Líderes Resilientes para una Venezuela en Emergencia
Para este artículo me quiero apoyar de un pequeño libro,
pero no por ello poco interesante, titulado “Liderazgo Resiliente, la
Innovación en Entornos Adversos”, del autor Carlos José Pittaluga Zerpa, quien
trata temas gerenciales aplicados a las Empresas Privadas, pero que en estos
tiempos tan adversos y críticos pueden aplicarse perfectamente a una Gestión
Pública de Gobierno y masificar la incorporación de los conceptos por él
expuestos en una Reforma Educativa Integral como las que yo anteriormente les
he comentado.
El autor nos presenta
modalidades de pensamiento representados por una pirámide en cuya base
se encuentra el “Pensamiento Ordinario”, y del que va ascendiéndose por formas
superiores, las cuales suponen y subsumen a las formas inferiores, en este
orden; el “Pensamiento Analítico”, el
“Pensamiento Lógico”, el Pensamiento Crítico”, el “Pensamiento Intuitivo”, el
“Pensamiento Creativo”, el “Pensamiento Sistémico” y en la cúspide encontramos
el “Pensamiento Estratégico”.
Con una Reforma Educativa como la que les expuse en mi
artículo “Un Proyecto y un Nuevo Pacto”, que incorpore al currículo educativo técnicas
de Superaprendizaje y Aprendizaje
Acelerado, y enfatice la enseñanza de la Música, el Ajedrez, las Matemáticas, las Técnicas de Análisis y
Comprensión de Lectura, pudiesen estimularse las inteligencias múltiples del
cerebro, y consolidar esa “Revolución de la Inteligencia” que en su momento planteó
para el mundo el Dr. Luis Alberto Machado,
y que recibieron acogida en diferentes países.
Con la estimulación debida pudiese surgir a nivel general en
nuestro país una nueva generación de “Líderes Resilientes”, aptos para tener el
“Pensamiento Flexible” que se necesita para responder a la modalidad idónea de
pensamiento descrito en la “Pirámide Cognitiva”, según el objetivo o situación.
Si masificamos la capacidad de ejercitar el “Pensamiento
Estratégico”, podremos sacar a Venezuela adelante, ya les he dicho que para salir
del abismo, la solución no está en una sola persona, de uno u otro bando, el
problema de Venezuela siempre ha sido el de estar dirigida por caudillos o
líderes mesiánicos, no es a un hombre al
que debe seguirse (ya los resultados de tal acción están a la vista), como sociedad
debemos aprender a no seguir hombres específicos, sino Proyectos, Proyectos que
convoquen, entusiasmen, motiven y comprometan a una gran mayoría de venezolanos,
en aras de satisfacer tanto los intereses individuales, como el supremo interés
nacional, un Proyecto de País es el que se necesita, y que tenga continuidad en
el tiempo sin importar quien encabece la gestión de gobierno.
En el libro en cuestión, se plantean una serie de pasos o
etapas para lograr el cambio en la forma en que la gente piensa, es decir su
mentalidad, para poner en marcha en una organización, y que muy bien pueden
aplicarse en una gestión pública de gobierno, estos son: Crear un Sentido de Urgencia (el cual ya está
generado), Formular una Visión de Futuro, Integrar y Formar el Equipo de
Agentes Impulsores del Cambio, Comunicar la Visión y Ganar Adeptos, Facultar a
los Actores, Analizar la Situación Actual, Crear la Estrategia o el Plan,
Preparar a la Organización, Ejecutar el Plan de Cambio y finalmente
Proporcionar Mantenimiento al Sistema.
Ahora bien, resuelta la pregunta del ¿Cómo hacerlo? en el
párrafo anterior, ahora nos toca responder a la pregunta de ¿Quiénes?; y allí la respuesta está en esa nueva
generación de líderes que debe surgir en Venezuela comprometidos con esta
sociedad para llevarla por la senda del progreso. El líder es aquel que explora el entorno,
forja en conjunto una visión de futuro alentador y positiva, formula una
estrategia y hace que las cosas sucedan para materializar la visión,
movilizando la energía y el compromiso de la gente, alentando la esperanza y el
optimismo y haciendo que la gente saque lo mejor de sí misma.
Nuestro país se encuentra así de mal, porque el liderazgo
que nos gobierna es del tipo negativo, no estimula a que la gente saque lo
mejor de sí misma, sino los peores defectos, propiciando sentimientos de
egoísmo, envidia, impulsividad, desconsideración, indisciplina, intemperancia,
impertinencia e impenitencia.
Para ese liderazgo con Pensamiento Estratégico que hace
falta en Venezuela quiero concluir con lo expuesto en la página 74 del
mencionado libro “En la mente del estratega es más importante la actitud que la
aptitud. Domina la apertura y la
flexibilidad sobre la técnica. La mente
del estratega, en tanto que mentalidad, define el modo de estar, el modo de ser
y el modo de cambiar, del líder-gerente y por extensión, de la organización que
dirige. La mentalidad estratégica se
cultiva, se forma, se educa y sobre todo, se modela.
Frente a un entorno altamente turbulento, en el que reina la
incertidumbre y abunda la adversidad, es imperativo que el líder-gerente
desarrolle su mentalidad como estratega.
También, que fortalezca su pensamiento flexible: habilidad para navegar
en la pirámide cognitiva situacionalmente.”
Ahora con respecto al término Resiliencia, ésta es definida
desde el punto de vista psicológico como la capacidad humana de asumir con
flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas.
Dicha Resiliencia puede ser desarrollada según el autor
tratado a través de seis competencias:
La Inteligencia Emocional, la Inteligencia Práctica, la Inteligencia
Social, la Auto eficacia, la Disciplina Personal y los Modelos Mentales
Flexibles.
El Proyecto de País que hace falta implementar en Venezuela
para sacarla de la crisis no puede seguir estando en manos de unos pocos, hace
falta el compromiso e incorporación de una buena cantidad de personas
comprometidas en equipos encabezados por “Líderes Resilientes” que quieran el
Desarrollo de la Nación con propuestas específicas para consolidar con sus tres
lados iguales, lo que llamo el “Triángulo de la Gobernabilidad”, cuyas aristas
son lo Político, lo Económico y lo Social; propuestas orientadas a vencer al
“Pentágono de la Crisis Venezolana”: La Inflación, la Corrupción, la Delincuencia,
y las deficiencias en Educación y Trabajo.
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