viernes, 7 de agosto de 2015

En Economía: conoce al padre de la macroeconomía John Maynard Keynes

John Maynard Keynes



Finalizada la Primera Guerra Mundial, los Estados Unidos de Norteamérica se consolidan como primera potencia mundial, desplazando la hegemonía económica inglesa.  Gracias al auge de la industria americana, todo el mundo empieza a invertir en acciones, las empresas crecen financieramente y aumentan la producción, la oferta se vuelve enorme, muy por encima de la demanda, por lo que empiezan a paralizarse las ventas, los industriales comienzan a detener la producción, y a hacer despidos masivos, bajó el valor de las acciones de las empresas, y todos las personas que invirtieron sus ahorros en acciones comenzaron a empobrecerse.  Sucede el crack de la bolsa de New York, conocido como el “jueves negro” el 29/10/1929, ocasionando la ruina de múltiples bancos, desempleo, pérdida de viviendas y al ser tan influyente los Estados Unidos en la economía de todo el mundo, se generaliza la crisis en todos los países, entre los que se encontraban los sub-desarrollados sólo productores  y exportadores de materias primas y productos agrícolas, que dejaron de tener mercados en donde colocar sus productos.  La mano invisible del mercado expuesta por los clásicos no pudo equilibrar la economía.  La Unión Soviética con una economía colectivista se fue consolidando, ya que sus productos se consumían en el mercado interno, no le hacía tanta falta el comercio exterior y permitió que el comunismo fuera teniendo aceptación en algunos países.

John Maynard Keynes crítico de las teorías marginalistas y de los clásicos, nace en Inglaterra en 1883, alumno de Alfred Marshal, exponente de la teoría marginalista, publica en 1936 “Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero”, en donde recomienda una fuerte intervención del Estado para superar la crisis.  Entre las principales críticas que hace de la teoría marginalista, es que es falso que el desempleo involuntario sea transitorio, sino que puede ser permanente, ya que los empresarios de los países industrializados son incapaces de emplear a todas las personas, y al no haber ingresos, no habrá demanda efectiva de productos. 

Para los marginalistas la Oferta y la producción son los motores que mueven la economía, proponen la “Ley de Sey” en donde exponen que toda oferta crea su propia demanda, y que las clases sociales de lo que reciben, compran bienes originando la demanda efectiva.  Los terratenientes de la renta que reciben, los capitalistas de los beneficios y los trabajadores de los sueldos, destinarán una parte al consumo.

Keynes analiza esta postura y nos dice que efectivamente hay una propensión natural a consumir, tal como dicen los marginalistas, pero las clases sociales que obtienen mayores ingresos, destinarán una parte de esa renta y beneficio a la Inversión, es decir, agrega la Inversión como un segundo motivo de la demanda, en conjunto con el Consumo.  Para Keynes si aumentan los ingresos aumenta el ahorro y la inversión, ya que la propensión a consumir es más o menos estable, es por ello que el Estado debe garantizar las perspectivas económicas y la seguridad, para que al tener los capitalistas un aumento en sus expectativas, destinen parte de sus ingresos a la Inversión, contraten mano de obra, aumente la producción y haya productos en el mercado.  Los cuales sólo podrán ser consumidos, en la medida que la demanda efectiva aumente.  Para Keynes es la demanda que crea la oferta.  Si hay malas expectativas en los empresarios, se produce el estancamiento paralizando la producción, esos estados de ánimo fue lo que él llamó los “espíritus animales de los empresarios”.  Para Keynes si baja la demanda efectiva, baja la producción y en consecuencia disminuye la oferta (inversión de la Ley de Sey) y se genera el desempleo, por ello la clave es aumentar la demanda efectiva, la cual debe ser impulsada por el estado a través de dos herramientas, la política fiscal y la política monetaria.

La Política Fiscal se baja en administrar con eficacia los impuestos para hacer una inversión adecuada del Gasto Público, en grandes obras de infraestructura como son las vías de transporte e instalaciones de generación energética, que impliquen grandes contrataciones de trabajadores, aumentando los ingresos de la población, y en consecuencia la demanda efectiva.  Construcción de obras de ese tipo a la larga, contribuirán a mejorar las condiciones de la inversión privada.

La Política Monetaria se basa en una emisión controlada de la cantidad de billetes y monedas en circulación para inyectarle dinero a la economía, y por ende haya una rebaja en las tasas de interés, que al compararlas con las ganancias que puedan llegar a dar los negocios, hagan atractivo la solicitud de préstamos para la inversión y no el ahorro por parte de las clases sociales que obtienen mayores ingresos.  Al destinar una buena parte de sus ingresos a nuevas inversiones, no al ahorro, y a solicitar aún más préstamos para realizar nuevas inversiones, aumentará la producción u oferta de bienes, y al haber políticas de pleno empleo estarán garantizados los ingresos para que pueda darse la demanda efectiva.


Luego de la Segunda Guerra Mundial, para contrarrestar el comunismo, el Keynesianismo se extiende globalmente, originándose entre 1940 y 1970 lo que se conoció como los 30 años dorados de esta escuela económica, donde en general hubo una mejor calidad de vida para las personas, con buenas políticas de salud, educación, jubilación y acceso a crédito, habiendo un estado de bienestar generalizado, por los mecanismos de cooperación internacional y reconstrucción de países producto de los acuerdos de Bretton Woods que crearon al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.  Hasta que finalmente dejaron de tener estos organismos el rol coordinador de la economía y comenzaron a actuar como agentes liberalizadores de los mercados mundiales, imponiendo recetas neoliberales estandarizadas a todos los países, que terminaron generando pobreza y masivas privatizaciones.

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