lunes, 22 de febrero de 2016

Proyecto de Ley para la ejecución de los Referendos Revocatorios

Proyecto de Ley para la ejecución de los Referendos Revocatorios

Las normas para regular el Referéndum Revocatorio en Venezuela están establecidas en dos resoluciones emanadas de las autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE); el procedimiento  allí reglamentado es sumamente engorroso y comprende tres actos distintos, puesto que por un lado se debe comenzar porque los partidos promuevan la solicitud de Referendo, luego se deben recibir las manifestaciones de voluntad por parte del electorado quienes  deben concurrir al CNE a firmar y estampar su huella dactilar; y, finalmente, después de hecha  la verificación anterior, es que se convoca a Referéndum  dentro de los 90 días siguientes después de hecha  la convocatoria.

A lo engorroso del proceso, se suma el temor a la retaliación, sobre todo en los funcionarios públicos, trabajadores de Empresas del Estado o de empresas privadas que contraten con el Gobierno y que participen en todo ese proceso, pues se rememorarán  las  famosas, pero nada legales, “lista Maisanta” y “lista Tascón”.

Estos aspectos hacen ver la opción del Referendo como difícil de alcanzar y quizás por ello es una de la opciones menos atractivas en esta coyuntura; sin embargo, pareciera que se está obviando un elemento crucial y es que, pese a que nuestra Constitución claramente establece en el artículo 293, que el Poder Electoral tiene potestad para Reglamentar las Leyes Electorales,  la elaboración de una Ley que regule la materia es potestad propia de la Asamblea Nacional y este Poder podría hacer honor al principio constitucional referido a que la Soberanía reside en el Pueblo y hacer que este instrumento de ejercicio de la democracia, sea más accesible al soberano.

Vale recordar, que de  acuerdo al Principio de Jerarquización de las Normas Jurídicas, ilustrada en la Pirámide de Kelsen, una Ley emanada del Poder Legislativo estará por encima de las Resoluciones mencionadas, que fueron elaboradas por el Poder Electoral y cuya naturaleza es de  un acto administrativo, por lo que  por la vía de una promulgación de una Ley, se pueden establecer unas condiciones más expeditas y que faciliten ese proceso electoral de tres fases tan complicado.

Sin embargo, hay que considerar que en virtud del artículo 298,  la realización de un evento electoral, constitucionalmente hablando, sólo se podría llevar a cabo 6 meses luego de su publicación en Gaceta Oficial.

Otro aspecto a considerar, dadas las experiencias anteriores y con miras a  garantizar el libre ejercicio del sufragio, es que en dicha Ley debe declararse la inamovilidad absoluta de todos los funcionarios públicos y trabajadores de empresas del Estado, hasta por lo menos seis meses después de celebrado el referéndum. 

Adicionalmente, han de establecerse causales de destitución para cualquier funcionario público que de algún modo trate de coaccionar o influir en el personal que tenga a su cargo para evitar que participe en el acto de recolección.

Además, dicha Ley debe establecer condiciones de igualdad para la Publicidad y Propaganda, así como la limitación de las cadenas presidenciales en el período previo a la ejecución del Referendo.


La activación de un Referéndum Revocatorio debe hacerse sin posibilidades de fracaso, pues la Constitución en su artículo 72 sólo permite una única solicitud de revocatoria de mandato popular, creo que optar por esa vía sin la completa seguridad de alcanzar el éxito, evitará que podamos cambiar el rumbo del país  por lo menos hasta el 2019. 

lunes, 15 de febrero de 2016

Hong Kong en Venezuela

Hong Kong en Venezuela

Pese a lo que puedan pensar por el título de este artículo, no voy a reseñar nada acerca de la gran cantidad de inmigrantes chinos que recientemente están por todo nuestro territorio nacional, ni tampoco he de referirme a las actividades que ilegalmente se dice que ejecuta la mafia china en Venezuela, voy a explicitar una lección económica que bien podemos aprender de China y otras naciones asiáticas.

El presidente chino Deng Xiaoping después de visitar a sus vecinos de Singapur y Corea del Sur, y al darse cuenta del enriquecimiento acelerado que estaban presentando, regresa a Pekín y comienza con una estrategia conocida como “UN PAIS DOS SISTEMAS”, en donde se conformaron dos “Regiones Administrativas Especiales” para la República Popular China, una en la antigua colonia portuguesa de Macao, y otra en Hong Kong, que consistía en el mantenimiento de un sistema económico totalmente capitalista bajo la soberanía de una ideología oficial comunista. Además del sistema económico, estas dos regiones mantienen un sistema administrativo y judicial independiente, e incluso su propio sistema de aduanas y fronteras externas.

Por otro lado, si hacemos un ejercicio didáctico para identificar las medidas que se aplicaron en los llamados Tigres o Dragones Asiáticos (Hong Kong, Singapur, Taiwán y Corea del Sur) podemos encontrar la existencia de los siguientes elementos:  un mínimo de trámites burocráticos, estabilidad laboral, incentivos a las inversiones nacionales y extranjeras, control sobre el gasto público y las emisiones monetarias, finanzas públicas sanas, mínimos subsidios, tasas de interés positivas para fomentar el ahorro superiores a la inflación, estabilidad política, bajos impuestos y no hay protección para las industrias ineficientes.

En Venezuela una iniciativa de este tipo podría aplicarse como un plan piloto de Desarrollo Económico en un área determinada del territorio nacional, que bien pudiese conformarse bajo la figura jurídica de “Territorio Federal”, como en su momento fueron Amazonas y Delta Amacuro, pero con un sistema jurídico distinto, y que permita contrastar los resultados obtenidos en un lapso de tiempo predeterminado con el resto de las condiciones económicas del país, y de verificarse mejoras sustanciales en la calidad de vida de los habitantes de ese sitio, ir implementando progresivamente dicho sistema en otras regiones.

Si dicha medida se implementó en un país donde funcionó un férreo comunismo en donde ningún particular tenía propiedad sobre la tierra ni los medios de producción, con más razón pudiese ser viable en Venezuela, donde afortunadamente y pese a las intenciones revolucionarias el comunismo no se ha instaurado del todo, y seguimos en un proceso de implantación progresiva de un socialismo que cada vez busca más intervenir, regular y planificar la economía, burocratizar los procesos, estatizar cualquier actividad productiva, etc.

La solución a los problemas estructurales de la economía venezolana como la superación del rentismo petrolero, no pasa simplemente por devolver las cosas al estado en que estaban antes de que iniciase la revolución, debemos ir mucho más allá y poner en marcha cambios profundos que reviertan no solo los errores del Gobierno de la V República, sino los  cometidos durante la IV.

Este agotamiento del modelo rentista no es propio de la V República, ya desde que nació al pasar de una economía agrícola a una economía extractiva de petróleo, sometida a los vaivenes de los precios del mercado internacional, nuestra economía se volvió completamente inestable, pero la confirmación del proceso de debacle lo comenzamos a padecer a partir de mediados de la década de los setentas cuando Carlos Andrés Pérez en su primer gobierno inicia un proceso cada vez más socializante, caracterizado por aumentar el nivel incontrolable de gasto público y dar nacimiento al peor de nuestros males, la inflación.  

Las consecuencias de dicha política económica socializante, por demás errada, se manifestó en una población completamente dependiente de un Estado paternalista, un déficit fiscal continuado, un endeudamiento externo impagable, una inmigración totalmente descontrolada con mano de obra sin ningún tipo de calificación, el clientelismo partidista, fuga de capitales, bajo nivel de ahorro, altos niveles de corrupción, la cogollocracía de los partidos que impide que los mejor preparados asuman los cargos de gobierno, y más.

Posteriormente, en su segundo mandato Carlos Andrés intenta cambiar el modelo socializante impuesto por él en el primer período, dando profundos cambios en lo político y en lo económico, pero se consigue que por viejas rencillas, eliminación de privilegios a funcionarios públicos, militares y empresarios, pérdida de espacios ocupados por su partido, etc., los más variados sectores de la sociedad se pusieron de acuerdo para defenestrarlo del poder, mediante la confabulación de los intelectuales, la cúpula adeca, los congresistas, los medios de comunicación, los magistrados del TSJ, el Fiscal General de la República, los militares, sindicatos, entre otros.

El “Gran Viraje Económico” falla por ser un plan económico apartado de la política, aplicado intempestivamente y no explicado suficientemente a la población, tergiversado en su esencia al tacharlo de neoliberal cuando objetivamente no tenía nada de tal, pues seguía con la implementación de la política Keynesiana de intervención estatal en la economía, no había para nada “mano invisible del mercado” ni “dejar hacer, dejar pasar”.

Y por si fuera poco para Venezuela, luego viene el gobierno “revolucionario” que desaprovechó la oportunidad única que se nos brindó con la más alta bonanza petrolera existente en la historia, de cambiar de raíz nuestros problemas económicos estructurales, de hacer un cambio de rumbo hacia el progreso y no hacia el atraso, una verdadera revolución pues, y no la confirmación de que no hay gobierno más adeco que el del PSUV, pues las peores medidas y efectos del pasado, acá se renovaron, ampliaron y profundizaron.

Las medidas económicas que se requieren son las necesarias para acabar con todas las distorsiones cambiarias, de precios, laborales, etc., buenas o malas ya en este estado deplorable eso no importa, no tenemos otra elección, tarde o temprano deben tomarse y mientras más tarde sea, serán peores las consecuencias sufridas por todos los que acá hagamos vida.

Hace unos meses escribía que para implementar cambios profundos en la sociedad, hay dos vías, el de las Revoluciones o el de las Reformas (ver artículo en:  http://goo.gl/EyHU2e), una contrarevolución que se implemente en los actuales momentos para revertir de un solo golpe todos los disparates de la revolución, chocaría con la oposición de un importante sector político que aún goza de aproximadamente un 40% de simpatía de los electores, bien porque se comió el cuento del Socialismo, o porque se aprovecha de todas las bondades que este estado de anarquía permite.

En ese sentido, una Reforma Económica, que logre implementar en un mismo país, con una población totalmente acostumbrada y a gusto con un Estado que se mete en todo, un sistema de libre mercado, permitiría progresivamente ir demostrando las bondades que tal sistema brinda.

En mi artículo anterior les decía que los nacimientos de las grandes civilizaciones se han dado por la confluencia de dos elementos, uno profundamente negativo que requiera de un gran reto representado en una crisis económica, el sufrimiento de alguna tiranía, la esclavitud, el coloniaje, los efectos de una guerra o un desastre natural, y que incite a una respuesta positiva por parte de una minoría selecta que tome para sí una acción creadora, y que luego, por el mimetismo de su conducta,  transmita a las grandes masas la solución al reto de la transformación.


Como rezan los dichos, “ya la pólvora está inventada” y no hace falta “descubrir el agua tibia”, si seguimos perdiendo el tiempo con improvisaciones, con “inventamos o erramos” seguiremos condenándonos a ERRAR, allí están las lecciones descritas que al mundo dieron los Tigres Asiáticos y que produjeron excelentes resultados, esos son los modelos a seguir, al igual que los de otras naciones que se recuperaron de imperialismos, coloniajes, guerras y otras desgracias, como Alemania y Japón.  Venezolanos a estudiar nuestra historia y la de otros países, salgamos de la crisis de una vez por todas con medidas viables, lo requerimos ya por ser un asunto de vida o muerte, de supervivencia de nuestra sociedad tal y como la conocemos, el verdadero cambio es ahora o nunca.

martes, 9 de febrero de 2016

De los motores de Maduro a las propuestas de Lorenzo

De los motores de Maduro a las propuestas de Lorenzo

En la palestra pública están dos propuestas para dinamizar la economía venezolana en esta coyuntura de crisis, una encabezada por el Presidente Maduro en donde nos expusieron 13 motores que representan 36 sectores de la economía y 50 productos o rubros a ser explotados como país para salir del rentismo petrolero, acompañados del famoso Decreto de Emergencia Económica, por demás inútil porque no proponía nada nuevo, salvo más intervencionismo estatal, por lo que fue desaprobado por la Asamblea Nacional y en su informe le expusieron al país suficientemente las razones de tal decisión.  La otra propuesta, fue realizada por el propietario del grupo empresarial más exitoso de Venezuela, Lorenzo Mendoza. En ese sentido, comenzaré por dar mis puntos de vista acerca de los motores, para luego opinar de las 7 propuestas del dueño de La Polar.

Está bien detallada la propuesta presidencial que indica dónde está el potencial económico del país, pero no pasa de ser un ejercicio didáctico propio de una cátedra de geografía económica, ya que es bien cierto que en los sectores de Hidrocarburos, Petroquímica, Agroalimentación, Minería, Telecomunicaciones, Informática, Construcción, Industria, Turismo, Forestal, Banca, Finanzas, etc., se hallan nuestras ventajas competitivas sobre otras naciones.

Sin embargo, ese “plan” de desarrollo económico,  adolece  precisamente de lo principal, no es un plan, no veo por ningún lado cuáles son las medidas a corto, mediano y largo plazo para impulsar la economía en su conjunto en lo microeconómico y lo macroeconómico, dónde están las reformas jurídicas necesarias para resolver los problemas estructurales de la economía venezolana - pues siempre el gobierno todo lo concibe como si se tratase de una simple coyuntura- dónde se establecen las condiciones para que las inversiones se den, dónde la gestión de gobierno demuestra que puede haber confianza por parte de la ciudadanía, dónde están las condiciones básicas para que acá y en cualquier país del mundo haya inversión (respeto a la propiedad privada, gobierno con límites en su actuación, seguridad jurídica, moneda sólida y libre mercado), dónde están detallados los elementos básicos para que se den las condiciones para  el desarrollo de la economía (mano de obra calificada, inversiones de capital privado, avances tecnológicos y explotación de los recursos naturales), dónde están las estrategias para que nuestro país se muestre como un destino seguro para las inversiones en comparación con otros partiendo de la idea que el capital es dinámico y se moverá a donde haya mejores condiciones, y muy importante, dónde están las medidas para ponerle un freno a la delincuencia, pues aunque a simple vista parezca que no tiene relación, el desarrollo económico está influenciado directamente por las políticas de seguridad ciudadana que garanticen el derecho a la vida de los ciudadanos.

Tantas mesas de trabajo lo único que están significando para el país es pérdida de tiempo para las tres partes, el Gobierno deja de hacer lo realmente necesario para impulsar la economía, los empresarios convocados en lugar de emplear su tiempo en producir, están asistiendo simplemente para mendigar divisas sobrevaluadas a buen precio, y el Pueblo en su conjunto, sigue engañado, cansado y con cada vez menos esperanzas de que el asunto económico finalmente camine.

Ahora bien, para entrar en materia con las propuestas de Mendoza, me extenderé un poco porque están más detalladas, pero antes quiero aclarar que mi posición al respecto no es un ataque hacía él, pues gracias a su gestión, nuestro país no está en hambruna generalizada, y al contrario de lo que trata de hacer creer el gobierno, el problema no es la existencia de Empresas Polar, el problema es la no existencia de otras empresas del mismo calibre, de modo que pueda existir una sana competencia;  si Polar desde el punto de vista de la oferta de productos terminados tiene una posición oligopólica, y desde el punto de vista de la demanda de materias primas tiene una posición oligopsónica, no es por una maquiavélica forma de posicionarse en todos los puntos de la cadena de comercialización, sino por las erradas políticas económicas implementadas por los gobiernos de la Cuarta y la Quinta República que no han permitido que los mercados estén abiertos para el ingreso de nuevos competidores.

Señalaré las siete propuestas presentadas por Lorenzo Mendoza y a continuación de cada una de ellas mi opinión sobre las mismas:

1) Reconocimiento de la deuda para iniciar el refinanciamiento de ésta y permitir se abran las líneas de crédito para reactivar el acceso a las materias primas, ya que las industrias reportean niveles críticos de insumos: Mas que reconocer  la deuda, el problema está en que haya capacidad de pago por parte de la República, y divisas no hay, nada se hace reconociendo deudas (que ya están detalladas) si no se pueden honrar los compromisos. Las líneas de crédito pueden abrirse nuevamente si los solicitantes venezolanos directamente se hacen cargo de sus futuras deudas, obviamente ello pasaría por un desmontaje progresivo del control de cambio para que se democratice el acceso a las divisas, las cuales deben tener su valor real, y dejar de lado esa perniciosa costumbre venezolana de sobrevaluar la moneda con cambios oficiales alejados de la realidad, para comenzar a  otorgarle el valor que realmente tienen.

2) Financiamiento más eficiente y menos costoso para los venezolanos: De cuál financiamiento costoso podemos hablar si las tasas de interés se han mantenido bien bajas desde hace años, ya que el Gobierno también las ha regulado, además que por el exceso de liquidez monetaria  la banca ha colocado todo el dinero que el encaje legal le permite en préstamos a personas naturales y jurídicas.  La acentuación  de una medida como esta generaría otro grave problema en un importante sector de la economía como el bancario, porque dichas tasas están por mucho rezagadas frente a la inflación.

3) Crear un fondo para adquirir materias primas, insumos y repuestos para que esos recursos sean asignados a la producción de bienes esenciales:  Si se trata de un fondo público, sea para lo que sea, ya la experiencia nos ha dicho que esas iniciativas no dan buenos resultados, el único Fondo al cual la República debe destinar dinero es a los “anticíclicos” o de “estabilización macroeconómica”, que precisamente permitan garantizar un óptimo nivel de ahorro de reservas internacionales para cuando los ingresos públicos bajen de nivel.  Todo fondo público que sea para la solicitud de particulares, al ser administrados por funcionarios públicos, lamentablemente tiende a ser otorgados por relaciones de “amistad” o conveniencia donde esté de por medio una comisión, ¿ya acaso Recadi en los años 80’s y recientemente Cadivi y Cencoex no nos han demostrado suficientemente que fondos de este tipo no logran sus fines propuestos?

4) Ajustar precios que están congelados para que cubran costos y asegurar la rentabilidad de las empresas: Cómo pueden ajustarse precios congelados para que cubran costos, cuando la espiral inflacionaria hace que  los precios queden rezagados respecto a los costos independientemente de cualquier ajuste, en lugar de partir de la premisa del ajuste de precios, la gestión de gobierno debe garantizar la estabilidad de la moneda, pero para ello debe dejar de seguir emitiendo moneda nacional sin respaldo en reservas internacionales, principal causa de la inflación.

5) Poner a producir las empresas del Estado mediante un “programa de recuperación urgente” donde se considere alquilar las instalaciones improductivas o la reversión de la estatización: Totalmente de acuerdo, pero una medida como esta encontrará una fuerte oposición por diversos sectores de la sociedad, especialmente políticos del oficialismo y trabajadores de las empresas improductivas, salvo que se implemente una eficaz estrategia comunicacional que convenza de la viabilidad de la misma, en ese sentido, se deben confrontar ambos modelos con sus pros y contras, empresas estatizadas realmente representan bajos niveles de productividad, desviación de recursos y pedidos, prácticas corruptas, pérdidas contables y no ganancias, mala gerencia y administración, para seguir manteniéndose a flote requieren asignaciones del presupuesto público y, supuestamente, protección de los puestos de trabajo, cuando la verdad es que en las empresas del estado es en donde son más vilipendiados los derechos de los trabajadores, se irrespetan los contratos colectivos, etc.  En cambio, con empresas privadas se asegura que hayan altos niveles de productividad, recursos y pedidos efectivamente son dirigidos a verdaderos compradores, buena gerencia y administración que optimiza el uso de recursos para generar ganancias, y por ende las empresas contribuyen al presupuesto nacional con sus cuotas de impuesto, sin la necesidad de requerir de aportes del fisco para su sobrevivencia, y, los derechos de los trabajadores realmente son garantizados por la gestión que pudiese hacer el Estado a través de las Inspectorías del Trabajo.

6) Polar se compromete, si se hacen los ajustes de precios correspondientes, a destinar un porcentaje de su producción de bienes de primera necesidad a programas sociales a un precio preferencial:  Los programas sociales de alimentación tipo Mercal y Pdval, fallan porque cualquiera tiene acceso a ellos, cuando deberían estar restringidos para los sectores de la población más vulnerables económicamente a través de un estudio de las condiciones socioeconómicas de las familias más pobres, para que solo a ellos estén destinados provisionalmente esos programas, mientras reciben asistencia del gobierno para ingresar al mercado laboral y no depender de los mismos en el futuro.  Si Polar colabora de esta forma, sería excelente, pero para ello debe por un lado hacerse lo necesario para que aumente la producción nacional de alimentos, y por el otro, permitirse que cualquiera pueda importar la comida que se necesita para completar las deficiencias, pues siempre que existan monopolios estatales no se lograrán los mejores resultados, como ha sucedido cuando dicha importación de alimentos ha estado en manos del sector público.  El resto de la población, al democratizarse el acceso a la posibilidad de importar alimentos, podría acudir a las redes privadas de distribución de los mismos, sin colas, desabastecimiento y penurias.

7) Promover el desarrollo agrícola en rubros donde nuestro país es competitivo, como café, arroz y azúcar: Para que puedan promoverse estos y más rubros debe comenzarse por otorgar la titularidad sobre las tierras, pues todas las tierras con vocación agrícola son propiedad del Estado y los que en ellas habitan apenas tienen un título precario de posesión, que primero no les permite acudir a la banca para solicitar un préstamo, ni tienen un terreno del que en algún momento puedan disponer.  Si deciden acudir a la banca para solicitar un préstamo, deben hacerlo a la banca pública, con la consecuencia que esos fondos provendrán del presupuesto nacional, con más gasto público, cuentas deficitarias, más emisión de dinero inorgánico y más inflación.

Finalmente, algo que los venezolanos necesitamos empezar a tener bien claro, y que está representado en la frase célebre de 1887 acuñada por Lord Acton que dice “el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”, es que nuestro problema siempre ha sido la concentración del poder en pocas manos, el cual debe interpretarse en sentido amplio, incluyendo no sólo el político sino el económico, y la confusión de ambos sería gravísimo para nuestra sociedad.  Digo esto, por las esperanzas de un sector de la sociedad puestas en Lorenzo Mendoza como futuro Presidente, aunque él ha dejado claro consecuentemente que esas no son sus intenciones, para mí una cosa es hacer exitoso un grupo empresarial y otra es conducir los destinos de un país, no nos pase como con el anterior Presidente -manteniendo las distancias- que al administrar bien la cantina de un cuartel en Maracay, asumió que de la misma forma se podía gobernar a una Nación.

Ya el año pasado publiqué dos artículos con un extenso catálogo de medidas económicas, los cuales cito acá por medio de sus respectivos enlaces, para el que esté interesado en su consulta (http://goo.gl/1OTqUw y http://goo.gl/lxwv86).

lunes, 1 de febrero de 2016

De una República Aérea a una Economía Aérea

De una República Aérea a una Economía Aérea

Cuando Bolívar llegó a Nueva Granada procedente de Curazao, se dirigió a los ciudadanos Neogranadinos en su célebre “Manifiesto de Cartagena” del 15 de diciembre de 1812, para exponer sus puntos de vista de las razones por las cuales se perdió nuestra I República, advirtiéndonos que la misma fue formada, por ciertos buenos visionarios que imaginando “repúblicas aéreas”, procuraron alcanzar la perfección política presuponiendo la perfectibilidad del linaje humano.

Obviamente, salvando las distancias que separan a nuestro Libertador con quien les escribe, quiero hacer un paralelismo de sus ideas para la época, con nuestra actual coyuntura de crisis social, política, educacional, cultural y en particular económica, partiendo de un grave problema estructural que padecemos, nuestra sistema económico está basado en una “economía aérea, totalmente disfuncional, muy similar a la “República Aérea” a la que él se refirió y que desencadenó en la pérdida de nuestra primera República.  Hoy en día, a causa de nuestra “Economía Aérea”, será bien posible que nuestros sueños de una economía diversificada, exportadora y no dependiente del rentismo petrolero, se estrellen contra una pared representada en la realidad del mercado internacional, pues de manera arrogante los venezolanos presuponemos la perfectibilidad de nuestras potencialidades como Nación, considerando la inmensidad de recursos naturales que nuestro suelo nos ha proporcionado, sin tomar en cuenta que una Economía para el Desarrollo amerita la confluencia de otros tres elementos, como son enormes inversiones de capital, una mano de obra bien calificada y los avances tecnológicos que permitan hacer que la industria minimice costos y maximice los beneficios.

Para algunos estudiosos, la Historia es el análisis del pasado, para comprender el presente y tratar de predecir el futuro, y no podemos tener claridad de nuestro presente, si seguimos creyendo que las causas de nuestros actuales malestares se deben a la injerencia de factores externos, pues nuestro problema económico desde mi óptica redunda en malas decisiones políticas que se fueron tomando desde aproximadamente la mitad del período conocido como IV República y que se acentuaron en la V, que dieron como consecuencia que esos cuatro elementos a los que me referí precedentemente fueran influenciados de manera profundamente negativa, pues se han fugado capitales existentes, se ahuyentan nuevos, el sistema educativo no ha sabido capacitar la mano de obra que se requiere para insertarnos en una economía competitiva, los pocos ingresos que obtenemos producto de la inmensidad de recursos naturales se ha despilfarrado en gasto sin permitir la inversión productiva, y producto de la consolidación en los mercados internos, los oferentes no se preocupan en invertir en tecnología para incrementar la eficiencia, pues con el gasto inicial ya tienen asegurados sus ingresos por un buen tiempo ante la falta de competencia.  

Nuestro subdesarrollo como sociedad se debe más a razones políticas que económicas, pues los encargados de dirigir los destinos de nuestra Nación han sido incapaces de materializar y hacer sostenible en el tiempo un Proyecto Nacional que incorpore a los diversos sectores de la sociedad en el compromiso de convertir a nuestro país en una Potencia, producto de la irresponsable aplicación de erradas políticas económicas, que han convertido a toda una sociedad dependiente del Capitalismo de Estado imperante y que desde hace años se disfrazaba de Social Democracia y ahora de Socialismo cuasi Comunista.

No es solo calificar adecuadamente a la masa trabajadora, hay otro elemento psicológico muy importante, ya que los venezolanos tenemos un grave problema cultural en el cual se debe trabajar, debemos darle el verdadero valor que el trabajo honesto y formal se merece, el del logro de metas a largo plazo, el dejar de querer dinero fácil sin importar si se comete alguna falta o incluso un delito.  Es imprescindible que a través de la incorporación de materias a lo largo de todo el pensum educativo como formación moral y ciudadana, ética, valores, etc., combinado con un aporte en los medios de comunicación social, se trate de cambiar dichos elementos tan negativos de nuestra cultura.

Por otro lado, pensemos solo por un momento a lo que pudiésemos llegar, si más personas estuviesen dedicadas a la generación de divisas, pues apenas un 0,5% de la población, representado en los 147.000 trabajadores de la industria petrolera, genera el 97% de las divisas que ingresan a nuestro erario público.  Si buena parte del otro 99,5% de la población orientara sus esfuerzos en actividades de las que a nivel mundial influyen en el crecimiento del PIB de las naciones, como el sector agrícola, el sector industrial y el financiero nuestro futuro pudiese ser diferente, al que seguiríamos condenados de seguir por el camino errado.

Nuestra diversificación de la economía empieza porque el Estado asuma su rol de promotor y fomento de esos tres sectores, el financiero representado por la banca, los seguros y el mercado de valores; la agricultura, de tipo industrial no conuquera ni urbana; y el industrial, administrada por particulares que garanticen indicadores de Eficiencia, Rendimiento y Rentabilidad sobre los Activos y el Patrimonio, y no en manos de un Estado con un control ineficiente sobre sus actividades, que hace que esas industrias básicas y de carácter “estratégico” se sostengan con aportes del presupuesto nacional que pudiesen estar destinados a otras necesidades de la población de mayor importancia.

Ahora bien, para tratar de entender las causas de nuestros problemas, encontramos que es precisamente a raíz de la reivindicación de los derechos laborales en la década de los setentas, que se da el comienzo de nuestros males económicos contemporáneos, cuando se promulgaron las leyes laborales de obligatorio cumplimiento en todo el territorio nacional, considerando como referente los beneficios que solo una industria tan de bajos costos y altos beneficios como la industria petrolera podía pagar, es decir, se trasladaron a empresas improductivas los costos que solo una empresa tan productiva como Pdvsa podía asumir. De esta manera comenzó nuestro vía crucis inflacionario, el cual tiende a aumentar cada día nuestras penurias, si no tomamos plena conciencia de ello, especialmente los políticos, a los cuales les fascina aplicar medidas demagógicas y paternalistas sin evaluar las consecuencias de su acción.

No es coincidencia que los países con una legislación laboral de “avanzada” sean los que padecen del mal de detentar los niveles de inflación más elevados del mundo, tal como se acentuó en Venezuela a partir del 2012 con la promulgación de Ley del Trabajo más “moderna” que hemos tenido hasta ahora.

Los efectos de tan “maravillosas” reivindicaciones laborales hace que nuestra economía siga siendo aérea, solamente funcional para nuestro país, con los salarios reales de los trabajadores formales totalmente depreciados, y con una inmensa cantidad de trabajadores informales con un nivel de ingreso muy superior, que por encontrarse en esa situación de informalidad tienen mayores ingresos, pero padeciendo el estar al margen de la seguridad social, la contribución de impuestos y la generación de bienes y servicios.

Son precisamente los que no están amparados por las leyes laborales, ni protegidos sindicalmente, quienes tienen mejores ingresos, pues cobran sumas mucho más elevadas por sus servicios, tal es el caso de las damas que prestan servicio doméstico, los comerciantes informales que conocemos como buhoneros, y la nueva economía paralela que ha surgido producto de las distorsiones económicas, representada en bachaqueros y hacedores de cola.

La falacia de la composición estudiada por los economistas, explica perfectamente lo antes detallado, la cual se define como la concepción errónea de que lo que es cierto en el caso de una de las partes, también es necesariamente cierto en el caso del todo.  Es por ello que una pequeña parte de los trabajadores del sector formal beneficiados con las leyes laborales venezolanas, generan que la economía venezolana considerada como un todo, se vea afectada en su conjunto, originando como les expongo acá, el efecto de ser una economía aérea, la cual no guarda relación, ni es capaz de interactuar con las economías de otras naciones en igualdad de condiciones.


Tenemos la oportunidad única de cambiar antes de que nuestra sociedad termine de tocar fondo y no es simplemente cambiar de titulares de gobierno, son cambios estructurales a los que me refiero, y me permito citar al historiador inglés Arnold Toynbee, quien sostenía que la razón del progreso de las civilizaciones se debe a la concurrencia de dos hechos: uno, a un reto muchas veces de carácter negativo, que incita a una respuesta positiva y que una minoría selecta tome para sí una acción creadora, y que luego, por el mimetismo de su conducta,  transmita a las grandes masas la solución al reto de transformación.   Es el momento que las apenas 300 personas que gobiernan a Venezuela, entre Presidente y Gabinete Ejecutivo, Magistrados del TSJ, Diputados y titulares de los otros dos Poderes Públicos, entiendan que el momento de cambiar es ya, y que el futuro de 30 millones de venezolanos depende de las decisiones que hoy tomen.  Ojalá el Pueblo pueda tener la suficiente conciencia de escoger entre los mejores, a esa minoría selecta de 300, que dirigirán el rumbo de la gran masa que ya no quiere más esperanzas ni sueños sino respuestas concretas a sus necesidades, y que sólo se podrá lograr con cambios profundos y estructurales a nuestra lamentable “economía aérea”.