UN PROYECTO PARA EL PAÍS QUE QUEREMOS (PARTE 3)
La Educación para la Nueva Patria
En Educación debemos dar el salto
de lo cuantitativo a lo cualitativo, y empezar a preguntarnos ¿Para qué se
enseña?, superar los simples ¿Qué y Cómo enseñamos? Si comenzamos por entender con claridad que
debemos enseñar para formar CIUDADANOS y lograr de Venezuela una POTENCIA
ECONÓMICA, tendremos un norte claro en Política Educativa.
Por otro lado, hemos de comenzar
el debate de la SOCIEDAD EDUCADORA en lugar del ESTADO DOCENTE, todos avocados
al tema formativo, y consolidar aquello de “Tanta Sociedad Educadora como sea
posible y tanto Estado Docente como sea necesario”, haciendo que desde el
Estado se corrijan las inequidades del Sistema, sólo cuando sea necesaria su
intervención.
Requerimos una Educación que
desde la más tierna edad forme Ciudadanos críticos, analíticos, con valores, con un nivel de Educación Media
que capacite una inmensa masa de técnicos en las áreas de Agricultura y de
apoyo a la Industria, con una Educación Superior que responda a la dinámica
contemporánea mundial, y en lugar de construir puentes entre la Universidad y
la Empresa, busque secar el río que las separa.
La Innovación es la prioridad, apoyada por el Desarrollo Tecnológico y
la Investigación. Hacia allá debemos ir y unirnos en pos de ese
objetivo.
Pleno Empleo para todos
Cuando el sistema económico
brinde las condiciones idóneas, un país como el nuestro con tantas
posibilidades, podrá ser una Tierra de Gracia para las inversiones, con un
parque industrial desarrollado nuestros ciudadanos podrían estar generando todo
tipo de bienes y servicios para acabar con el desabastecimiento interno en
primer término, y luego conquistar mercados internacionales. El problema del Empleo no se resuelve
aumentando en forma incontrolable la nómina del Sector Gubernamental, que solo incrementa
el Gasto Público, generando más inflación, es imprescindible la migración
de este sector al privado.
Las áreas estratégicas en la cual
el Estado debe desempeñar el papel de promotor y fomento para la consolidación
de las Inversiones Privadas son: Industria,
Construcción, Turismo, Generación de Energía (tradicionales y alternas), Comercio
Marítimo (astilleros y puertos), Agricultura, Finanzas (Banca, Seguros,
Valores), Refinación de Hidrocarburos y Petroquímica.
Control de la Delincuencia
La Delincuencia solo podrá
controlarse cuando se tenga bien claro que deben comulgar la Prevención
(educación de calidad y que rinda frutos), con la Represión (una policía
eficiente) y Estado de Derecho (un sistema de fiscalía, defensoría y tribunales
que eviten la impunidad). Con
deficiencias en alguno de los tres elementos, lamentablemente no controlaremos
este flagelo y el problema seguirá escapándose de las manos.
Por otro lado, no sólo a nivel
nacional debe atenderse el problema penitenciario, los Gobernadores y Alcaldes
deben ser protagonistas en la procura de la reinserción de aquellos
delincuentes que sean recuperables por un proceso de rehabilitación.
La clasificación penitenciaria,
dependiendo de la magnitud de los delitos cometidos es fundamental para lograr
el objetivo anterior, es por ello que se requieren unas 5 cárceles de máxima
seguridad dependientes del Poder Nacional, una penitenciaria de mediana
seguridad administrada por particulares y mantenida por cada Gobernación, y en
cada Municipio una Colonia de Rehabilitación para aquellos que están comenzando
en la carrera delictiva o han cometido delitos de baja gravedad.
Esto nos daría un aproximado de
350 establecimientos para purgar condena, aunque parezca exagerado no lo es
tal, si consideramos que la población carcelaria actual es de alrededor de
60.000 personas, y el Ministerio Público considera que hay 98% de impunidad, es
decir, si esos 60.000 presos representan el 2% de los delitos cometidos, los
delincuentes que cometen el 98% restante están sueltos, y si hacemos una
sencilla regla de 3, nos da un alarmante resultado de 2.940.000 personas, pero
que pudiésemos dividir entre 5 (suponiendo que cada delincuente cometa al menos
5 delitos) para obtener una cifra de 588.000 delincuentes, los cuales deben
estar encerrados para que no sigan actuando en detrimento de la gente honesta
que pudiese estar abocada a la reconstrucción del país, luego de la destrucción
ocasionada por la Revolución.
Con esos 350 establecimientos, en
cada uno estarían en promedio recluidos unos 1700 delincuentes, cifra manejable
para lograr en aquellos en que sea posible, la rehabilitación y reinserción
social, y en los que no sea posible, mantenerlos alejados de la sociedad.
Ahora bien, con el tema policial,
no puede continuar un nivel de gasto tan exagerado en el aspecto militar para
supuestas guerras inventadas, cuando ya la guerra nos la declararon hace
bastante tiempo los delincuentes, ya el enemigo está identificado, y los únicos
preparados para combatirlos eficientemente
son los policías, pero necesitan dotación de armas y buenos salarios, así como
el apoyo que se requiere después de un aumento sustancial de funcionarios
operadores de justicia (fiscales, defensores y tribunales).
A Vencer la Corrupción
Hasta cuando el enriquecimiento
desmedido de los funcionarios públicos, que se ha desatado más que nunca en
este terrible clima de impunidad, el Sistema Jurídico venezolano no debe
quedarse en la simple declaratoria constitucional de imprescriptibilidad de los
delitos contra el patrimonio público, debe haber institucionalidad para que las
leyes se cumplan y no sean letra muerta, funcionarios nombrados por concurso
con estabilidad, organismos contralores autónomos e independientes, obras y
contrataciones registradas vía internet en un portal de transparencia a
disposición de todo el mundo, articulación con instituciones financieras
extranjeras y otras Naciones para la recuperación de capitales y prevenir el
delito de legitimación, auditorías avaladas por firmas privadas en cada
organismo público, periodismo de investigación, doble vuelta en los procesos
licitatorios públicos, y mucha contraloría social. Todos en contra de la corrupción, sólo así
será posible que los mejores hombres quieran hacer política, y no sea la forma
más sencilla de enriquecerse sin practicar un trabajo honesto.
Que te alcance la plata
Esa es la conclusión a la que
llegamos controlando uno de nuestros principales flagelos, la Inflación, el impuesto indirecto que
más aqueja a la familia venezolana, cada vez estamos menos posibilitados de
satisfacer nuestras necesidades más básicas, un país con tantas riquezas
naturales es incapaz de tener a sus habitantes siquiera bien alimentados.
Si bien la Política Monetaria
debería ser privativa del Banco Central de Venezuela, desde las regiones se
puede combatir el alza desmedida de los precios, apoyando la masificación de
oferentes en todos los sectores de la economía, para que se cumplan las Leyes
de la Oferta, las cuales en conjunción de las de la Demanda, hará que podamos
gozar de una disminución de los precios de mercado y combatir la
inflación. Es mucho lo que hay que hacer
desde el Gobierno Nacional para lograr una Política Fiscal y Monetaria
coherente, sobre todo con el tema del control cambiario para combatir las
distorsiones de nuestra economía, pero regionalmente se puede hacer la gestión
de promoción y fomento de actores económicos para que haya variedad y el
correcto aprovisionamiento de productos, para que finalmente la oferta pueda
superar a la demanda y en consecuencia se acaben los mercados negros de todo
tipo de productos.
“CONSTRUYENDO
UNA NUEVA VENEZUELA"
¡Un
Proyecto para el País que Queremos!