Ni Capitalismo ni Socialismo, lo que debe imperar es
el Pragmatismo
Para este
artículo quiero referirme a un discurso pronunciado por el Ex Presidente de
Costa Rica, Oscar Arias, en la Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago el
18 de abril del 2009, en el cual se refería a que los latinoamericanos algo
hicimos mal para tener el bajo nivel de desarrollo en comparación con los
países industrializados y nos decía estas palabras “…Porque mientras nosotros
seguimos discutiendo sobre ideologías, seguimos discutiendo sobre todos los
‘ismos’ (¿cuál es el mejor? Capitalismo, socialismo, comunismo, liberalismo,
neoliberalismo, social cristianismo...), los asiáticos encontraron un ‘ismo’ muy
realista para el siglo XXI y el final del siglo XX, que es el pragmatismo”.
Luego en su
discurso nos cita un ejemplo,
“…recordemos que cuando Deng Xiaoping visitó Singapur y Corea del Sur,
después de haberse dado cuenta de que sus propios vecinos se estaban
enriqueciendo de una manera muy acelerada, regresó a Pekín y dijo a los viejos
camaradas maoístas que lo habían acompañado en la Larga Marcha: ‘Bueno, la verdad, queridos camaradas, es que
a mí no me importa si el gato es blanco o negro, lo único que me interesa es
que cace ratones’…Y mientras los chinos hacen esto, y desde el 79 a hoy crecen
a un 11, 12 o 13% y han sacado a 300 millones de habitantes de la pobreza,
nosotros seguimos discutiendo sobre ideologías que tuvimos que haber enterrado
hace mucho tiempo atrás.”
Muy sabias
palabras del ex presidente Arias que deberían tener muy presentes los políticos
venezolanos de cualquier tendencia, ya basta de ideologías, lo que hace falta
es hacer propuestas prácticas que resuelvan los verdaderos problemas de los
venezolanos, que por cierto, no son políticos.
Los 5 problemas principales son:
Una inflación desmedida, una delincuencia desatada, una corrupción que
arruina al Tesoro Nacional, una educación deficiente (en el que se incluye una
carencia de valores inmensa) y la falta de una buena cantidad de fuentes de
empleo.
En los últimos
años se ha dado demasiada importancia al
tema político, un poco al social y casi que nada al tema económico. Cuando el tema económico debe tener un
interés fundamental por parte de los gobiernos, ya que de esa manera se tendrá
el piso para atender los temas sociales.
Al referirme que apenas se atiende un poco lo social, me refiero a que
si bien se ha atendido a las personas de más escasos recursos, ha sido de mala
manera, porque lo social incluye a todos los habitantes de un país, y no a un
solo sector o estrato. Cuando se devalúa
la moneda, para tener enormes cantidades de dinero y sufragar un gigantesco
gasto público, se pierde tanto el poder adquisitivo de la moneda que esto
arrastra a toda la población del país, incluyendo a los que por una que otra
medida demagógica se beneficiaron por alguna prebenda de un gobierno
paternalista en un momento determinado, pero que a la final termina
empobreciendo a todos por igual, porque en lugar de lograr la “justa
redistribución de la riqueza”, lo que se ha hecho es una “injusta
redistribución de la pobreza”.
Es tiempo ya
para que los políticos reflexionen, se den cuenta que se equivocaron, y
apliquen el dicho de “errar es de humanos y rectificar es de sabios”, estamos a
tiempo que apenas somos 30.000.000 de habitantes, imaginen cómo será la
situación en el 2050 cuando se estime que seamos 40.500.000 si seguimos con
esta crisis inflacionaria, de escasez y falta de producción. El gran problema es de una pésima
administración de la gran cantidad de recursos que poseemos, Colombia con 48.000.000
de personas, Estados Unidos con 320.000.000 y China con 1.367.451.000 no tiene
tan graves problemas como nosotros; en
esos países si se discute los temas políticos es en las universidades, pero los
políticos no pierden el 80% de su tiempo en discusiones ideológicas, de
modelos, sino que se concentran en el plano económico, como administrar los
escasos recursos para satisfacer las múltiples necesidades, punto central de la
economía, para de esta manera tener la suficiente capacidad para encargarse de
los temas sociales. Concluyo con unas
palabras de Juan Pablo II “Despierta y
reacciona, es el momento”, frase que cada habitante de este país debe tener presente.
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