Hong Kong en Venezuela
Pese a lo que
puedan pensar por el título de este artículo, no voy a reseñar nada acerca de
la gran cantidad de inmigrantes chinos que recientemente están por todo nuestro
territorio nacional, ni tampoco he de referirme a las actividades que
ilegalmente se dice que ejecuta la mafia china en Venezuela, voy a explicitar
una lección económica que bien podemos aprender de China y otras naciones
asiáticas.
El presidente
chino Deng Xiaoping después de visitar a sus vecinos de Singapur y Corea del Sur, y al darse cuenta del enriquecimiento
acelerado que estaban presentando, regresa a Pekín y comienza con una
estrategia conocida como “UN PAIS DOS SISTEMAS”, en donde se conformaron
dos “Regiones Administrativas Especiales” para la República Popular China, una
en la antigua colonia portuguesa de Macao,
y otra en Hong Kong, que consistía en el mantenimiento de un sistema económico totalmente capitalista bajo la soberanía de una ideología
oficial comunista. Además del
sistema económico, estas dos regiones mantienen un sistema administrativo y
judicial independiente, e incluso su propio sistema de aduanas y fronteras
externas.
Por otro lado, si hacemos
un ejercicio didáctico para identificar las medidas que se aplicaron en los
llamados Tigres o Dragones Asiáticos (Hong Kong, Singapur, Taiwán y Corea del
Sur) podemos encontrar la existencia de los siguientes elementos: un mínimo de trámites burocráticos, estabilidad
laboral, incentivos a las inversiones nacionales y extranjeras, control sobre
el gasto público y las emisiones monetarias, finanzas públicas sanas, mínimos
subsidios, tasas de interés positivas para fomentar el ahorro superiores a la
inflación, estabilidad política, bajos impuestos y no hay protección para las
industrias ineficientes.
En Venezuela una
iniciativa de este tipo podría aplicarse como un plan piloto de Desarrollo
Económico en un área determinada del territorio nacional, que bien pudiese
conformarse bajo la figura jurídica de “Territorio Federal”, como en su momento
fueron Amazonas y Delta Amacuro, pero con un sistema jurídico distinto, y que
permita contrastar los resultados obtenidos en un lapso de tiempo
predeterminado con el resto de las condiciones económicas del país, y de
verificarse mejoras sustanciales en la calidad de vida de los habitantes de ese
sitio, ir implementando progresivamente dicho sistema en otras regiones.
Si dicha medida se
implementó en un país donde funcionó un férreo comunismo en donde ningún
particular tenía propiedad sobre la tierra ni los medios de producción, con más
razón pudiese ser viable en Venezuela, donde afortunadamente y pese a las
intenciones revolucionarias el comunismo no se ha instaurado del todo, y
seguimos en un proceso de implantación progresiva de un socialismo que cada vez
busca más intervenir, regular y planificar la economía, burocratizar los
procesos, estatizar cualquier actividad productiva, etc.
La solución a los
problemas estructurales de la economía venezolana como la superación del
rentismo petrolero, no pasa simplemente por devolver las cosas al estado en que
estaban antes de que iniciase la revolución, debemos ir mucho más allá y poner
en marcha cambios profundos que reviertan no solo los errores del Gobierno de
la V República, sino los cometidos
durante la IV.
Este agotamiento
del modelo rentista no es propio de la V República, ya desde que nació al pasar
de una economía agrícola a una economía extractiva de petróleo, sometida a los
vaivenes de los precios del mercado internacional, nuestra economía se volvió completamente
inestable, pero la confirmación del proceso de debacle lo comenzamos a padecer
a partir de mediados de la década de los setentas cuando Carlos Andrés Pérez en
su primer gobierno inicia un proceso cada vez más socializante, caracterizado
por aumentar el nivel incontrolable de gasto público y dar nacimiento al peor
de nuestros males, la inflación.
Las consecuencias
de dicha política económica socializante, por demás errada, se manifestó en una
población completamente dependiente de un Estado paternalista, un déficit
fiscal continuado, un endeudamiento externo impagable, una inmigración
totalmente descontrolada con mano de obra sin ningún tipo de calificación, el
clientelismo partidista, fuga de capitales, bajo nivel de ahorro, altos niveles
de corrupción, la cogollocracía de los partidos que impide que los mejor
preparados asuman los cargos de gobierno, y más.
Posteriormente, en
su segundo mandato Carlos Andrés intenta cambiar el modelo socializante
impuesto por él en el primer período, dando profundos cambios en lo político y
en lo económico, pero se consigue que por viejas rencillas, eliminación de
privilegios a funcionarios públicos, militares y empresarios, pérdida de
espacios ocupados por su partido, etc., los más variados sectores de la
sociedad se pusieron de acuerdo para defenestrarlo del poder, mediante la
confabulación de los intelectuales, la cúpula adeca, los congresistas, los
medios de comunicación, los magistrados del TSJ, el Fiscal General de la
República, los militares, sindicatos, entre otros.
El “Gran Viraje
Económico” falla por ser un plan económico apartado de la política, aplicado intempestivamente
y no explicado suficientemente a la población, tergiversado en su esencia al tacharlo
de neoliberal cuando objetivamente no tenía nada de tal, pues seguía con la
implementación de la política Keynesiana de intervención estatal en la
economía, no había para nada “mano invisible del mercado” ni “dejar hacer,
dejar pasar”.
Y por si fuera
poco para Venezuela, luego viene el gobierno “revolucionario” que desaprovechó
la oportunidad única que se nos brindó con la más alta bonanza petrolera
existente en la historia, de cambiar de raíz nuestros problemas económicos
estructurales, de hacer un cambio de rumbo hacia el progreso y no hacia el
atraso, una verdadera revolución pues, y no la confirmación de que no hay
gobierno más adeco que el del PSUV, pues las peores medidas y efectos del
pasado, acá se renovaron, ampliaron y profundizaron.
Las medidas
económicas que se requieren son las necesarias para acabar con todas las
distorsiones cambiarias, de precios, laborales, etc., buenas o malas ya en este
estado deplorable eso no importa, no tenemos otra elección, tarde o temprano
deben tomarse y mientras más tarde sea, serán peores las consecuencias sufridas
por todos los que acá hagamos vida.
Hace unos meses
escribía que para implementar cambios profundos en la sociedad, hay dos vías,
el de las Revoluciones o el de las Reformas (ver artículo en: http://goo.gl/EyHU2e),
una
contrarevolución que se implemente en los actuales momentos para revertir de un
solo golpe todos los disparates de la revolución, chocaría con la oposición de
un importante sector político que aún goza de aproximadamente un 40% de
simpatía de los electores, bien porque se comió el cuento del Socialismo, o
porque se aprovecha de todas las bondades que este estado de anarquía permite.
En ese sentido,
una Reforma Económica, que logre implementar en un mismo país, con una
población totalmente acostumbrada y a gusto con un Estado que se mete en todo,
un sistema de libre mercado, permitiría progresivamente ir demostrando las
bondades que tal sistema brinda.
En mi artículo
anterior les decía que los nacimientos de las grandes civilizaciones se han
dado por la confluencia de dos elementos, uno profundamente negativo que
requiera de un gran reto representado en una crisis económica, el sufrimiento
de alguna tiranía, la esclavitud, el coloniaje, los efectos de una guerra o un
desastre natural, y que incite a una respuesta positiva por parte de una
minoría selecta que tome para sí una acción creadora, y que luego, por el
mimetismo de su conducta, transmita a las grandes masas la solución al reto
de la transformación.
Como rezan los
dichos, “ya la pólvora está inventada” y no hace falta “descubrir el agua
tibia”, si seguimos perdiendo el tiempo con improvisaciones, con “inventamos o
erramos” seguiremos condenándonos a ERRAR, allí están las lecciones descritas que
al mundo dieron los Tigres Asiáticos y que produjeron excelentes resultados,
esos son los modelos a seguir, al igual que los de otras naciones que se
recuperaron de imperialismos, coloniajes, guerras y otras desgracias, como
Alemania y Japón. Venezolanos a estudiar
nuestra historia y la de otros países, salgamos de la crisis de una vez por
todas con medidas viables, lo requerimos ya por ser un asunto de vida o muerte,
de supervivencia de nuestra sociedad tal y como la conocemos, el verdadero
cambio es ahora o nunca.
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