sábado, 1 de agosto de 2015

Un Proyecto y Un Nuevo Pacto (3ra parte, Lo Económico)



Hoy les traigo la tercera parte de la serie de artículos que tratan lo que a mi juicio debería implementarse en nuestro país para superar la profunda crisis que estamos padeciendo, están a la disposición de cualquiera que tenga la voluntad de contribuir en la construcción de una Nueva Venezuela, son ideas para los políticos y los ciudadanos corrientes que sin ejercer cargos públicos les interesa su país, para los gobiernos de ahora y los del futuro que sean verdaderamente patriotas, no para aquellos que dicen serlo y solo ejercen el poder para su beneficio propio.
Ya anteriormente traté el aspecto político en líneas muy generales, esta entrega y la próxima se refieren al plano económico, para que pueda nuestra nación tener el suficiente musculo financiero para cubrir las políticas de corte social, que serán el tema del siguiente artículo y que redundarían en un beneficio sin distingo para nuestra población, específicamente en educación, vivienda, calidad de vida, salud, seguridad ciudadana y seguridad jurídica;  luego seguiré con el aspecto político disertando acerca del ejercicio de la ciudadanía para que por fin la sociedad civil organizada tengo un papel vital en la consolidación de ese etérea y abstracta idea de Democracia Protagónica de la que tanto nos hablan y que no sabemos cómo hacer para empezar a desempeñar ese protagonismo.

Para culminar con lo político en otra entrega les hablaré no solo de la Democracia Protagónica, sino de una Democracia Plena en donde coexistan otras variantes al respecto, como una Democracia Personalista, una Democracia Pluralista, una Democracia Participativa y una Democracia Orgánica,  para que podamos dejar atrás esa Democracia Popular tan perniciosa para las sociedades, y que en nuestro caso nos tiene hundidos en la miseria y la indignidad.
Las primeras catorce (14) medidas en lo Económico deberían orientarse hacia:
  • Una dinamización global de la Economía Venezolana

Es indudable que nuestra Economía se encuentra en la peor de las recesiones, basta con ver los indicadores de los agregados macroeconómicos para comprobar que hasta Haití está teniendo resultados positivos en la tasa de crecimiento interanual del PIB, y  un país petrolero como el nuestro está presentando resultados negativos, la política de gobierno en el plano económico debe orientarse a promover y fomentar las actividades necesarias para el desarrollo industrial y agrónomo de Venezuela, intervenir en forma temporal para dinamizar la economía para luego darle paso a las inversiones privadas, servir de ente fiscalizador de las obligaciones tributarias y ejecutar las funciones de promotor y fomento de las actividades económicas que pudiesen estar deprimidas.  La inversión en Venezuela sólo podrá aumentar si se cumplen con cinco condiciones básicas: Respeto a la propiedad privada, seguridad jurídica, un ordenamiento jurídico que le imponga límites a la gestión de gobierno, una moneda sólida y que se permita la existencia de condiciones para un libre mercado; dichas condiciones no dependen de los particulares, es solo un Gobierno responsable el único que puede ser el garante de las mismas.

  • Una Revolución Industrial
Ya anteriormente en mi artículo “El ABC para una industrialización en Venezuela”, trate en detalle las diversas estrategias para que en nuestro país pueda darse una revolución que signifique evolución y no involución como la que nos impusieron, y se trata de una Revolución Industrial, entre esas condiciones se encuentran: Grandes Inversiones de Capital del tipo privado, porque el de origen público indefectiblemente se desvía hacia la corrupción y no hay logro de los objetivos optimizando los recursos (eficiencia), Mano de Obra Calificada (a esto me referiré en Lo Social, en la parte educativa), la existencia de un Mercado de Consumidores (nuestro mercado de 30MM de habitantes es muy pequeño, nuestros productos deben trascender las fronteras), desarrollo integral del territorio (se deben superar las zonas deprimidas económicamente), el establecimiento de adecuadas políticas de inmigración seleccionada (para cubrir las plazas vacantes que no se puedan ocupar por venezolanos) y la reapertura de las puertas a los emigrantes (corrigiendo los diversos elementos que han generado el gran éxodo, principalmente la corrupción, la delincuencia, la inflación y la falta de puestos de trabajo).

  • El Proteccionismo Arancelario para potenciar el país
Los impuestos aduanales pueden perfectamente servir como una herramienta para beneficiar la importación de los productos imprescindibles para consolidar la Revolución Industrial, y quiero empezar con un sencillo ejemplo, si quisiéramos promover la industria textil en nuestro país, debemos establecer en cero (0) la tasa de importación para máquinas de coser y telas, pero por el contrario fijar un porcentaje bien alto de impuesto, digamos de un ochenta por ciento (80%), para la importación de prendas de vestir, de este modo los habitantes dejarían de comprar tanta ropa importada y comenzarían a usar ropa “Hecho en Venezuela”.  En ese orden de ideas, la estrategia debe estar orientada a fijar en cero los impuestos de importación para maquinarias industriales, laminadoras de acero, tornos, fresadoras, cortadoras y dobladoras de láminas, motores, bobinadoras, transformadores eléctricos, maquinarias y brazos robóticos para la fabricación de tarjetas y otros componentes electrónicos, etc.  Por supuesto, habría que revisar las condiciones de los diferentes acuerdos de integración, entre los que se encuentra Mercosur, ya que una asociación con un monstruo industrial como éste, nos condenaría a ser un país exclusivamente petrolero que pasaría a importar absolutamente todo, como efectivamente está sucediendo.  Los acuerdos de integración deben funcionar entre economías de países con desarrollo similar industrial para que la relación sea complementaria.  Tanto sabe eso Brasil, que ya está avanzando en la asociación con Rusia, China, India y Sudáfrica (Brics), para evolucionar hacia una relación con unos socios distintos a Venezuela y Argentina, que se empeñan a retroceder en el tiempo.

  • El Papel Regulador del Estado en la Economía
No creo en la tesis Smithsiana absoluta de la “mano invisible del mercado” que corrija todas las injusticas que pudiesen generarse en los mercados con el “dejar hacer dejar pasar”, el Estado debe intervenir para promover las actividades donde se pudiesen estar formando monopolios y oligopolios, y de este modo existan las condiciones de una competencia perfecta, con muchos oferentes que pueda entrar en guerra de rebajas de precios para conquistar a los consumidores, y así evitar lo que en su momento Keynes llamó los “espíritus animales de los empresarios”, cuando ante las bajas expectativas de obtención de ganancias, limitan la oferta de productos, y que por un entorno tan hostil como el producido por el Gobierno, es más que justificado que esa conducta se manifieste, pero por mera sobrevivencia.  La intervención del Estado ha de limitarse a acabar con la existencia de monopolios internos, permitir la importación directa por parte de los consumidores de los bienes que en el exterior se consigan muchísimo más baratos por la posible conducta especulativa de los empresarios nacionales, e intervenir para evitar las prácticas antidumping por parte de los oferentes (vender con precios por debajo del costo, para hacer quebrar a los competidores). La tesis del Estado comerciante, industrial, educador, médico, constructor está más que probado que redunda en el más completo fracaso, porque mientras más actividades abarca el gobierno, automáticamente pulula la corrupción, y más en un país como el nuestro en donde lamentablemente la educación ha fracasado en cultivar valores como la honestidad, la responsabilidad, el esfuerzo del trabajo y vivimos en una adoración a la cultura de los antivalores, el trabajo fácil, el pónganme donde hay, el adquirir las cosas sin esfuerzo, el regalao, esa viveza criolla tan perniciosa, que pareciera está tan inmersa en el ADN venezolano, que aumentar el campo de acción del Estado sin plan ni concierto, degenera en la pérdida de enormes fuertes sumas de dinero por prácticas corruptas.

  • Una Solución al Problema de las Divisas
Acá quiero hacer referencia a mi artículo “Una Solución al Problema de las Divisas”, en donde hice diversos planteamientos, entre los que se encuentran la legalización del cambio de divisas entre particulares; una microrevaluación monetaria, progresiva, sostenida y constante; el desmontaje del monopolio absoluto del control de cambio por parte del Gobierno poniendo a disposición del público una parte de las divisas,  conservando provisionalmente otra, para evitar la fuga de capitales; la disminución de la masa monetaria; el aumento de las Reservas Internacionales; y la promoción gubernamental para lograr un aumento en la Inversión, la Producción Nacional y poder respaldar el valor de nuestra moneda con exportaciones.  Sólo de esa forma se puede componer la precaria situación económica de la población, logrando un signo monetario sólido, fuerte y estable que permita recuperar el poder adquisitivo de la moneda y superar la pobreza.

  • Una Revolución de Emprendimientos
El desarrollo de la gran industria venezolana con ingentes inversiones de capital es importante, pero también es fundamental se apoyen los pequeños emprendimientos a lo largo de toda la geografía nacional, para que haya la coexistencia de economías domésticas más modestas que sirvan de apoyo para complementar las necesidades de la gran industria anteriormente mencionada.  Pequeños talleres de metalmecánica, de tarjetas electrónicas, programadores de microprocesadores, la innovación en la creación de nuevos productos y comercios de todo tipo deben estar diseminados por todo el país, colaborando todos en el objetivo fundamental de consolidar el desarrollo nacional.  Las Pymes son esenciales en el desarrollo de las economías de todos los países del mundo, acá debe dársele el acompañamiento necesario por parte del Estado, en lo financiero y en capacitación, para que en nuestro país se den las condiciones de perfecta competencia y se generen más fuentes de trabajo.

  • Eliminación de Barreras Burocráticas
El registro y puesta en marcha de todas esas nuevas industrias, comercios y emprendimientos, así como el registro de patentes de invención deben dejar de padecer la enorme cantidad de trabas burocráticas, requisitos y pasos que se necesitan en tantos organismos públicos.  Los Registros Mercantiles deben evolucionar en las Oficinas Únicas de Registro Empresarial, para que a través de un solo trámite se prescinda del gran periplo que deben pasar los empresarios para estar totalmente legales, la sola inscripción en dicha oficina debe servir igualmente para sustituir la inscripción en el Seniat, Ivss, Faov, Ona, Fonacit, Sigesic, Minptrass, Insapsel, Conapdis y tantos otros que puedan existir.  Asimismo el Seniat debe darle paso a la Oficina Única de Recaudaciones para que a través de un solo organismo con una enorme base de datos, los empresarios en un solo ente realicen los pagos de sus obligaciones tributarias, bien sean impuestos, tasas y contribuciones parafiscales, luego esta oficina haría la transferencia que le corresponde a cada organismo.  De este modo, aparte de lograr la revolución industrial y de emprendimientos necesaria para el país, se podría descongestionar la cantidad de empleados públicos ocupándose en funciones innecesarias de registro y fiscalización, pues los fiscales del Seniat pasarían a ser Fiscales Nacionales Integrales, verificando en un solo procedimiento de inspección la totalidad de obligaciones que pudiesen tener los contribuyentes, además que se evitarían las diferentes evasiones de impuestos, que muchas veces sin querer se presentan en los contribuyentes, por lo intrincado del sistema jurídico venezolano.

  • La Cogestión en los Servicios Públicos
Hay dos servicios públicos en particular que los gobiernos por mero populismo se han empecinado en abarcar de una manera que escapa a sus posibilidades, pues no pueden prestar la atención que deberían tener de una forma eficiente, y se corresponden con la Salud y la Educación.  Es obvio que si la educación no permite la formación de los mejores profesionales o la capacitación en los más diversos oficios, al menos debería formar buenos ciudadanos, y esta cultura de los antivalores no tengo dudas que ha sido por el fracaso de la tesis del Estado Docente, ya que es demasiado grande el campo de acción que pretenden abarcar.  La revolución de emprendimientos que antes les mencioné, debe alcanzar a la gran cantidad de profesionales de la educación, que por los bajos sueldos que el Estado puede pagar se dedican a otra actividad, creo que el ideal sería la proliferación de centros de educación inicial, colegios, liceos y universidades administrados por particulares para que la educación pueda ser de calidad, con maestros y profesores bien pagados y motivados para hacer su trabajo además de por mera vocación, con el mayor de los compromisos.  Ya está suficientemente probado en Venezuela, que la gestión educativa realizada por la Asociación Venezolana de Educación Católica, Fe y Alegría y tantas otras, han reportado enormes éxitos, donde el Estado pone su cuota a través de subsidios, pero la administración de las instituciones depende de un tercero distinto al Ministerio, y se forma de esta manera un equipo de trabajo casi perfecto.  Por otro lado, tenemos también la salud, consultorios y clínicas deben contar con el apoyo del Estado para que se les permita aumentar el campo de acción que actualmente tienen.  Si el Gobierno ejerce su función de recuperar el poder adquisitivo y lograr la solidez de nuestra moneda, más personas saldrían efectivamente de la pobreza para engrosar la extinguida clase media, y tener los medios económicos para pagar toda la educación y la salud que requieran, y que al ser administrada por particulares indudablemente estarían prestando un servicio de calidad, el cual debe ser estrictamente vigilado por el Estado.

  • Una Justa Reconducción del Gasto Público
El Gasto Público en Venezuela tiene esas dimensiones tan exageradas por cuatro aspectos, educación y salud, a los que ya me referí, en donde no se cumple con los fines de prestar un servicio de calidad en forma eficiente, la Gran Misión Vivienda Venezuela, de la cual me referiré en un futuro artículo en el plano social, y finalmente la enorme cantidad de empleados que están en el sector público.

  • La Transferencia del Sector Público al Sector Privado
Es un problema para las finanzas de la nación esa enorme cantidad de personas en el sector público, los cuales hay que determinar la manera en que deban ser transferidos a las empresas del sector privado, pues si simplemente se despiden, se generaría una crisis de desempleo en el país, para ello debe propenderse a la creación de una Oficina Nacional de Empleo, ente que logre la transferencia de los trabajadores de un sector  a otro, que sea una suerte de enorme empresa de colocaciones, con una base de datos que pueda alimentarse por internet, y con centros de atención en plazas públicas, estaciones de metro y oficinas ministeriales para que los empleados públicos ingresen sus credenciales académicas y experiencia laboral, la información esté disponible para los empresarios privados y puedan consolidarse esa migración de lo público a lo privado, que es donde está la generación de riqueza para hacer grande a nuestro país.  Para abonar a dicha transferencia se puede motivar a los trabajadores con el pago inmediato de sus prestaciones si demuestran que ya no están en el sector público, además se puede adelantar la jubilación a los que le falten unos dos (2) años para ser titular de ese derecho, y a los empresarios se les puede estimular en este proceso con la exoneración temporal del impuesto sobre la renta, a los que demuestren que ingresaron y mantienen en su nómina a cierta cantidad de personas provenientes del sector público.

  • El Rescate del Ahorro
Recuperando el valor de la moneda, las personas comenzarían a tener la motivación para comenzar a ahorrar y pueda disminuir el consumo exagerado en todo tipo de bienes y servicios innecesarios que vemos que recientemente está sucediendo.  Los venezolanos han optado por no ahorrar y gastar absolutamente todo lo que tienen, porque ya es bien sabido que la moneda cada día vale menos.  Con un estímulo al ahorro, se impulsaría otro sector que genera masivas fuentes de trabajo, grandes cantidades de tributos y hace un aporte inmenso a la sociedad, como es el sector bancario.  Adicionalmente, las personas comenzarían a ahorrar para reunir para la inicial en la adquisición de una vivienda, incitando de esta forma a la industria de la construcción, las solicitudes de préstamos hipotecarios para adquisición de vivienda y créditos para la construcción, viéndose positivamente de nuevo beneficiado el sector bancario, con más ganancias, y en consecuencia mayores fuentes de empleo y más impuestos para que el Gobierno ejecute con más holgura los programas sociales.

  • El Impulso del Sistema Bancario
Con el rescate del ahorro el sistema bancario recibiría un respiro para que realice con mayor disposición su actividad de intermediación financiera, dinamizando la economía con los créditos para la inversión de ese nuevo parque industrial, emprendimientos, pymes, escuelas y clínicas, así como el mejoramiento de toda la infraestructura del país con los créditos para la construcción y las solicitudes de créditos hipotecarios.  La banca estaría en capacidad de colaborar enormemente en la desconcentración de la nómina pública y en la crisis de desempleo, sacando a personas de la fatídica economía informal que tanto pulula entre nosotros, y que no colabora con sus cuotas tributarias ni en brindar seguridad social a dichos trabajadores.  Con un sector bancario fuerte, empresas relacionadas como las aseguradoras también recibirían un fuerte impulso.

  • La Promoción de la Actividad Aseguradora
Otro sistema bien conectado al bancario como es el de los Seguros, debe contar con la promoción e incluso la imposición por parte del Estado a las aseguradoras, de dos productos imprescindibles para los beneficios de la población, las pólizas de Hospitalización, Cirugía y Maternidad, y las Pensiones de Retiro.  Con un signo monetario fuerte y estable que implique que tengamos una gran clase media, la población estaría en capacidad de pagar sus pólizas de HCM y tener la posibilidad de ser atendidos dignamente en una clínica de salud privada, y no en un hospital público que solo funciona adecuadamente los primeros años de inauguración o remodelación, y que por los efectos de la corrupción, pérdidas de equipos, falta de mantenimiento, bajos sueldos de médicos, enfermeros, demás profesionales  y técnicos empleados en el área de salud, terminan convirtiéndose en un problema más que en una solución a la salubridad.  Los hospitales quedarían reservados para las clases más populares, las cuales deberían representar la minoría de la población, con un servicio público de salud sin tanto hacinamiento y con un campo de acción más reducido, podría efectivamente prestar un servicio adecuado.

  • Hacia una Vejez Digna
Con un sistema privado de pensiones de retiro, que funcione alterno al sistema público de seguridad social, se aseguraría que los trabajadores al decidir dejar de ser productivos y descansar, podrían contar con ingresos acordes a su nivel de vida, no dependiendo de una mísera pensión tasada a salario mínimo, sino que podrían devengar una mensualidad que le permita continuar con el estilo de vida con que gozaban en los años de juventud.  Este sistema alterno, se permitiría  funcionar una vez que se demuestre la contribución del beneficiario en el sistema público de seguridad social.  Sería una excelente política, ya que lo que más tienen colaborarían con lo que tienen menos, y podrían tener la oportunidad de tener un sistema de retiro que les asegure una vejez digna con las primas que puedan pagar durante sus años productivos.   Asimismo dejaría de influir en muchas personas, la decisión de permanecer en la administración pública por la pensión de jubilación, ya que podrían estar desempeñándose en mejores ambientes como los que brindan las empresas privadas, y con la seguridad que cuando dejen de trabajar, podrán contar con una pensión que les asegure un decoroso retiro representado por unos ingresos que les permitan sufragar sus gastos.

Hasta aquí los primeros lineamientos del segundo lado del “Triángulo de la Gobernabilidad”, lo Económico, los espero para continuar con el resto de estrategias para poder dinamizar nuestra economía en la próxima entrega, y después pasar a las siguientes dos aristas, lo Social y lo Político, debemos consolidar ese triángulo con sus tres lados perfectamente iguales, para que podamos superar lo que llamo el “Pentágono de la Crisis Venezolana”:  Corrupción, Delincuencia, Inflación, Educación y Trabajo.  Con la aplicación de medidas como las aquí descritas, indudablemente venceríamos dos de los lados de ese Pentágono, la Inflación y el Trabajo,
Finalmente, sólo te pido apreciado lector, que si concuerdas con todo o en parte de lo acá expresado, lo compartas con tus conocidos, amigos o familiares, sólo cuando los venezolanos sigamos a un proyecto y no a un caudillo, que le sirva a una gran mayoría, que tenga la finalidad de lograr un país desarrollado y verdaderamente independiente, nuestra historia será otra, el asunto está en que una buena parte de la población comience la ardua tarea de comprometerse con nuestro país y diga con vehemencia, yo estoy “Construyendo una Nueva Venezuela”.

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