UNA
INVESTIGACIÓN SOBRE LA CAUSA Y LA RIQUEZA DE LAS NACIONES
ADAM
SMITH
Libro 1, Capítulo VII
El precio natural y el precio de mercado de los
artículos
En
toda sociedad existe una tarifa corriente o media para los salarios del
trabajo, los beneficios del capital y para la renta de la tierra, originada por
la fertilidad natural o artificial de la tierra. Estas tarifas pueden llamarse
los tipos naturales de los salarios, beneficios y renta en el momento y en el
lugar en donde imperan corrientemente.
Cuando
el precio de un artículo no es superior ni inferior a lo necesario para pagar
la renta de la tierra, los salarios de la mano de obra y los beneficios del
capital invertido en cultivarlo, prepararlo y trasladarlos al mercado, de
conformidad con sus tipos naturales, entonces el artículo se vende por lo que
podríamos llamar su precio natural.
El
precio real a que se vende corrientemente un artículo determinado es lo que se
llama su precio de mercado, que puede ser superior, inferior o exactamente
igual a su precio natural.
El
precio de mercado de todo artículo se regula por la proporción entre la
cantidad que en ese momento hay en el mercado y la demanda de quienes están
dispuestos a pagar el precio natural del artículo (sumatoria de renta, mano de
obra y beneficio).
Demandantes
efectivos son los que están dispuestos a pagar por los productos en el
mercado. En contraposición está la
demanda absoluta, que se origina cuando hay personas que le gustaría adquirir
un producto, pero por limitaciones económicas no lo hacen.
Cuando
la cantidad de un artículo puesto en el mercado es inferior a la demanda
efectiva, no es posible proporcionar la cantidad que desean a todos los que
están dispuestos a pagar el valor total de la renta, salarios y beneficios que
hubo que abonar para llevarlo hasta el mismo.
Algunos de esos demandantes preferirán pagar más, a carecer por completo
de tal artículo. Se iniciará en el acto
entre los demandantes una competencia, y el precio del mercado subirá más o
menos por encima del precio natural, según la escasez relativa o la riqueza y
opulencia de los competidores den mayor o menor animación a su afán de
competir.
Si
la cantidad puesta en el mercado supera a la demanda efectiva, no puede toda
ella venderse a quienes están dispuestos a pagar el valor total de la renta,
salarios y beneficios que tuvieron que abonarse para ponerla en el mismo.
Habrá, pues, que vender una parte de ella a quienes están dispuestos a pagar
menos, y lo bajo del precio que pagan tiene por fuerza que reducir el precio
del conjunto. El precio del mercado caerá más o menos por debajo del precio
natural, según que la cuantía del excedente haga subir más o menos la
competencia entre los vendedores, o según que resulte para ellos más o menos
importante el quitarse de encima el artículo en cuestión.
Cuando
la cantidad puesta en el mercado es justamente la precisa para atender a la
demanda real y no más, el precio del mercado se pone, naturalmente, a un nivel
idéntico, o sensiblemente idéntico, al del precio natural.
La
cantidad de cada uno de los artículos que se ponen en el mercado se adapta
de una manera espontánea a la demanda efectiva. Pues si supera en algún momento
a la demanda efectiva, será preciso pagar alguna de las partes integrantes del
precio a menos de su tarifa natural.
La
cantidad puesta en el mercado tardará poco en ser precisamente la necesaria
para corresponder a la demanda efectiva.
El
precio natural, es como si dijéramos, el precio eje hacia el que los precios de
todos los artículos gravitan constantemente.
Sin embargo, por incidentes especiales, causas naturales o por reglamentaciones
de la Administración Pública, puede ocurrir que muchos artículos se sostengan
durante largo espacio de tiempo en un precio de mercado muy superior al precio
natural.
La
cantidad total de esfuerzo que se emplea en poner en el mercado cualquier
artículo, se acomoda por sí misma a la demanda efectiva. Tiende, naturalmente, a poner en el mercado
la cantidad precisa, y nada más que la precisa, para abastecer aquella demanda.
Las
fluctuaciones en el precio del mercado, normalmente afectan la parte integrante
del precio que se resuelve en salarios y beneficios, y la parte de la renta
suele ser la menos afectada.
Cuando
debido a un aumento en la demanda efectiva sube el precio de mercado de algún
artículo muy por encima del precio natural, los que emplean sus capitales en
abastecer el mercado, ocultan esa alteración, pues si se conoce la situación se
tentarían a nuevos rivales a invertir sus capitales de la misma manera, de modo
que al satisfacer la demanda efectiva, el precio de mercado se reduciría al
precio natural. Tal secreto puede durar más en el fabricante y mucho menos en
el comerciante.
Un
monopolio concedido a un individuo o a una compañía mercantil produce efecto
idéntico al de un secreto en el comercio o en la industria. Los monopolizadores,
manteniendo constantemente insuficientemente abastecido el mercado, no
satisfaciendo nunca plenamente la demanda efectiva, venden sus artículos muy
por encima de su precio natural, y elevan sus ganancias, ya consistan éstas en
salarios o en beneficios, muy por encima de su tarifa natural.
Los
precios de los monopolios son siempre los más elevados que es posible
conseguir. Por el contrario, el precio natural, o sea el precio de la libre
competencia, es el más bajo que se puede obtener, no ciertamente en todas las
ocasiones, pero sí durante un espacio considerable de tiempo. Aquél es en todo
momento el mayor que se puede arrancar a los compradores, o que se supone que
éstos consentirán en pagar, el otro es el más bajo que los vendedores se hallan
comúnmente en situación de aceptar, y al mismo tiempo poder seguir sus
negocios.
Si
un artículo está muy por debajo de su precio natural, aquellas personas a cuya
interés afecta, sentirán en seguida la pérdida y retirarán inmediatamente de
ese empleo, la tierra, la mano de obra o el capital, con lo que la cantidad
puesta en los mercados no tardarán en ser insuficiente para abastecer la
demanda efectiva. Por ello, su precio de mercado se elevará hasta alcanzar el
precio natural.
El
precio natural mismo varía con la tarifa natural de cada una de sus partes
integrantes: salarios, beneficios y renta, y esta tarifa varía en todas las
sociedades de acuerdo con las circunstancias en que se encuentran, de acuerdo
con su riqueza o su pobreza, su avance, estacionamiento o decadencia.