El reto del 2016
La tarea de los nuevos Diputados no será nada sencilla pues ellos solamente representan uno de los 5 poderes en los que está repartido el ejercicio del poder en Venezuela. El ofrecimiento que la última cola que harían los venezolanos era la del 6 de diciembre, puede más bien degenerar en una profunda decepción, cuando comprobemos que la escasez y el desabastecimiento de productos continuaran por unos cuantos años más. Es imperioso que los nuevos representantes parlamentarios sepan transmitir muy bien la información y expliquen lo más claro posible al pueblo que las funciones de control y elaboración de leyes no traen consigo ni un aumento en las reservas internacionales, ni un aumento en las cantidades de dinero en el tesoro nacional, ni industrias que permitan el pleno abastecimiento de todo tipo de productos, por lo que hay que tener muchísima paciencia para que la normalidad vuelva a nuestro país. Incluso debería implementarse una Ley que permitiese a la Directiva de la Asamblea Nacional dirigirse en cadena nacional cada cierto tiempo a los venezolanos para que expliquen constantemente los resultados de su gestión y vayan dando cuenta de las irregularidades que han venido encontrando en su función contralora.
Para que cualquier gestión de gobierno pueda tener estabilidad debe contar con pleno apoyo popular, y los resultados de las últimas elecciones si bien afortunadamente dieron como resultado un triunfo aplastante de la oposición, no significa que los sectores anteriormente mayoritarios de la población estén plenamente identificados con el cambio que la MUD ofreció, pues si comparamos los resultados electorales de la última elección presidencial con las del pasado 6 de diciembre, encontraremos que Capriles obtuvo 7.363.980 votos contra 7.587.579 de Maduro (según el CNE), y en esta última elección de Diputados, si totalizamos los votos lista, conseguimos que la MUD obtuvo 7.726.066 votos contra 5.622.844 alcanzados por el llamado Polo Patriótico. Es decir, que el gran triunfo que la oposición obtuvo, se debió a que 1.964.735 personas que antes votaron por Maduro no lo hicieron en esta elección por los Diputados oficialistas, pues el incremento en electores de la MUD fue de apenas 362.086 votos.
Se hace imperioso que los sectores de la oposición, entiéndase partidos de la MUD y los llamados independientes, sepan canalizar ese descontento de casi 2 millones de personas que no votaron por el oficialismo, y logren convencerlos de que el Socialismo no es la mejor vía para que un país sea conducido, ya que ante el escenario que la crisis continúe, es bastante posible que esas 2 millones de personas por decepción vuelvan a votar por los que han puesto este país en el deplorable estado en el que se encuentra.
Es por ello que más allá de una simple Planificación de cómo cambiar el rumbo del país, se debe aplicar un concepto más adecuado para un entorno tan complicado como el nuestro, y es el de la “Planificación Estratégica”, la cual es ese tipo de planificación que se define como un proceso mediante el cual se prevé lograr situaciones objetivas, determinando el poder y la potencialidad de los actores que actúan en escenarios cambiantes, con tiempos críticos, y siempre bajo condiciones de incertidumbre, o dicho de otras palabras, es la que se realiza considerando que todos los factores, sectores de la sociedad, entorno económico, factores internos o externos, etc., podrán estar en contra de los objetivos propuestos y harán todo lo que esté a su alcance para desarrollar todo tipo de fuerzas en contra.
Esa Planificación Estratégica es absolutamente necesaria, ya que los nuevos Diputados no van a legislar simplemente para los electores que escogieron la opción de cambio, ellos deben hacerlo para una gran masa de venezolanos, de los cuales aproximadamente el 40% aún los adversa, y adicionalmente existe una gran cantidad de factores resistentes al cambio, a los cuales no les interesa sino el estado de anarquía que padecemos, pues si llegare a funcionar nuestra sociedad de una forma más civilizada y con un carácter más nacionalista, no podrán seguir manteniendo sus actividades, muchas de las cuales están al margen de la ley.
Algunos de dichos factores resistentes al cambio, ya que pueden ser más, con los que deben lidiar nuestros nuevos legisladores así como todos los venezolanos, son narcotráfico, delincuencia común, funcionarios públicos corruptos, empresarios inescrupulosos cómplices de esa corrupción, Cuba, las Farc, el ELN, contrabandistas de extracción de gasolina y alimentos, bachaqueros, el que revende divisas, sindicalistas, trabajadores inescrupulosos amparados en la inamovibilidad, entre otros.
Frente a ese panorama han de enfrentarse los nuevos diputados, solo espero que tengan bien claro que las conductas deseadas o los objetivos que se puedan proponer no se logran con la simple promulgación de leyes, ya que si fuera así de sencillo no existiría el homicidio, ya que desde hace siglos está proscrito, el desarrollo de nuestra Nación sólo se dará si se garantizan las 5 condiciones necesarias para que fluyan las inversiones tanto nacionales como extranjeras, las cuales son respeto a la propiedad privada, seguridad jurídica, gobierno con límites, moneda sólida y libre mercado, la existencia de una ley de producción per se, no va ocasionar que se disparen las fuerzas productivas de la Nación como tan inocentemente se piensa.
Una Economía para el Desarrollo es aquella donde confluyen las inversiones de capital, con la abundancia de recursos naturales, un capital humano preparado con los avances de la ciencia, con los adelantos tecnológicos, si no, solo serán vanas utopías la sociedad de iguales, el hombre nuevo, el impulso de las fuerzas productivas, la siembra del petróleo y tantas otras acuñaciones que de un modo u otro han definido nuestro ideal de país, pero que sin la implementación de las medidas en un Plan concertado por todos los sectores de la sociedad, seguirán consumiendo horas de discusión estéril sin resultados viables y sostenibles en el tiempo.
Finalmente, debe garantizarse que haya el perfecto equilibrio de los aspectos Político, Económico y Social, pues si no lo logran no habrá Gobernabilidad en el país, la historia del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez se suscitó cuando prevaleció lo económico y lo político sobre lo social, en tiempos de revolución, el énfasis se dio en lo político, un poco en lo social y casi que nada en lo económico. El reto para una Venezuela próspera consiste en equilibrar perfectamente esos 3 elementos, lo político, lo económico y lo social para que finalmente podamos tener Gobernabilidad en nuestro país y conseguir ese tan anhelado Estado del Bienestar que siempre moldean y pregonan nuestros gobernantes.
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