UNA
INVESTIGACIÓN SOBRE LA CAUSA Y LA RIQUEZA DE LAS NACIONES
ADAM
SMITH
Libro 1, Capítulo V
Precio real y precio nominal de los artículos,
o sea,
su
precio en trabajo y su precio en dinero
El
trabajo es la auténtica medida del valor en cambio de todos los artículos, al
darse la división del trabajo, el hombre con su trabajo podrá procurarse tres
tipos de cosas: las necesarias para la vida, para las comodidades y para las
distracciones. Será rico o pobre en la
medida del grado en que pueda permitirse disponer de alguna de esas cosas o
comprar, producto del trabajo de los demás.
El
precio real de casa cosa, es el esfuerzo laborioso que se necesita hacer para
esa adquisición. El valor que cada cosa tiene realmente para el hombre que la
ha adquirido y que quiere deshacerse de ella o cambiarla por alguna otra, es la
fatiga o molestia que puedan ahorrarle, haciéndolos recaer sobre otras
personas.
El
trabajo constituyó el precio primero, la primitiva moneda que se pagó por todas
las cosas.
Las
fortunas proveen del poder de comprar, de tener un dominio sobre el trabajo de
otros, o sobre los productos que están puestos en el mercado.
La
proporción del trabajo para determinar el precio, no siempre se da por el
tiempo invertido, sobre todo si son de distinta clase los productos, ya que
influyen los grados de fatiga soportada, la ingeniosidad puesta en juego, la
laboriosidad y la experiencia. Y además entra en juego el regateo y el tira y
afloja del mercado.
Por
practicidad fue más sencillo intercambiar un producto por otro, que por
trabajo, dándose el trueque, pero una vez convertido el dinero en un
instrumento corriente del comercio, lo normal fue que los artículos se cambien
por dinero. Por eso ocurre que el valor en cambio de todo artículo se calcula
con más frecuencia por la cantidad de dinero que por la cantidad de trabajo o
por la de cualquier otro artículo que se puede cambiar por él.
Al
igual que los demás bienes, también el oro y la planta varían de valor, la
cantidad de trabajo que se puede adquirir o del que se puede disponer por una
determinada cantidad de oro o de plata, o el total de otros artículo por los
que puede cambiarse, dependen siempre de la riqueza o esterilidad de las minas conocidas
en la época en que tales cambios tienen lugar. Tal es el caso, que al hallarse
en América ricas minas, se redujo en Europa el valor del oro y la plata a una
tercera parte, más o menos, de lo que hasta entonces había sido. Por ello, así como una medida de cantidad que
variase constantemente, jamás podría constituir medida exacta de otras cosas,
tampoco un artículo que varía constantemente en su propio valor puede
constituir jamás medida exacta del valor de otros artículos. Es por lo que puede afirmarse que en todo
tiempo y lugar, las cantidades iguales de trabajo tienen un valor igual para el
que trabaja.
Considerando
el grado normal de habilidad y destreza, el trabajador tienen que entregar
siempre idéntica proporción de comodidad, libertad y felicidad. El precio que
paga tiene que ser siempre idéntico cualesquiera que sean las cantidades de
bienes que recibe a cambio del mismo. En
algunas ocasiones podrá comprar una cantidad mayor y en otras menor, ya que
varía su valor, pero no varía el trabajo con que son adquiridos.
Lo
caro es lo que cuesta con mucho trabajo adquirir y lo barato aquello que se
consigue con facilidad o poco trabajo.
Por tanto, el trabajo es lo único que no varía de valor, solo el trabajo
es el tipo último y real por el que se calcula y compara en todo tiempo y lugar
el precio de todos los artículos. Es su
precio real y el dinero es únicamente su precio nominal. Da la ilusión que el
trabajo puede subir o bajar de precio por la cantidad de cosas que se pueden
comprar con él, pero en realidad son los artículos que en un caso determinado
son baratos y en otro caros.
El
trabajo al igual que todos los artículos tiene un precio real y un precio
nominal. Puede considerarse que su precio real consiste en la cantidad de cosas
necesarias o convenientes para la vida que se dan por el mismo, y su precio
nominal, en la suma de dinero. El
trabajador es rico o pobre, está bien o mal remunerado en proporción al precio
real de su trabajo, no en proporción al precio nominal.
A
precio real idéntico siempre corresponde idéntico valor, pero debido a las
variaciones del oro y la plata, a idéntico precio nominal corresponden en
ocasiones valores muy diferentes.
Príncipes
y Estados soberanos han incurrido en el error de disminuir la cantidad de
metales puros que entraban en sus monedas, cuando era de mayor interés
aumentarlo. Es por ello que en algún momento cuando se establecieron rentas
fijadas en una cantidad de cereal, conservaron mucho mejor su valor que los
establecidos en dinero.
El
valor del trabajo o precio real del trabajo, o subsistencia del trabajador,
será más abundante en una sociedad que camine hacia la opulencia, que en una
estacionaria, y en ésta, mayor que en una que vaya en retroceso.
Por
todo lo antes expuesto, parece evidente que el trabajo es la única medida
universal del valor, y también la única exacta, es decir, el único patrón
mediante el cual es posible comparar los valores de los distintos artículos en todos los tiempos y en todos los
lugares. Se admite que no es posible
calcular el valor real de los distintos artículos de un siglo a otro guiándose
por las cantidades de plata que por ellos se pagaron. No podemos calcularlos de
un año a otro, por las cantidades de grano, pero si podemos hacerlo por las
cantidades de trabajo, y eso con la mayor exactitud, lo mismo de un siglo a
otro que de un año a otro. En cambio, el dinero es .a medida exacta del valor
real de cambio de todas las cosas, sin embargo eso ocurre solamente tratándose
del mismo tiempo y lugar.
El
precio nominal o en dinero de las cosas, es el que en último término decide el
acierto o desacierto de las compras y ventas, regulando de ese modo casi todas
las transacciones de la vida corriente, por lo cual el precio nominal siempre
es tenido en cuenta mucho más que el precio real.
El
dinero de un país cualquiera constituye, en un momento y lugar determinados, la
medida más o menos exacta de valor, según que la moneda corriente sea más o
menos exactamente conforme a su ley, o que contenga más o menos exactamente la
cantidad de oro puro o de plata pura que debía tener. Teniendo presente que se
entiende siempre por precio en dinero de las cosas, la cantidad de oro puro o
de plata pura por la que se venden, independientemente del nombre de la moneda.
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