EL PENSAMIENTO ECONÓMICO DE NICHOLAS KALDOR
El economista húngaro Nicholas Kaldor se
dedicó a observar procesos de crecimiento en algunos países desarrollados, y de
esta manera nacen las denominadas 3 leyes de Kaldor, las cuales tienen como
objetivo principal mostrar las
diferencias que habría entre los respectivos procesos de crecimiento,
especialmente en el efecto positivo que genera la expansión industrial en las economías
de un determinado, debido a su efecto inductor del crecimiento de los demás
sectores.
Primera
Ley
Determina como la tasa de
crecimiento de una economía se relaciona positivamente con la tasa de crecimiento
de su sector industrial, por lo cual se considera el principal motor de
crecimiento. Por ello es que se pone al sector manufacturero como el que genera
efectos multiplicadores en la economía de un país. Kaldor dice, que eso se debe
a que las demandas por manufacturas son elásticas con relación al ingreso; y por
otra parte, a su encadenamiento productivo hacia atrás, es decir, hacia sus
proveedores. También las economías de aprendizaje que
pueden obtenerse a medida que avanza la división del trabajo y se fortalece la
especialización como resultado de la expansión de las actividades
manufactureras de dicho país.
Segunda
Ley ( Ley de Verdoorn)
Establece que
un aumento en la tasa de crecimiento en la producción manufacturera
causa un incremento en la productividad del trabajo dentro del mismo sector,
debido al proceso de aprendizaje que se deriva de una división del trabajo.
Esto se asocia a la expansión del mercado como a las economías de escala que
emergen de las mejoras tecnológicas y de la innovación en general.
Tercera Ley
La productividad de los otros sectores no
manufactureros aumenta cuando la tasa de crecimiento del producto industrial se
incrementa porque acrecienta la demanda por trabajo, atrayendo mano de obra que
se encuentra en sectores tradicionales con desempleo disfrazado. En dichos sectores disminuye el empleo pero el producto
no se reduce, lo cual se manifiesta como un aumento de la productividad del
trabajo.
Por otro lado, la transferencia de recursos de
sectores de baja productividad a otros de alta productividad, genera un efecto
favorable en la productividad agregada de la economía, ya que trabajadores poco productivos
empleados en actividades tradicionales se convierten en fuerza laboral
industrial más productiva.
Ahora bien, la importancia de las industrias en cualquier
país es obvia, ya que las mismas generan grandes fuentes de trabajos, que
consisten prácticamente en mano de obra para poder manipular la materia prima,
o en manejar las maquinarias necesarias dependiendo del tipo de industria en el
que se labore, y mientras más bienes y servicios haya en una sociedad, más calidad de vida disfrutan sus habitantes. Las
industrias hoy en día son las bases de la economía en numerosos países, por no
decir todos ya que algunos sólo se enfocan en enviar las materias primas a
otros países más desarrollados donde se elaborarán los productos.
Vivimos en un mundo totalmente comercial
globalizado donde se intercambian bienes diariamente, generando una cantidad de
dinero exorbitante a nivel mundial.
Hasta la Segunda Guerra Mundial la
industria era el sector económico que más aportaba al PIB y el que más mano de
obra ocupaba. Desde entonces, y con el aumento de la productividad por la
mejora de las infraestructuras, la tecnología, (por ejemplo la robotización de
la industria en países desarrollados) y el desarrollo de los servicios, ha
pasado a un segundo término; más continúa siendo esencial, puesto que no puede
haber ni generarse servicios sin un desarrollo industrial.
En nuestro país Venezuela, la
industrialización se ha ido desarrollando muy lentamente, especialmente en
comparación con otros países de Latinoamérica. Es a partir de los años 50 que
se empieza ver una pequeña aparición del mismo. En los últimos años
específicamente, en estas dos últimas décadas, hemos vivido un terrible
retroceso, un proceso gradual de desindustrialización que ha reforzado la
dependencia externa de la economía nacional, empobreciendo el país, siendo
Venezuela un ejemplo que ilustra en negativo,
la importancia que tienen las industrias para que una nación pueda
disfrutar de la prosperidad.
Ensayo preparado por Maryvette Nunez, estudiante de la
Escuela de Estudios Internacionales de la UCV,
bajo la supervisión del profesor Luis López
de la cátedra Economía y Política Fiscal
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