viernes, 7 de agosto de 2015

En Economía: Friedrich List y la Escuela Historicista Alemana

Pensamiento Económico de Friedrich List




List nace en 1789 en Wuttenberg y es junto a Marx, los economistas alemanes más destacados del siglo XIX.  Se inspira en el desarrollo industrial de Inglaterra y Francia, y su aspiración es reducir la brecha económica entre esas dos potencias y Alemania.  Proponía la unificación territorial de Alemania y la desaparición de las aduanas interiores entre los reinos alemanes.  Por sus ideas fue condenado a 10 de meses de prisión con trabajos forzados, fue deportado a Estados Unidos viviendo allí entre el 1828 y 1832, donde tiene contacto con Alexander Hamilton, quien proponía la protección de las industrias nacionales por el Estado.

List impulsaba a defender el proteccionismo de la industria alemana y el desarrollo del sistema de ferrocarriles, en 1841 publica el “Sistema Nacional de Economía Política”, obra que se enmarca dentro de las escuela  de Los Historicistas, quienes promulgaban el estudio de la Ciencia Económica a través de la Historia Social y no en teorías sistémicas como hacían los clásicos ingles.  Debido a la recesión económica de la época y la crisis financiera, List enferma y se suicida en 1846.  Su legado produjo el desarrollo de Alemania en conjunto con las ideas de Max Weber y Werner Sumbart. 

Producto de la Revolución Industrial Reino Unido y Francia, países que contaban con territorios consolidados y colonias en ultramar pudieron desarrollar sus mercados, por lo cual los 39 reinos independientes de la Confederación Germánica crearon en 1834 la unión aduanera, bajo el auspicio del Reino de Prusia, y excluyendo al Imperio Austriaco (de los 39 reinos estos eran los dos principales, y la puja entre ellos dos debilitaba a los más pequeños).  Esta Unión Aduanera mantiene las fronteras y reduce las barreras arancelarias, comienza el proceso de industrialización, la expansión militar, desarrollo de la siderúrgica.  Luego tras dos guerras, finalmente en 1871 se conforma el Imperio Alemán, excluyendo definitivamente a Austria y empieza luego de tanto retraso, se consolida el esperado desarrollo, que puede materializarse gracias a los grandes recursos naturales de la región, la tradición en confección de manufacturas y un buen sistema educativo con bajas tasas de analfabetismo.

List criticaba la abstracción de modelos y leyes universales propuestas por los clásicos ingleses y nos dice que la Economía debe estudiarse en conjunto con la Historia, la Política y la Geografía.  No está de acuerdo con la suposición que los seres humanos se movilizan como agentes individuales movidos por su interés personal.  Los Historicistas hablan que las personas tienen móviles variados, múltiples y complejos, no solo el enriquecimiento, el egoísmo y el interés personal sino otros como la vanidad, el éxito, la solidaridad y los deseos de ser útiles. 

Se introduce el concepto de Nación y que la economía no solo se mueve por la reunión de las capacidades de los individuos, su egoísmo y la satisfacción de sus propias necesidades como planteaban los clásicos, sino que la nación debe desarrollarse como un todo.  Es un concepto que incluye a todos los individuos que comparten una lengua, literatura, progreso, territorio, leyes, origen, historia, costumbres, pretensiones, hábitos, instituciones, independencia, etc.

Esa es la explicación de por qué unas naciones se desarrollan y otras se estancan o atrasan, y los Gobiernos de esas naciones deben propiciar los intereses del colectivo, y no los intereses individuales de los comerciantes.  Las relaciones comerciales con otros países deben mantenerse de acuerdo  a sus intereses como sociedad.

Rechaza el libre comercio en países atrasados sin posibilidad de desarrollo y que sólo debe darse  entre país con igualdad de condiciones.  Para los clásicos todos los países se benefician del libre comercio y de la especialización internacional del trabajo.  Los Historicistas plantean que esa idea condena al atraso a los países que aún no tengan desarrollo industrial,  y exponen que el Estado debe intervenir para empujar la industria manufacturera, la marina mercante y el comercio exterior.  Para ellos la riqueza de un país no se mide por los recursos naturales que dispone sino por el desarrollo industrial, no es la riqueza como tal sino la capacidad de generar riqueza lo importante.

Una de las herramientas es el Proteccionismo, que debe implementarse como política transitoria, no necesariamente breve, para proteger la industria nacional de la competencia extranjera.  El proteccionismo es un medio y no debe ser visto como un fin.

Las inversiones deben darse en las industrias que requieran altos costos de equipamiento, grandes cantidades de conocimientos técnicos, destrezas y experiencia, así como las que requieran cantidades masivas de fuerza de trabajo.

Al haber competitividad internacional se deben retirar las barreras arancelarias, una vez que ya se dio la protección de las ramas productivas inmaduras.


Sus ideas fueron aplicadas en los Estados Unidos y Alemania en el siglo XIX y en Japón y Corea en el siglo XX.

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