Influencia de los tratados de libre comercio con Estados Unidos sobre
Perú y Colombia.
PERÚ
En años recientes, el Perú ha gozado de resultados favorables sin
precedentes en su relación comercial con Estados Unidos. Hoy, a nuestro
principal socio comercial le vendemos la tercera parte de lo que exportamos y,
a su vez, le compramos la quinta parte de lo que importamos. Desde que se firmó
el ATPA (1993) y posteriormente el ATPDEA (2001), las exportaciones peruanas a
Estados Unidos han crecido a un ritmo promedio de 15% anual. Debe subrayarse
que, después de haber sido deficitaria durante siete años, en el año 2000 el
saldo de la balanza comercial (exportaciones menos importaciones) con Estados
Unidos ha arrojado superávit comerciales cada vez mayores, hasta llegar a un
saldo comercial favorable en el 2004.
La expansión exportadora no sólo debe ser valorada en términos de
cantidad, sino también de calidad. Gran parte del crecimiento exportador hacia
Estados Unidos se sustenta en la elevada demanda del mercado estadounidense por
productos manufacturados y agroindustriales, que son los que más empleos
generan. En efecto, Estados Unidos constituye el principal mercado de destino
de las exportaciones de productos manufacturados peruanos (absorbe el 41% del
valor manufacturero exportado al mundo), que son los que más mano de obra
requieren. Sólo en el año 2004, las exportaciones de bienes manufacturados
hacia Estados Unidos crecieron 37%, lo que forma parte de la consolidación de
un sector exportador que depende menos del precio internacional de las materias
primas.
Una de las razones que hace que el Perú afronte este proceso de
negociación para integrarse al gran mercado de Estados Unidos es la
complementariedad existente entre las economías de ambos países: a Estados
Unidos le exportamos más manufacturas que a otros países y le compramos
mayoritariamente bienes de capital e insumos que nuestras empresas necesitan
para crecer y poder producir bienes con mayor valor agregado. El terreno para
crecer en la exportación de bienes con valor agregado es enorme, pues el 84% de
todo lo que Estados Unidos compra al mundo son productos manufacturados y el
Perú al tener un TLC con dicho país puede sacar provecho de tal oportunidad.
Debido a que el Perú cuenta con un mercado interno reducido y con bajo
poder adquisitivo, sólo podrá incrementar su producción, crear más empresas y
generar más empleos mejor remunerados para su población si sus productos
ingresan a mercados más grandes que el suyo y con mayor poder adquisitivo. El
caso de Estados Unidos es significativo, pues no sólo es la economía más grande
del planeta (representa el 30% del PBI mundial) sino también la que más
productos le compra al mundo (17% de las importaciones mundiales). En ese
sentido, el TLC es importante para Perú porque ofrece la oportunidad de ampliar
el acceso de sus productos a un mercado con un poder de compra 198 veces mayor
que el peruano (mientras Estados Unidos cuenta con 291 millones de habitantes
con un ingreso promedio de 37 mil dólares anuales, Perú sólo tiene 27 millones
de habitantes que perciben 2 mil dólares anuales). Con sólo penetrar 0,1% más
del mercado de Estados Unidos, Perú incrementaría sus exportaciones en 60% y su
PBI en 3%.
Estados Unidos, aparte de ser el principal socio comercial del Perú, es
el mercado que más compra en el mundo. Pero, además, por una razón sencilla:
los países que compiten entre ellos, es decir, que producen bienes similares,
no se complementan, mientras que con países que producen bienes que mayormente
adquirimos y no producimos si nos complementamos perfectamente. En el caso de
Estados Unidos, las importaciones peruanas son marcadamente complementarias y
casi no compiten con la producción nacional. Hoy, el 88% de las importaciones
procedentes de Estados Unidos corresponden a bienes de capital y bienes
intermedios. Es decir, a insumos que el Perú no produce y que más bien son
necesarios para producir bienes finales o a maquinarias, equipos y tecnología
que tampoco se producen internamente. En este contexto, la desgravación de
estos productos favorecerá la competitividad de las empresas peruanas, pues se
importarán a menor precio más insumos especializados y bienes de capital que
nuestras empresas necesitan para darle mayor valor agregado a sus productos y
de esa manera generar mayor productividad y empleo.
Perú cuenta con acceso preferencial al mercado estadounidense a través
de la Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de la Droga (ATPDEA),
que beneficia alrededor del 60% de las exportaciones de Perú. Sin embargo,
estas preferencias han sido otorgadas unilateralmente y de manera transitoria
(el ATPDEA vence el 31 de diciembre de 2006). En consecuencia, el ATPDEA
presenta limitaciones para promover inversiones de largo plazo que permitan un
crecimiento sostenido de las exportaciones. Precisamente, con el TLC se busca
asegurar un acceso preferencial (libre de aranceles) de carácter permanente
para todos los productos que conforman la oferta exportable peruana, así como
la eliminación de las barreras no arancelarias que limitan el acceso real de
las exportaciones peruanas a Estados Unidos. Otra razón importante para haber
iniciado negociaciones bilaterales con Estados Unidos es el estancamiento de
las negociaciones multilaterales del ALCA. En ese contexto, sabiendo que el
ATPDEA expiraba a finales del 2006 y que había poca certidumbre para la
culminación del ALCA, en el año 2005 Perú decidió consolidar y ampliar los
beneficios del ATPDEA a través de la negociación de un TLC con Estados Unidos.
De no firmarse el TLC, Perú podría perder los beneficios arancelarios
unilaterales que Estados Unidos otorga actualmente a los países andinos
mediante el ATPDEA, que caduca a fines del 2006. Por ejemplo, sin el ATPDEA,
los 700 millones de dólares en textiles y los 300 millones de dólares en
productos agrícolas que Perú vende a Estados Unidos se verían desplazadas de
dicho mercado por la competencia de otros países cuyos productos ingresan sin
pagar arancel. Por ello, lo que se busca es no perder este importante beneficio
e incluso hacerlo permanente en el tiempo con un TLC. Por otro lado, si Perú
deja de firmar un TLC y otros países competidores sí lo hacen, los
inversionistas irán a esos países ––desde los que pueden exportar con arancel
cero a Estados Unidos––, alejando de Perú la oportunidad de atraer inversión y
generar empleos de buena calidad.
Perú representa tan sólo 0,23% del comercio internacional (exportaciones
más importaciones) de Estados Unidos. Por lo tanto, los intereses de Estados
Unidos en Perú, y en general en la región andina, abarcan otras dimensiones
además de las estrictamente comerciales, entre las que destacan el
fortalecimiento de la democracia en países en desarrollo y la lucha contra el
terrorismo y la erradicación de la droga. Adicionalmente, Estados Unidos busca
impulsar negociaciones en América Latina y el mundo para ejercer presión sobre
los países o bloques de países más proteccionistas y avanzar hacia la
conclusión del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y la Ronda
de Doha en la Organización Mundial de Comercio (OMC). Finalmente, Estados
Unidos está también interesado, al igual que Perú, en asegurar el cumplimiento
de los derechos de propiedad intelectual, mejorar las condiciones para sus
inversionistas en el país con el que negocia, lograr que sus empresas accedan a
licitaciones estatales en igualdad de condiciones que las empresas nacionales,
y proteger estándares medioambientales y normas laborales en los procesos
productivos.
En líneas generales, con el TLC Perú busca ampliar y hacer permanente el
acceso preferencial (libre de aranceles) de las exportaciones peruanas a
Estados Unidos, así como eliminar las barreras no arancelarias que enfrentan
para garantizar su acceso real a dicho mercado. Debido a ello, el TLC
constituye una importante oportunidad para que el Perú expanda sustancialmente
su comercio exterior con el fin de contribuir a mejorar la calidad de vida de
los peruanos, a través de la creación de más y mejores puestos de trabajo y del
acceso del consumidor nacional a una mayor variedad de productos de menor
precio y mayor calidad. Adicionalmente, el TLC hará posible atraer mayores
niveles de inversión, generar mayor eficiencia económica, reforzar la
estabilidad de la política económica e institucional y reducir la percepción de
riesgo-país ante los agentes económicos internacionales que permita a la deuda
soberana peruana obtener la calificación de grado de inversión.
COLOMBIA
El Acuerdo de Promociones Comerciales entre Estados Unidos y Colombia,
por sus siglas TLC, es un Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Estados
Unidos, aprobado el 12 de octubre del 2011, vigente desde mayo del siguiente
año.
En cuanto a su trámite legislativo, para entrar en vigencia con rigor
legal, debió surtirse su ratificación por parte de los congresos de Estados
Unidos y Colombia. En Estados Unidos, al final del mes de agosto de 2006 el
presidente George W. Bush entregó al Congreso de los Estados Unidos el texto
final del acuerdo para su discusión y aprobación. Desde abril de 2008 la
votación para su aprobación quedó aplazada después de que el expresidente Bush
enviara el tratado intempestivamente para su aprobación, lo que fue considerado
como una presión indebida por parte del Partido Demócrata.
Durante la campaña presidencial del 2008 en Estados Unidos el tema del
tratado salió a relucir en algunas ocasiones. El entonces candidato por el
Partido Republicano de los Estados Unidos John McCain manifestó en un debate
televisado su respaldo, mientras el entonces candidato por el Partido Demócrata
de los Estados Unidos el Presidente Barack Obama manifestó que no le parece
conveniente mientras en Colombia persistan las violaciones a los Derechos Humanos
de los sindicalistas. El 21 de octubre de 2008, el Asesor para Asuntos
Hemisféricos de la campaña demócrata, Dan Restrepo, manifestó que Obama
comprende la importancia de Colombia para Estados Unidos y que eventualmente
podría reevaluar la conveniencia del tratado.
La demora en la aprobación definitiva del TLC, por parte de los
congresos de ambos países, puso en aprietos a los exportadores que disfrutan de
los beneficios arancelarios de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y
Erradicación de la Droga (ATPDEA).
Por su parte, el Congreso Colombiano ratificó el TLC. En un inicio el tratado fue aprobado en
el Congreso colombiano con la negativa de las bancadas de la oposición de la
izquierda y centro-izquierda en los partidos del Polo Democrático Alternativo y
Partido Liberal Colombiano, pero más tarde el principal opositor de este
proyecto sería el Congreso de los Estados Unidos que no lo aprobó después de
que el Partido Demócrata alcanzara la mayoría en el congreso de ese país y
cambiaran las posturas frente a las políticas del gobierno Bush. Finalmente, el
tratado entre Colombia y Estados Unidos, fue aprobado por la Cámara de
Representantes y el Senado estadounidense, el 12 de octubre de 2011.
El tratado fue aprobado en la VI Cumbre de las Américas que tuvo lugar
en Cartagena del 9 de abril al 15 de abril de 2012, y entró en vigencia el 15
de mayo de 2012.
Los partidarios del Tratado consideran que tiene los siguientes efectos
favorables:
- El aporte de algunos puntos porcentuales al crecimiento económico:
la cifra de este aporte también permanece sin consenso.
- El crecimiento del volumen de comercio internacional del país,
tanto en exportaciones como en importaciones.
- La mejora de la percepción internacional que se tiene de Colombia
en el exterior lo cual debe "reducir en algo el riesgo del país y el
costo de endeudarse en el exterior".
- El acceso (en una proporción difícil de precisar) de las empresas
colombianas a las compras del sector público estadounidense.
- Colombia gana con el TLC, porque tiene un contrato de estabilidad
en las reglas del juego con su principal socio comercial".
Los que están en contra del TLC argumentan, en general, que en el
balance neto Colombia seguiría obteniendo una ganancia mínima, y reprochan lo
siguiente:
- Distribución desigual de ventajas del TLC: el gobierno asumió
oficialmente que hay ganadores y afectados cuando este tratado entrara en
el vigor. Diferentes sindicatos han expresado su rechazo a ese acuerdo al
considerarlo perjudicial para la economía nacional, principalmente en los
aspectos agrícolas y de propiedad intelectual. Sectores perjudicados son
el arroz, el trigo, el maíz, el azúcar, la avicultura, la ganadería vacuna
y la porcicultura. Van a resultar afectados, no porque desaparezcan, sino
porque ahora van a tener que ganar menos, trabajar más y competir más. En
todo caso, habrá unos cambios estructurales muy grandes si el TLC entrara
en vigor. Los sectores más tocados por estos cambios serán: el sector
agropecuario, el sector de la salud pública (se afecta el acceso a la
salud por el acápite del mismo en el que los monopolios farmacéuticos
norteamericanos “lograron subir los estándares de protección de su sector,
por encima de los parámetros de la OMC… Eso se reflejará en menor
competencia, mayor monopolio y, por ende, el incremento de los precios al
consumidor”), el sector industrial (por la entrada de productos
remanufacturados que competirían con los productores nacionales a muy
bajos costos).
Jorge Enrique Robledo, senador del opositor Polo Democrático
Alternativo, consideró que el TLC "es un acuerdo de mula y jinete",
que generará más pobreza y con el cual solo ganan los Estados Unidos.
- Falta de consulta popular (que sería imprescindible en un asunto tan
importante). Las disputas alrededor del TLC son incrementadas por la
ausencia de una consulta popular al respecto. Hasta ahora, diferentes
gremios, sindicatos y ciudadanos comunes han expresado su rechazo a ese
acuerdo al considerarlo perjudicial para la economía nacional,
principalmente en los aspectos agrícolas y de propiedad intelectual. Otros
sectores económicos resultan claramente beneficiados, como las
confecciones, las flores, los plásticos y los artículos de cuero. Frente a
estas amplias divergencias, una consulta popular podría ser útil.
Ensayo realizado por Marian Barba
de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV
para la Cátedra Economía y Política Fiscal
dictada por el Prof. Luis López
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