lunes, 19 de diciembre de 2016

La Riqueza de las Naciones, Adam Smith, resumen capítulo 5, libro 1

UNA INVESTIGACIÓN SOBRE LA CAUSA Y LA RIQUEZA DE LAS NACIONES
ADAM SMITH
Libro 1, Capítulo V

Precio real y precio nominal de los artículos, o sea,
 su precio en trabajo y su precio en dinero

El trabajo es la auténtica medida del valor en cambio de todos los artículos, al darse la división del trabajo, el hombre con su trabajo podrá procurarse tres tipos de cosas: las necesarias para la vida, para las comodidades y para las distracciones.  Será rico o pobre en la medida del grado en que pueda permitirse disponer de alguna de esas cosas o comprar, producto del trabajo de los demás.

El precio real de casa cosa, es el esfuerzo laborioso que se necesita hacer para esa adquisición. El valor que cada cosa tiene realmente para el hombre que la ha adquirido y que quiere deshacerse de ella o cambiarla por alguna otra, es la fatiga o molestia que puedan ahorrarle, haciéndolos recaer sobre otras personas. 

El trabajo constituyó el precio primero, la primitiva moneda que se pagó por todas las cosas.

Las fortunas proveen del poder de comprar, de tener un dominio sobre el trabajo de otros, o sobre los productos que están puestos en el mercado.

La proporción del trabajo para determinar el precio, no siempre se da por el tiempo invertido, sobre todo si son de distinta clase los productos, ya que influyen los grados de fatiga soportada, la ingeniosidad puesta en juego, la laboriosidad y la experiencia. Y además entra en juego el regateo y el tira y afloja del mercado.

Por practicidad fue más sencillo intercambiar un producto por otro, que por trabajo, dándose el trueque, pero una vez convertido el dinero en un instrumento corriente del comercio, lo normal fue que los artículos se cambien por dinero. Por eso ocurre que el valor en cambio de todo artículo se calcula con más frecuencia por la cantidad de dinero que por la cantidad de trabajo o por la de cualquier otro artículo que se puede cambiar por él.

Al igual que los demás bienes, también el oro y la planta varían de valor, la cantidad de trabajo que se puede adquirir o del que se puede disponer por una determinada cantidad de oro o de plata, o el total de otros artículo por los que puede cambiarse, dependen siempre de la riqueza o esterilidad de las minas conocidas en la época en que tales cambios tienen lugar. Tal es el caso, que al hallarse en América ricas minas, se redujo en Europa el valor del oro y la plata a una tercera parte, más o menos, de lo que hasta entonces había sido.  Por ello, así como una medida de cantidad que variase constantemente, jamás podría constituir medida exacta de otras cosas, tampoco un artículo que varía constantemente en su propio valor puede constituir jamás medida exacta del valor de otros artículos.  Es por lo que puede afirmarse que en todo tiempo y lugar, las cantidades iguales de trabajo tienen un valor igual para el que trabaja.

Considerando el grado normal de habilidad y destreza, el trabajador tienen que entregar siempre idéntica proporción de comodidad, libertad y felicidad. El precio que paga tiene que ser siempre idéntico cualesquiera que sean las cantidades de bienes que recibe a cambio del mismo.  En algunas ocasiones podrá comprar una cantidad mayor y en otras menor, ya que varía su valor, pero no varía el trabajo con que son adquiridos.

Lo caro es lo que cuesta con mucho trabajo adquirir y lo barato aquello que se consigue con facilidad o poco trabajo.  Por tanto, el trabajo es lo único que no varía de valor, solo el trabajo es el tipo último y real por el que se calcula y compara en todo tiempo y lugar el precio de todos los artículos.  Es su precio real y el dinero es únicamente su precio nominal. Da la ilusión que el trabajo puede subir o bajar de precio por la cantidad de cosas que se pueden comprar con él, pero en realidad son los artículos que en un caso determinado son baratos y en otro caros.

El trabajo al igual que todos los artículos tiene un precio real y un precio nominal. Puede considerarse que su precio real consiste en la cantidad de cosas necesarias o convenientes para la vida que se dan por el mismo, y su precio nominal, en la suma de dinero.  El trabajador es rico o pobre, está bien o mal remunerado en proporción al precio real de su trabajo, no en proporción al precio nominal.

A precio real idéntico siempre corresponde idéntico valor, pero debido a las variaciones del oro y la plata, a idéntico precio nominal corresponden en ocasiones valores muy diferentes.
Príncipes y Estados soberanos han incurrido en el error de disminuir la cantidad de metales puros que entraban en sus monedas, cuando era de mayor interés aumentarlo. Es por ello que en algún momento cuando se establecieron rentas fijadas en una cantidad de cereal, conservaron mucho mejor su valor que los establecidos en dinero.

El valor del trabajo o precio real del trabajo, o subsistencia del trabajador, será más abundante en una sociedad que camine hacia la opulencia, que en una estacionaria, y en ésta, mayor que en una que vaya en retroceso.

Por todo lo antes expuesto, parece evidente que el trabajo es la única medida universal del valor, y también la única exacta, es decir, el único patrón mediante el cual es posible comparar los valores de los distintos  artículos en todos los tiempos y en todos los lugares.  Se admite que no es posible calcular el valor real de los distintos artículos de un siglo a otro guiándose por las cantidades de plata que por ellos se pagaron. No podemos calcularlos de un año a otro, por las cantidades de grano, pero si podemos hacerlo por las cantidades de trabajo, y eso con la mayor exactitud, lo mismo de un siglo a otro que de un año a otro. En cambio, el dinero es .a medida exacta del valor real de cambio de todas las cosas, sin embargo eso ocurre solamente tratándose del mismo tiempo y lugar.

El precio nominal o en dinero de las cosas, es el que en último término decide el acierto o desacierto de las compras y ventas, regulando de ese modo casi todas las transacciones de la vida corriente, por lo cual el precio nominal siempre es tenido en cuenta mucho más que el precio real.


El dinero de un país cualquiera constituye, en un momento y lugar determinados, la medida más o menos exacta de valor, según que la moneda corriente sea más o menos exactamente conforme a su ley, o que contenga más o menos exactamente la cantidad de oro puro o de plata pura que debía tener. Teniendo presente que se entiende siempre por precio en dinero de las cosas, la cantidad de oro puro o de plata pura por la que se venden, independientemente del nombre de la moneda.

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