Voy a comenzar a exponer de manera sucinta los factores desencadenantes de la Crisis Venezolana, la cual es muy profunda, crónica, compleja y con muchas aristas, de naturaleza política, económica, social, sociológica, psíquica, cultural y educativa; estos factores los he ido analizando en mi blog desde mediados del año pasado, donde he planteado varias propuestas para palear la situación de crisis que estamos viviendo, que se agudiza constantemente, y para enfrentarla se requiere que los venezolanos dejemos de ser indiferentes y pongamos nuestro grano de arena en la reconstrucción del país.
En primer término, hay que reconocer lo sistemático de la crisis, al igual que un organismo vivo un país es un sistema, compuesto a la vez por diversos subsistemas que interactúan entre sí y, como partes del todo, son interdependientes. Nuestro sistema país está integrado por los subsistemas económico, político, institucional, empresarial, familiar, social, individual, religioso, educativo, etc., una deficiencia en uno, genera un daño colateral en el resto, alterando el funcionamiento de dicho sistema. Finalmente como parte introductoria, quiero enfatizar que los problemas no deben atacarse por las consecuencias, sino que debe analizarse cuál es la causa que lo generó y concentrar allí las medidas correctivas, considerando siempre si subsidiariamente no se generará un perjuicio en otro aspecto. La Crisis venezolana se manifiesta en:
- Crisis Política: En estos tiempos no hay un ejercicio serio de la Política, con “P” mayúscula, sino de la politiquería, desde hace muchos años la política que se ejerce, es la que tiene la razón quien grita, humilla y ofende más que el otro, sin tomar en cuenta la validez de sus argumentos. Soy de los que cree que la solución de este país no está en manos de los políticos actuales porque ellos son parte del problema. El ejercicio de la política es simplemente para defender la cuota de poder que tienen asignada, sin permitir el paso a otros, porque eso atentaría contra los intereses individuales. No hay una vocación de servicio público que vele por los intereses nacionales a corto, mediano y largo plazo. No se establecen metas objetivamente realizables, ni existe un plan de gobierno serio que realmente esté diseñado para satisfacer las necesidades de los venezolanos. Hay demasiada manipulación. Lo único que se habla es del pasado y no hay propuestas para implementar en el presente, que permitan avizorar un mejor futuro.
- Crisis Económica: Sólo quiero indicar que para corregir este aspecto de la crisis tan importante, debe impulsarse el desarrollo industrial de la Nación para liberarnos de la dependencia del petróleo; industrializarse no es meramente una decisión que con simplemente tomarse se convertirá en realidad, para ello se requiere la inversión de grandes cantidades de capital privado, una mano de obra calificada, unas condiciones de mercado interno y externo más óptimas, seguridad jurídica, moneda estable, respeto a la propiedad privada, etc.
- Crisis Social: Hay demasiados problemas en el ámbito social, en especial, en la educación, la salud y la vivienda, que son padecidos por una enorme cantidad de población. Esa crisis se generó porque económicamente en el país se ha aplicado una política Keynesiana de intervencionismo estatal, los políticos venezolanos a partir de la década de los setentas se volvieron demagógicos, la cual es una degeneración de la democracia, y optaron por mantenerse en el poder, representando gobiernos paternalistas que le hacen creer a la población que ellos son los que pueden y deben resolverles los problemas. Ese intervencionismo paternalista combinado con una importante dosis de corrupción, ha traído como consecuencia que todo lo que esté en manos del Estado se vuelva ineficiente; de allí que se haga necesario un replanteamiento del papel del Estado, haciendo que las políticas de Gobierno estén orientadas al crecimiento de la clase media, para que las personas tengan los medios económicos para costearse sus bienes y servicios y no dependan de la benevolencia de los gobernantes. El Estado debe ser interventor pero solo con facultades de fiscalización y fomento, y debe dejarle a los particulares que hagan la mayoría de las actividades propias de la vida en sociedad.
- Crisis Cultural: Acá lo cultural no ha de entenderse como las tradiciones y folklore, o las actividades de tipo artístico. Esta crisis está definida por aquellos elementos negativos (afortunadamente también hay elementos muy positivos en nuestra sociedad) que configuran la cultura del venezolano: “el no me dé póngame donde hay”, “si otro lo hace yo también puedo hacerlo”, “se puede hacer si no hay quién me vea”, el cortoplacismo, la falta de planificación, el vivir día a día, “el cómo vaya viniendo vamos viendo”, el consumo de licor, “el ta’ barato dame dos”, los juegos de envite y azar, el estar atenido a los designios del destino, el consumismo, la agresividad, el machismo, esa desgraciada propensión a la corrupción y al delito. Afortunadamente no todos los venezolanos tienen estos problemas, pero si tenemos la crisis que padecemos es porque hay un porcentaje importante de la población, que sí tiene esa cultura de antivalores arraigada en su psiquis y lo más grave, es que se considera que esas actitudes son perfectamente normales.
- Crisis Educativa: Las deficiencias en la educación formal de los primeros años de vida son notables a nivel universitario, la baja calidad de un importante porcentaje de profesionales de la educación, y las equivocadas políticas de Estado que contravienen los niveles de exigencia que deberían existir en el logro de la excelencia, desencadenan en que los bachilleres no salgan preparados ni para ingresar al mercado laboral ni a la educación superior, lo que obliga a tomar medidas muy urgentes, entre las que se encuentra la ampliación del abanico de opciones en las menciones de bachillerato. A su vez, las carreras universitarias están mal orientadas, es necesaria la masificación de las carreras científicas, de ingeniería y tecnología. En los centros educativos no se da continuidad al proceso de internalización de valores, que debería darse en la familia y la iglesia.
- Crisis Sociológica: La sociedad venezolana está totalmente dividida, hay dos mitades irreconciliables en su forma de ver la vida en sociedad. No se ve un norte claro y ya la gente se resignó a vivir con problemas. Se está perdiendo la esperanza de mejorar. La intolerancia ya ha desencadenado en violencia. Ambas mitades están convencidas que la otra parte es la culpable de los problemas.
- Crisis Psíquica: Se ha implementado un proceso de manejo psicológico de masas muy peligroso que tiene a las personas enardecidas, desesperadas, molestas, deprimidas, obstinadas y desesperanzadas.
Si se quiere empezar a dar una solución a la crisis venezolana, deben atenderse en forma igualitaria y en el más corto plazo los cinco problemas que cada venezolano percibe como prioritarios, de los cuales he estado hablando desde agosto del 2014, bajo el título de “El Pentágono de la Crisis Venezolana” y que corresponden a la Inflación, Delincuencia y Corrupción, así como las erradas políticas de Educación y la pérdida de fuentes de Trabajo, que analizaré en mi próximo artículo para El Columnero. Posteriormente, hablaremos del resto de los elementos de la crisis, que deben atenderse en el mediano y largo plazo, así como las respectivas propuestas para enrumbar nuestro país por la senda del desarrollo, el bienestar social, la libertad y la igualdad social.
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