes son los llamados a garantizar el orden institucional, así como la defensa y soberanía de la Nación.
Ya es la hora que en Venezuela se empiecen a cumplir los ciclos políticos expuestos desde hace siglos por Aristóteles en su obra “La Política” y que el país comience a ser gobernado por una aristocracia del pensamiento, representada por una generación naciente de políticos apartidistas, deslindados de ideologías dogmáticas y con propuestas prácticas, con especialistas en cada una de las áreas del conocimiento con miras a impulsar todas las actividades productivas, que gocen de una intachable honestidad, que sólo le interese dar lo mejor de sí a este país, lograr el desarrollo nacional y construir una nueva Venezuela.

Análisis Crítico del Plan de la Patria


Es necesario que la población venezolana en general conozca de qué se trata el “Plan de la Patria”, propuesto por los dos últimos presidentes en ejercicio, el cual supuestamente ha de regir el accionar del Poder Ejecutivo para el período del 2013 al 2019.  Digo es necesario, porque del profundo análisis crítico de ese documento, se pueden extraer unos pocos argumentos valiosos y totalmente válidos para ser aplicados por un futuro gobierno que realmente esté interesado en lograr el desarrollo nacional, y que si pudieran colaborar en salir de la crisis que estamos padeciendo al culminar algunos proyectos que ya se han ido adelantando.  Sin embargo, a la gran mayoría de los objetivos que allí se encuentran plasmados, es imprescindible aplicarles varios correctivos y cambiarlos por otros que si enrumben al país en la dirección correcta.  Se pudiese decir que en esencia, lo más importante del “Plan de la Patria” es convertir a nuestra nación en un país potencia, el objetivo está bien claro y es hasta plausible, un objetivo que cualquier venezolano estaría completamente de acuerdo, es un “Qué” acertadamente establecido, el problema está en el “Cómo”, las estrategias para lograr tan anhelado objetivo son de las que carece el “Plan de la Patria”.
Dicho documento está estructurado partiendo de lo general a lo particular.  En lo más general vemos que hay cinco “Grandes Objetivos Históricos y Nacionales”, de los cuales voy a dar mi opinión uno por uno en este artículo.  A su vez, cada uno de esos cinco grandes objetivos, tiene entre 4 o 6 “Objetivos Nacionales” (6 el primero, 5 el segundo, 4 el tercero, cuarto y quinto, para un total de 23), un poco más específicos y que van supeditados a los primeros, de los cuales también se hará a futuro el correspondiente estudio.  Luego, esos “Objetivos Nacionales” se subdividen en unos “Objetivos Estratégicos” (en total 136), que finalmente se disgregan en “Objetivos Generales”.  Cabe destacar, que si hay algo verdaderamente aprovechable del Plan de la Patria, son los Objetivos Estratégicos y Generales, ya que allí si se encuentran plasmados asuntos trascendentales para el país, así como el análisis de algunos datos y la especificidad de varios proyectos que si pudieren ejecutarse, de tener nuestros futuros gobernantes voluntad política para hacer que las cosas marchen bien.
Antes de comenzar a analizar esos 5 “Grandes Objetivos Históricos y Nacionales”, los cuales deberían referirse a lo estructural o punto de partida de una buena gestión de gobierno eficiente que realmente resuelva los problemas de los venezolanos, quiero resaltar que los mismos están cargados de una profunda carga poética y de idealización de situaciones inexistentes.  Los problemas principales de los venezolanos son 5, y los Grandes Objetivos de cualquier Plan de Gobierno deben estar decididamente orientados a resolverlos, no podemos seguir con idealizaciones utópicas y abstractas ni politiquerías solo porque suenan bonito;  esos problemas son una desmedida Inflación, una nefasta Corrupción, una atroz Delincuencia, una deficiente Educación y una errada política de generación de empleos.  Ya estos puntos los he analizado anteriormente en otro artículo bajo el título de “El Pentágono de la Crisis Venezolana”, esos “Grandes Objetivos Históricos y Nacionales” del Plan de la Patria ni siquiera mencionan a esos graves problemas que nos tienen inmersos en la situación terrible de crisis que padecemos.
A continuación los “Grandes Objetivos Históricos y Nacionales”, e inmediatamente mí opinión al respecto:
“I.-  Defender, expandir y consolidar el bien más preciado que hemos reconquistado después de 200 años: la Independencia Nacional”:  Nadie duda que después que Bolívar sacara a los tropas realistas del territorio fuimos y somos independientes, esto no es más que parte del discurso que busca exaltar una supuesta eficiente gestión al lograr la reconquista de la Independencia.  Si se parte que no éramos independientes porque había unos gobernantes que soslayaron nuestra soberanía nacional a favor del imperio norteamericano para satisfacer sus intereses particulares, hoy podría decirse que estamos peor que en décadas pasadas, la corrupción ha llegado a niveles inmensurables;  el país está prácticamente hipotecado a China;  todo el mundo habla de la penetración en todos los espacios por parte de Cuba;  en nuestra Faja Petrolífera del Orinoco, solo  en poquísimos espacios PDVSA por sí sola extrae petróleo, la mayor parte del territorio está operado por empresas mixtas con Vietnam, China, Rusia, Francia, Noruega, Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, Malasia, India, España e Italia, así como Petrocaribe y el Alba.  Para 1998 la deuda total del país era de USD$ 32.809.000.000 (deuda externa, interna y de PDVSA), para el 2012 la deuda asciende a USD$ 215.000.000.000 (deuda externa, interna, PDVSA y Fondo Chino).  Sólo la deuda de PDVSA pasó de 5.000 millones de dólares en el 98, a 78.506 millones de dólares en el 2012.  Es decir, si supuestamente éramos una colonia americana, ahora pudiera decirse que somos una colonia mundial, bien lejos de ser independiente.
“II.- Continuar construyendo el Socialismo Bolivariano del siglo XXI, en Venezuela, como alternativa al sistema destructivo y salvaje del capitalismo, y con ello asegurar la “mayor suma de seguridad social, mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad”, para nuestro pueblo”:  El Socialismo Bolivariano del siglo XXI nadie sabe definirlo, pues ni siquiera tiene una concepción ideológica clara, pareciera que lo que se quiere lograr es una combinación pacífica y adecuada de un gobierno con políticas sociales, mantenido por un capitalismo de estado que  confluye con un poco de capitalismo por parte de algunos particulares, pero con unas leyes de mercado independientes a las del resto del mundo, pero que han de ser funcionales para nuestra sociedad.  Se quiere presentar este sistema como alternativa al “sistema destructivo y salvaje del capitalismo”, argumento también discutible, pues es necesario para lograr el bienestar de los habitantes que funcione un sistema capitalista en una economía al servicio del hombre y no de los mercados.  El socialismo jamás ha servido como una alternativa viable para lograr la mayor suma de felicidad para los pueblos, como luego se analizará en otro artículo;  muy por el contrario, las sociedades que han logrado niveles de felicidad en su población de acuerdo a estudios realizados por la ONU, no han abrazado regímenes socialistas.  Para lograr la “mayor suma de seguridad social” se quiere confundir dos conceptos totalmente distintos, ya que supeditan esta condición a la implantación del socialismo, cuando eso es uno de los fines de un “estado social”, el cual puede funcionar perfectamente con la implementación de una “Economía Social de Mercados”, que evite precisamente que el capitalismo sea destructivo y salvaje, y que tiene como uno de sus principales postulados “Tanto Estado como sea Necesario y tanto Mercado como sea Posible”.  Bajo ese esquema, se entiende al Estado como un ente regulador, de fomento e interventor para dinamizar la economía y ser garante de los derechos de todos los ciudadanos.  No estoy de acuerdo con políticas neoliberales de privatización y especialización internacional del trabajo, ni de “dejar hacer, dejar pasar” de los clásicos;  concuerdo con la política Keynesiana de intervención del Estado en momentos de crisis para impulsar la economía a través de la política fiscal y monetaria, así como lo planteado por List en la corriente historicista alemana, con las adaptaciones correspondientes a nuestro continente, planteadas por los Estructuralistas Latinoamericanos.
“III. Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político dentro de la gran potencia naciente de América Latina y el Caribe, que garanticen la conformación de una zona de paz en nuestra América”: Para convertir a Venezuela en un país potencia, debe abandonarse en forma definitiva la tesis socialista, esto solo ha servido para empobrecer a los venezolanos, generar más corrupción, delincuencia, escasez e inflación, pretendiendo lograr “una justa distribución de la riqueza” pero obteniendo una “injusta distribución de la pobreza”.  País potencia en lo social no podemos ser cuando en este aspecto se incluyen principalmente la salud, la educación y la vivienda, y los resultados han sido desastrosos.  En salud vemos que hay una crisis inmensa de desabastecimiento de equipos e insumos médicos y medicinas, hospitales en malas condiciones y una emigración masiva de profesionales de la salud.  En vivienda, la Gran Misión ha sido recientemente la causante del excesivo incremento del Gasto Público, el cual por una desacertada gestión económica se ha recurrido a la emisión de dinero inorgánico para poder financiarlo, generando en consecuencia la inflación más grande del planeta.  En educación, en algún momento se habló que teníamos una de las más altas matrículas a nivel mundial, pero nuestros profesionales se están yendo a otros países producto de la inseguridad personal y el alto costo de la vida;  por otro lado, no hay una promoción y apoyo a las carreras que pudiesen lograr el desarrollo nacional, como son las científicas, las de ingeniería y las de tecnología.  Una potencia en lo político para mí es algo irrelevante en nuestro país, aparte que el término potencia se aplica solamente en el ámbito económico, ya que una nación que permita dinamizar su economía y la de otros países es la que se conoce como potencia;  al ser una potencia política, esto implicaría la injerencia en políticas internas de otras naciones.  En nuestro caso, ni siquiera se hace una política de altura, esos debates filosóficos están muy lejos del interés de los políticos y de la población, en Venezuela lamentablemente la mayoría de los políticos lo que hace es constantemente ejercer oposición al que resultó electo en un cargo, para que fracase y luego ocupar ese puesto, sin importar que tan bien está haciendo su gestión y si realmente está cumpliendo con los mejores objetivos para nuestra nación, aparte que  una minoría de políticos venezolanos de un bando u otro, con sus excepciones porque si hay gente honesta y trabajadora, llega al poder para enriquecerse de una manera fraudulenta cometiendo actos de corrupción. Para ser una zona de paz, debemos deslastrarnos completamente de la guerrilla y dejar de estar estableciendo relaciones con países que lamentablemente tienen conflictos, debemos empezar por solucionar nuestros problemas y no buscar otros.  Finalmente, para ser un país potencia debemos resolver el asunto económico, luchar contra la corrupción y la delincuencia, y plantear un proyecto de país que no le sirva a la mitad de una población, tiene que ser un proyecto que sea adecuado para una gran mayoría, para que de este modo todos sumen sus mejores esfuerzos en pos del logro de esos objetivos.
“IV. Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo un mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria”:  Este es uno de los objetivos más ambiciosos, imprecisos, abstractos, y poco funcionales para nuestro país.  La paz planetaria no depende de nosotros ni que queramos, eso depende de las grandes potencias y en cuanto al equilibrio del universo dudo mucho que ni siquiera las grandes potencias puedan lograr un equilibrio con los otros planetas y mucho menos con otros sistemas solares.  Influir en la geopolítica internacional consume grandes cantidades de tiempo y esfuerzo en los gobernantes, que deben estar totalmente dedicados a solucionar los problemas de los venezolanos.
“V. Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana”:  Para lograr esto debemos comenzar por nuestro país, explotar de forma más eficiente los recursos de la tierra para que logremos la sustitución de importaciones de comida y seamos autosustentables, garantizar la alimentación y satisfacción del resto de las necesidades de la población, cuidar las cuencas hidrográficas y los reservorios de agua, proteger la fauna, la flora y el ambiente en general, devolverle al Ministerio del Ambiente un rol incluso regulador en la construcción de complejos habitacionales.
Próximamente les presentaré el análisis del resto de los objetivos plasmados en el Plan de la Patria.  Hasta entonces.

Ni Capitalismo ni Socialismo, lo que debe imperar es el Pragmatismo

Para este artículo quiero referirme a un discurso pronunciado por el Ex Presidente de Costa Rica, Oscar Arias, en la Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago el 18 de abril del 2009, en el cual se refería a que los latinoamericanos algo hicimos mal para tener el bajo nivel de desarrollo en comparación con los países industrializados y nos decía estas palabras “…Porque mientras nosotros seguimos discutiendo sobre ideologías, seguimos discutiendo sobre todos los ‘ismos’ (¿cuál es el mejor? Capitalismo, socialismo, comunismo, liberalismo, neoliberalismo, social cristianismo…), los asiáticos encontraron un ‘ismo’ muy realista para el siglo XXI y el final del siglo XX, que es el pragmatismo”.
Luego en su discurso nos cita un ejemplo,  “…recordemos que cuando Deng Xiaoping visitó Singapur y Corea del Sur, después de haberse dado cuenta de que sus propios vecinos se estaban enriqueciendo de una manera muy acelerada, regresó a Pekín y dijo a los viejos camaradas maoístas que lo habían acompañado en la Larga Marcha:  ‘Bueno, la verdad, queridos camaradas, es que a mí no me importa si el gato es blanco o negro, lo único que me interesa es que cace ratones’…Y mientras los chinos hacen esto, y desde el 79 a hoy crecen a un 11, 12 o 13% y han sacado a 300 millones de habitantes de la pobreza, nosotros seguimos discutiendo sobre ideologías que tuvimos que haber enterrado hace mucho tiempo atrás.”
Muy sabias palabras del ex presidente Arias que deberían tener muy presentes los políticos venezolanos de cualquier tendencia, ya basta de ideologías, lo que hace falta es hacer propuestas prácticas que resuelvan los verdaderos problemas de los venezolanos, que por cierto, no son políticos.  Los 5 problemas principales son:  Una inflación desmedida, una delincuencia desatada, una corrupción que arruina al Tesoro Nacional, una educación deficiente (en el que se incluye una carencia de valores inmensa) y la falta de una buena cantidad de fuentes de empleo.
En los últimos años se ha dado demasiada importancia  al tema político, un poco al social y casi que nada al tema económico.  Cuando el tema económico debe tener un interés fundamental por parte de los gobiernos, ya que de esa manera se tendrá el piso para atender los temas sociales.  Al referirme que apenas se atiende un poco lo social, me refiero a que si bien se ha atendido a las personas de más escasos recursos, ha sido de mala manera, porque lo social incluye a todos los habitantes de un país, y no a un solo sector o estrato.  Cuando se devalúa la moneda, para tener enormes cantidades de dinero y sufragar un gigantesco gasto público, se pierde tanto el poder adquisitivo de la moneda que esto arrastra a toda la población del país, incluyendo a los que por una que otra medida demagógica se beneficiaron por alguna prebenda de un gobierno paternalista en un momento determinado, pero que a la final termina empobreciendo a todos por igual, porque en lugar de lograr la “justa redistribución de la riqueza”, lo que se ha hecho es una “injusta redistribución de la pobreza”.
Es tiempo ya para que los políticos reflexionen, se den cuenta que se equivocaron, y apliquen el dicho de “errar es de humanos y rectificar es de sabios”, estamos a tiempo que apenas somos 30.000.000 de habitantes, imaginen cómo será la situación en el 2050 cuando se estime que seamos 40.500.000 si seguimos con esta crisis inflacionaria, de escasez y falta de producción.  El gran problema es de una pésima administración de la gran cantidad de recursos que poseemos, Colombia con 48.000.000 de personas, Estados Unidos con 320.000.000 y China con 1.367.451.000 no tiene tan graves problemas como nosotros;  en esos países si se discute los temas políticos es en las universidades, pero los políticos no pierden el 80% de su tiempo en discusiones ideológicas, de modelos, sino que se concentran en el plano económico, como administrar los escasos recursos para satisfacer las múltiples necesidades, punto central de la economía, para de esta manera tener la suficiente capacidad para encargarse de los temas sociales.  Concluyo con unas palabras de Juan Pablo II  “Despierta y reacciona, es el momento”, frase que cada habitante de este país debe tener presente.

Las 3 Decisiones Fundamentales en Política

Ahora voy a referirme a un asunto que a primeras luces parece intrascendente, ya que no es una propuesta tan pragmática como las que he realizado anteriormente, pero si bien entra en lo teórico e incluso en lo filosófico, hay unas decisiones que definen el accionar de un Gobierno, incluso en forma inconsciente, y que de ello depende qué medidas toma en materia política, económica y social.
En primer lugar, nos encontramos con la manera en cómo es concebido el hombre, a lo largo de la historia desde la antigua Grecia hasta la modernidad, esto ha evolucionado entre un sinfín de pensadores, pero los más representativos por colocarse en extremos contrarios del pensamiento son;  Nicolás Maquiavelo con su libro “El Príncipe”, quien nos presenta un hombre que es movido por sus más bajos instintos y pasiones, la codicia, la ambición y la maldad, y por tanto la política debe responder al reconocimiento de esos hechos, prescindiendo de cualquier idealismo; en “El Príncipe”, Maquiavelo inicia el estudio científico de la política como fenómeno social, y define que la orientación política debe versar sobre esa pesimista realidad.  Por otro lado, encontramos a Jean Jackes Rousseau, con su obra “El Contrato Social”, en la cual nos explica que el hombre es virtuoso y bueno por naturaleza, y son las circunstancias degenarativas de la sociedad quien lo termina corrompiendo, para Rousseau el problema político consiste en cómo rescatar al hombre, apartarlo de los vicios de la sociedad, y devolverlo a su estado primitivo de bondad.  En una posición intermedia, nos conseguimos con las distintas manifestaciones que en sus diversos escritos, nos hace Karl Marx, quien considera que el hombre no es ni bueno ni malo en esencia, sino que tiene un poco de ambas cosas, y que si la sociedad toma las medidas correctas, se llegará en algún momento a un estado de perfectibilidad, en la que todo el mundo será bueno, aportará a la sociedad de acuerdo a sus capacidades, no existirá el egoísmo ni el Estado, todos los hombres serán iguales y la justicia social será algo normal, esta tesis finalista, es la que termina volviendo al Marxismo en una teoría utópica más que en una corriente viable, pues prácticamente promete un reino de los cielos o un paraíso en la tierra.

En segundo lugar, tenemos una decisión fundamental de un político en ejercicio de gobierno, y es que tanta libertad, o que tanta igualdad ha de permitirse, pues una circunstancia aunque no lo parezca es excluyente de la otra, ya que a medida que se aumente la libertad, crecerá la desigualdad, y en la medida en que se trate de imponer una igualdad absoluta y completa entre los seres humanos, con una distribución equitativa de la riqueza, desaparecerá la libertad.  La decisión versa en cómo asegurar la mayor cantidad de igualdad posible, sin sacrificar la mayor cantidad de libertad posible, o visto desde otro punto de vista, como permitir que haya una absoluta libertad, sin incurrir en un estado injusto de desigualdad.
Finalmente en tercer puesto, hay una decisión que si bien es política, influye muchísimo en el plano económico, y corresponde a qué tanto Bienestar Social o qué tanto Desarrollo quiero para el país.  Para lograr un país desarrollado se requiere ahorrar para posteriormente invertir ese dinero en bienes de capital, y ese ahorro conlleva la distracción de recursos de unas necesidades para aplicarlas a otras.   Si por el contrario, todos los ingresos son destinados a satisfacer el bienestar de la población, se sacrifica el desarrollo futuro, y tal directriz conlleva muchos riesgos, ya que tal régimen es solo posible con una bonanza sostenida en el tiempo.  Naciones industrializadas como Inglaterra, Rusia y Alemania pasaron por inmensas privaciones, enormes cantidades de población sometida a condiciones de miseria y con severas restricciones a la libertad para llegar a ese estado de desarrollo, y hoy podría decirse que sus habitantes están gozando del bienestar merecido por épocas tan duras, en el caso de Estados Unidos, para  fortuna de su pueblo, no pasó por tantas vicisitudes como los países anteriores, primero porque jamás ha sufrido los estragos de un conflicto bélico en su territorio, y segundo, porque en un principio fue un país abierto a las inversiones de capitales extranjeros, así como a una inmigración que colaborara con el desarrollo de esa nación.
No voy a tomar posición en cuanto a qué habría que hacer en Venezuela con esas tres decisiones fundamentales, ya que lo que pretendo es hacer consciente de algo que quizás pasa inadvertido en las personas, para que puedan reflexionar adecuadamente al respecto y analizar de un modo crítico cualquier propuesta de gobierno que se le someta a consideración, ya que esos tres aspectos deben estar presentes para evaluarla correctamente, no es simplemente votar por un candidato por su carisma, por legado,  o por quitar al que esté y poner a otro, ya es hora que este país sea gobernado por gente eficiente y capaz, con una visión de país que le sirva a una gran mayoría y no a pocos sectores, y con estrategias bien específicas, concretas, medibles, posibles, relevantes, oportunas y objetivas; para lograr la tan anhelada meta, un país desarrollado que permita el bienestar de sus habitantes, con igualdad social y garantía de libertad.

Referendum Consultivo, un Camino a Nuestra Salvación

Para iniciar mi artículo de hoy, voy a dejar que hable por mí la Constitución Nacional en su artículo 71:  “Las materias de especial trascendencia nacional podrán ser sometidas a referendo consultivo por iniciativa del Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros; por acuerdo de la Asamblea Nacional, aprobado por el voto de la mayoría de sus integrantes; o a solicitud de un número no menor del diez por ciento de los electores y electoras inscritos en el registro civil y electoral”.  Si bien el artículo 71, establece un método de consulta cuyos resultados no parecieran vinculantes, serviría para confirmar la opinión que la mayoría de la población tiene sobre ciertos temas fundamentales, lo que echaría por tierra de una vez por todas el discurso del gobierno y lo obligaría a desarrollar una política cónsona con el sentimiento nacional imperante en los actuales momentos.
En ese sentido, y para tratar de revertir la situación de grave crisis que estamos padeciendo, propongo un referendo consultivo de apenas diez preguntas, para que el pueblo de Venezuela a través de este instrumento se pronuncie sobre varias materias de indudable trascendencia nacional, las cuales deben considerarse en forma individual para posteriormente implementar los correctivos jurídicos necesarios y adecuar las leyes a las necesidades del país.  Las consultas que a continuación se detallan no deben entenderse como una reforma, enmienda o asamblea constituyente, cuyos resultados deben implementarse en su conjunto, pues muchas de las materias consultadas son congruentes con la carta magna, y otras, darían pie para que al menos se inicie un proceso de enmienda.

Las preguntas objeto del Referendo Consultivo que propongo son las siguientes:
1.- ¿Cree usted que los cargos de Vicepresidentes y Ministros de las áreas de Economía, Planificación y Finanzas, deberían ser elegidos por el Presidente de la República, entre una terna de candidatos propuestos por las Universidades Públicas Autónomas, la Academia Nacional de Ciencias Económicas  y los Colegios Profesionales de Administradores, Economistas y Contadores?
2.- ¿Está usted de acuerdo con que el Gobierno cese las expropiaciones a empresas privadas?
3.- ¿Para acabar con la desunión de los venezolanos y fomentar la reconciliación y el entendimiento nacional, está usted de acuerdo con que los funcionarios públicos, sólo se refieran a los habitantes del país como venezolanos o ciudadanos, so pena de destitución del cargo si infringen dicha disposición?
4.- ¿Está usted de acuerdo con qué se implemente un nuevo método de elección de altas autoridades de los Poderes Públicos, para garantizar el principio de autonomía y separación de poderes, se fortalezca la democracia venezolana y se dé preeminencia a los ideales bolivarianos previstos en el Discurso de Angostura?
5.- ¿Está usted de acuerdo con se investiguen a fondo los casos de las divisas asignadas a empresas fantasmas, denunciadas por el Ex Ministro Giordani, así como los de lavado de dinero del Banco D’Andorra, y la Banca Suiza?
6.- ¿Está usted de acuerdo con que se separen de sus cargos los funcionarios que hayan sido objetos de denuncia nacional e internacional por casos de corrupción, narcotráfico y lavado de dinero, mientras se realicen las investigaciones correspondientes, y una vez  terminadas las mismas, vuelvan a sus respectivos cargos en caso de resultar inocentes?
7.- ¿Está usted de acuerdo con que la programación del Canal de todos los Venezolanos, VTV, tenga una programación equilibrada y haya espacios para que las fuerzas políticas de la oposición, puedan tener participación en dicha programación?
8.- ¿Está usted de acuerdo con el cese inmediato de la aplicación del Plan de la Patria, por plantear un sistema de gobierno socialista a todas luces inconstitucional, y en consecuencia nulo de nulidad absoluta, y por tanto inaplicable e inaceptable?
9.- ¿Cree usted que deberían los representantes de la Contraloría y la Fiscalía General de la República exponer en cadena nacional, al menos una vez al mes, los resultados en las investigaciones de casos de corrupción, y después permitir una rueda de prensa?
10.- ¿Está usted de acuerdo con que se realice un conteo manual de todos los votos en los venideros procesos de sufragio, después que se hayan transmitido los resultados electorales?
Asimismo, quiero complementar lo establecido en dicho artículo 71 con el artículo 5 de nuestra Carta Magna:  “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley… Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos”.
La opinión de la mayoría de los venezolanos reflejada en los resultados de un Referendo Consultivo como el propuesto, obligaría a los gobernantes a corregir el rumbo de su accionar para trabajar en función de los intereses nacionales y no los partidistas e individuales, así como llevar a cabo las acciones necesarias para que pueda materializarse ese etéreo principio que la soberanía reside en el pueblo; de no hacerlo, reconocerían el corte autoritario y poco democrático que hasta ahora niegan fundamentándose sólo en la realización de numerosas elecciones.
Ya queda de parte de los partidos políticos y la sociedad civil, organizar la solicitud de apenas un diez por ciento (10%) de los inscritos en el Registro Electoral, en un instrumento que estoy seguro que una inmensa mayoría, incluyendo a afectos del Gobierno, darían el Sí a por lo menos 7 de esas 10 preguntas.
También quiero expresarles mi convicción de que la solución tiene que ser totalmente pacífica, tal como lo hizo Gandhi para liberar a la India del imperio inglés; la batalla ha de ser la de las ideas, nuestro instrumento la Constitución y las leyes; nuestro objetivo, Construir una Nueva Venezuela que indefectible e inaplazablemente necesitamos con urgencia cada uno de los venezolanos sin distingo de ningún tipo.
Finalmente, quiero traer a colación el diálogo que sostuvo Pedro Carujo, quien haciendo uso de la insolencia del bárbaro que tiene el control de las armas, pone bajo arresto al Dr.  José María Vargas, y le dice alardeando de su posición de militar:  “Señor Vargas, el mundo es de los valientes”,  a lo que nuestro ilustre representante de la magnificencia de la magistratura civil le responde:   “No, el mundo es del hombre justo. Es el hombre de bien, y no del valiente, el que siempre ha vivido y vivirá feliz sobre la tierra y seguro sobre su conciencia”.  Por el bien de la Patria, espero que todos aceptemos el reto y nos avoquemos en la reconstrucción de la Nación, seamos como Vargas enfrentando con firmeza el desdén de la tiranía, con los argumentos propios del hombre justo y civilizado, dueño de la verdad.