Pensamiento Económico de Friedrich List
List nace en 1789 en Wuttenberg y es junto a Marx, los economistas alemanes más destacados del siglo XIX. Se inspira en el desarrollo industrial de Inglaterra y Francia, y su aspiración es reducir la brecha económica entre esas dos potencias y Alemania. Proponía la unificación territorial de Alemania y la desaparición de las aduanas interiores entre los reinos alemanes. Por sus ideas fue condenado a 10 de meses de prisión con trabajos forzados, fue deportado a Estados Unidos viviendo allí entre el 1828 y 1832, donde tiene contacto con Alexander Hamilton, quien proponía la protección de las industrias nacionales por el Estado.
List impulsaba a defender el proteccionismo
de la industria alemana y el desarrollo del sistema de ferrocarriles, en 1841
publica el “Sistema Nacional de Economía Política”, obra que se enmarca dentro
de las escuela de Los Historicistas,
quienes promulgaban el estudio de la Ciencia Económica a través de la Historia
Social y no en teorías sistémicas como hacían los clásicos ingles. Debido a la recesión económica de la época y
la crisis financiera, List enferma y se suicida en 1846. Su legado produjo el desarrollo de Alemania
en conjunto con las ideas de Max Weber y Werner Sumbart.
Producto de la Revolución Industrial Reino
Unido y Francia, países que contaban con territorios consolidados y colonias en
ultramar pudieron desarrollar sus mercados, por lo cual los 39 reinos
independientes de la Confederación Germánica crearon en 1834 la unión aduanera,
bajo el auspicio del Reino de Prusia, y excluyendo al Imperio Austriaco (de los
39 reinos estos eran los dos principales, y la puja entre ellos dos debilitaba
a los más pequeños). Esta Unión Aduanera
mantiene las fronteras y reduce las barreras arancelarias, comienza el proceso
de industrialización, la expansión militar, desarrollo de la siderúrgica. Luego tras dos guerras, finalmente en 1871 se
conforma el Imperio Alemán, excluyendo definitivamente a Austria y empieza
luego de tanto retraso, se consolida el esperado desarrollo, que puede
materializarse gracias a los grandes recursos naturales de la región, la
tradición en confección de manufacturas y un buen sistema educativo con bajas
tasas de analfabetismo.
List criticaba la abstracción de modelos y
leyes universales propuestas por los clásicos ingleses y nos dice que la
Economía debe estudiarse en conjunto con la Historia, la Política y la
Geografía. No está de acuerdo con la
suposición que los seres humanos se movilizan como agentes individuales movidos
por su interés personal. Los
Historicistas hablan que las personas tienen móviles variados, múltiples y
complejos, no solo el enriquecimiento, el egoísmo y el interés personal sino otros
como la vanidad, el éxito, la solidaridad y los deseos de ser útiles.
Se introduce el concepto de Nación y que la
economía no solo se mueve por la reunión de las capacidades de los individuos,
su egoísmo y la satisfacción de sus propias necesidades como planteaban los
clásicos, sino que la nación debe desarrollarse como un todo. Es un concepto que incluye a todos los
individuos que comparten una lengua, literatura, progreso, territorio, leyes,
origen, historia, costumbres, pretensiones, hábitos, instituciones,
independencia, etc.
Esa es la explicación de por qué unas
naciones se desarrollan y otras se estancan o atrasan, y los Gobiernos de esas
naciones deben propiciar los intereses del colectivo, y no los intereses
individuales de los comerciantes. Las
relaciones comerciales con otros países deben mantenerse de acuerdo a sus intereses como sociedad.
Rechaza el libre comercio en países
atrasados sin posibilidad de desarrollo y que sólo debe darse entre país con igualdad de condiciones. Para los clásicos todos los países se benefician
del libre comercio y de la especialización internacional del trabajo. Los Historicistas plantean que esa idea
condena al atraso a los países que aún no tengan desarrollo industrial, y exponen que el Estado debe intervenir para
empujar la industria manufacturera, la marina mercante y el comercio
exterior. Para ellos la riqueza de un
país no se mide por los recursos naturales que dispone sino por el desarrollo
industrial, no es la riqueza como tal sino la capacidad de generar riqueza lo
importante.
Una de las herramientas es el
Proteccionismo, que debe implementarse como política transitoria, no
necesariamente breve, para proteger la industria nacional de la competencia
extranjera. El proteccionismo es un
medio y no debe ser visto como un fin.
Las inversiones deben darse en las
industrias que requieran altos costos de equipamiento, grandes cantidades de
conocimientos técnicos, destrezas y experiencia, así como las que requieran
cantidades masivas de fuerza de trabajo.
Al haber competitividad internacional se deben
retirar las barreras arancelarias, una vez que ya se dio la protección de las
ramas productivas inmaduras.
Sus ideas fueron aplicadas en los Estados
Unidos y Alemania en el siglo XIX y en Japón y Corea en el siglo XX.
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