¿Si no
es el Modelo Chavista, cuál debería ser?
En mi artículo pasado, tomando como base las
consideraciones de un alto jerarca del Chavismo, esbocé varias razones para
determinar que el Modelo Chavista no es el más adecuado para la sociedad
venezolana, llegando a la conclusión que representa una estafa, y a pesar de la
terrible crisis económica, política y social que todos están conscientes que
padecemos a la cual pueden dársele muchas más explicaciones, únicamente me
circunscribí a los simplistas argumentos que ellos consideran para justificar
la aplicación del modelo en cuestión.
Ahora bien, si ese no es el Modelo, ¿cuál debería
ser la ruta que le sea funcional a la sociedad venezolana?, he allí el dilema,
pues si algo tiene razón el Chavismo, es que la oposición no tiene plan para
revertir los efectos de la crisis, el oficialismo si tiene uno, el Plan de la
Patria y demás normativa jurídica accesoria que permita consolidar el
Socialismo del Siglo XXI, que todo ello sea inconstitucional y causante de la
crisis, es otro cuento, pero al menos tienen una hoja de ruta.
Volviendo al modelo, este debería ser uno que
progresivamente vaya insertándonos en una “Economía de Libre Mercados con
Competencia Perfecta”, tal cual como aplicó la China COMUNISTA a partir de
1978, en un proceso gradual planificado que habrá de culminar aproximadamente
en el 2020, donde la meta es tener en todo el territorio chino una economía de
ese talante.
Es paradójico, que la aplicación parcial de ideas
comunistas haya hecho tanto bien en los países de corte capitalista, pero haya
causado tantas desgracias en los países que hayan adoptado completamente el
comunismo como bandera, y por el contrario, en los países que en algún momento
fueron socialistas o comunistas, al abrazar el capitalismo, es cuando
finalmente logran el progreso y el bienestar en su población.
Es importante aclarar, que si bien pongo a China
como ejemplo, es para ilustrar la manera en que acertadamente han pasado de un
régimen económico a otro, y no propongo que el objetivo sea tener un nivel de
condiciones de vida como el que allí existe, donde la mano de obra está explotada
al máximo, y actualmente es una de las pocas naciones desarrolladas donde si
hay capitalismo salvaje. La gran
diferencia que hay entre Venezuela y China, radica en el número de personas,
ellos tienen una población aproximada de 1.400.000.000 de personas y nosotros
somos apenas unos 30.000.000, por lo cual no es necesario que lleguemos a ese
extremo de privaciones.
En el caso venezolano, comenzar una serie de
reformas (cuidado con las revoluciones) que permitan la inserción progresiva y
continuada de nuestro régimen económico en el libre mercado, permitiría lograr
la tan anhelada “Suprema Felicidad” y “Máxima Suma de Bienestar Social
Posible”, y dejar definitivamente en el pasado 57 años de socialismo, compuesto
por los 40 años de Socialismo Adeco y Copeyano, más los 17 de Socialismo
Psuvista.
¿Por qué un cambio lento, pacífico, progresivo,
continuado, consensuado, argumentado, aceptado; y no, rápido, violento,
intempestivo, espasmódico e impuesto?, porque allí radica la gran diferencia
entre las Reformas y las Revoluciones como vías para hacer los cambios
políticos en las Naciones, recordemos que estamos hablando de cambiar la forma
de pensar de una sociedad entera, que en primer lugar está dividida
circunstancialmente en dos mitades enfrentadas por las dos únicas opciones
políticas que están en la palestra, pero que sin saberlo, yo diría que en un
90% o más, está de acuerdo con un régimen socialista, por supuesto, menos
intervencionista que el actual, pero socialista al fin, pues muchos quisieran
al menos volver al estado en que estábamos al comenzar el Chavismo, incluida la
clase dirigente opositora.
Otro asunto a considerar, es que la gran mayoría
de seres humanos son resistentes al cambio, siendo su estado natural la
inercia, y se van adaptando progresivamente a las circunstancias adversas hasta
lograr un nuevo estado de confort, si se le plantea un cambio brusco
inmediatamente sentirán desbalance y ofrecerán resistencia, pero en cambio,
siempre habrá una minoría que hace del cambio y la innovación su filosofía de
vida, y es con ellos que debe comenzar el proceso, en otro escrito les decía
que según Arnold Toymbee, las grandes civilizaciones han surgido después que
por un hecho negativo, el cual puede estar representado en una profunda crisis
como la nuestra, una minoría creadora hace todo lo necesario para implementar
los cambios, y por efecto mimético, la mayoría se pliega a las acciones de
dicha minoría.
Retomando el asunto de la “Economía de Libre
Mercados con Competencia Perfecta”, quisiera explicitar de que se trata para no
ser tachado de blasfemo, pues a pesar de la satanización que le han inculcado
al término capitalismo, el cual ahora en forma manipuladora lo han calificado
inobjetablemente siempre de neoliberal y salvaje, cuando realmente eso solo llega
a ser así, si el Estado por su inacción, permite que sean vilipendiados los
Derechos de los Trabajadores, de los Consumidores y del Ambiente. Si un Gobierno es eficiente en las funciones
de control, promotor, impulsor y fomento de la economía, permitiendo que pueda
consolidarse una “Economía de Libre Mercados con Competencia Perfecta”,
aplicando la tesis de la “Economía Social de Mercados”, es imposible que no se
logre un elevado Estado de Bienestar en la Población, logrando la “mayor suma
de estabilidad política, mayor suma de seguridad social y mayor suma de
felicidad posible”.
“La mayor suma de estabilidad política, mayor suma
de seguridad social y mayor suma de felicidad posible”, es una frase que está
en el Plan de la Patria, tomada del Discurso de Angostura de nuestro
Libertador, y creo firmemente que ese debería ser el desiderátum de cualquier
Gobierno, donde carece de sentido dicho Plan no es en los fines, sino en los
medios para lograrlo, ya que con Socialismo del Siglo XXI o Capitalismo de Estado,
se hace imposible lograr esos tres objetivos.
El fundamento del capitalismo es la existencia de
empresarios, o dicho de otra forma parafraseando a Enrique Sánchez, personas
que arriesgan su trabajo, capital o crédito para suministrar a la colectividad
un bien o servicio deseado, transformando los factores productivos. En razón a la incertidumbre del mercado, si
el servicio prestado es valorado por el consumidor a un precio mayor a su
costo, obtendrá ganancia; en caso contrario, experimentará pérdida. Es lógico que cualquier ser humano en razón
de dicho riesgo tenga la expectativa de obtener ganancias.
Ahora, en el caso venezolano, porque tanta
especulación y prácticas injustas por parte del empresariado, según lo que
argumenta el oficialismo, pues porque precisamente no contamos con una
“Economía de Libre Mercados con Competencia Perfecta”, ya que el Gobierno
interviene en los puntos neurálgicos de la economía, reinan todo tipo de
monopolios incluidos los Gubernamentales que son los más perniciosos, los
precios están por las nubes porque la demanda de productos supera a la oferta,
porque no impera un Capitalismo normal sino un Capitalismo de Estado disfrazado
de Socialismo del Siglo XXI, que tiene como fines lograr la justicia social y
acabar con las desigualdades pero que en la práctica solo logra la
proliferación de la corrupción y destrozar el aparato productivo nacional. En conclusión, los particulares aún gozan del
derecho sobre la propiedad de algunos factores de producción, pero el Gobierno
Chavista genera las condiciones para que exista un mercado imperfecto en cada
uno de los procesos productivos y las relaciones de intercambio comercial,
estableciendo todo tipo controles en materias de precios, importaciones,
distribución, cambiaria, energética, laboral, trámites burocráticos,
permisología, etc.
Finalmente, quiero enfatizar que la vía es la de
las Reformas, cambiar la forma de pensar de una sociedad entera lleva al menos
tres décadas, una gran parte de la población no tiene la capacidad de hacerse
responsable de su vida, aunado a otros que no quieren, convierte en sumamente
complicado y engorroso el proceso de cambio, un cambio que amerita el goce
máximo de las libertades y en
consecuencia ser responsable, un cambio transgeneracional que comience ya,
difícil pero no imposible, sembrando la semilla en nuestro niños y jóvenes, un
cambio que permita que Venezuela sea una Potencia Económica en el mediano
plazo, con medidas coherentes y sin la fantasía de la diversificación de la
economía con el disparate de los motores que acaban de poner de moda.
En el próximo artículo detallaré las condiciones
de una “Economía de Libre Mercados con Competencia Perfecta” para establecer la
meta en materia económica y podamos lograr el tan anhelado “Estado de Bienestar”,
con una sociedad justa, equilibrada, con posibilidades de satisfacer sus
necesidades, con Igualdad ante las leyes y el goce máximo de Libertad en sus
ciudadanos, para luego subsecuentemente ir tratando el tema de cómo consolidar
ese proceso de cambio, con unas medidas específicas tomando como referencia las
que ya se han aplicado en otros países.
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