viernes, 7 de agosto de 2015

En Economía: Raul Prebisch y la escuela de los Estructuralistas Latinoaméricanos

A diferencia de los Estados Unidos, en los países latinoamericanos no hay núcleos industriales de importancia, ya que se especializan en la simple extracción de materia prima y en la producción agrícola.  A raíz de la Gran Depresión de 1929 de los Estados Unidos, se desplomaron en todos los países latinos las exportaciones hacia ese país, y en consecuencia disminuyó la entrada de divisas y por tanto no se pudo importar bienes manufacturados provenientes de los países desarrollados industrialmente.

Gracias al pensamiento estructuralista encabezado por el argentino Raúl Prebisch, quien publicó el libro “El Desarrollo Económico de la América Latina y algunos de sus principales problemas”, así como el de otros pensadores como Celso Furtado de Brasil, Anibal Pinto de Chile, y Aldo Ferrer, también de Argentina;  se comienza una política en la región de sustitución de importaciones, estableciendo medidas proteccionistas (barreras arancelarias) para que comience el desarrollo industrial de todos estos países.  Así mismo se crean empresas públicas de carácter estratégico, se impulsa la educación, la investigación y el desarrollo tecnológico.  El pensamiento estructuralista surge para solventar las fallas estructurales de América Latina, en donde sus industrias se especializaban solamente en la extracción de materias primas y el cultivo agrícola, generando una situación de grandes desigualdades donde una minoría es propietaria de los medios de producción, acumulando grandes riquezas, y una gran mayoría carente de medios económicos, subsisten en un gran estado de miseria y pobreza.

Los Estructuralistas diferencian los países entre Centrales y Periféricos, los primeros, son los países desarrollados industrialmente, y los periféricos aquellos especializados solamente en la extracción de materias primas y una pequeña variedad de productos, en donde surgen las grandes desigualdades entre la población producto de una equivocada distribución de la riqueza.

Para Prebisch, los países periféricos tienen la particularidad de tener enormes y modernas ciudades, en donde hay una gran actividad comercial realizada por múltiples empresas, donde  al mismo tiempo y en el mismo lugar, conviven grandes cantidades de población provenientes de los campos con una actividad agrícola deprimida, en grandes barrios en condiciones de hacinamiento, pobreza e incluso miseria.

El pensamiento estructuralista propone, la unión entre los países periféricos para que se complementen las economías, y dejen de depender de los productos manufacturados provenientes de los países centrales, para de esa forma no tener la limitación de un acceso a divisas extranjeras.  Para ello, los Gobiernos deben intervenir para fomentar el crecimiento industrial en cada uno de sus países, haya pleno empleo, mejore el nivel de vida de sus habitantes, se disminuyan las desigualdades económicas, haya una idónea redistribución de la riqueza y la sociedad sea más justa y equitativa.

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